Diversos estudios han señalado que las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de morir de un infarto, tienen más probabilidades de padecer enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, o sufren más de Alzheimer. Entonces, considerando este claro contraste en la forma en que ciertas enfermedades impactan a hombres y mujeres, ¿es apropiado seguir realizando investigaciones científicas que no tomen en consideración las diferencias de sexo?
La comprensión de la biología femenina ha progresado lentamente, generando lagunas en el conocimiento relacionado con enfermedades, tratamientos y respuestas a medicamentos. Esto ha dado como resultado diagnósticos poco precisos y opciones de tratamientos de dudosa efectividad para las mujeres.
Bastante impactadas han resultado las mujeres embarazadas, especialmente aquellas afrodescendientes, quienes a nivel mundial tienen mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, tienen tasas más altas de complicaciones durante el embarazo y el parto, e incluso tienen mayores tasas de mortalidad materna en comparación con otras poblaciones, ámbitos que la ciencia no ha abordado desde su especificidad.
Así, resulta clave impulsar una mayor conciencia sobre la necesidad de incluir la perspectiva de género en los estudios científicos de forma concreta y activa. Pero no es lo único. En nuestro sector carecemos de promoción de liderazgos femeninos, como lo demuestra la Academia Chilena de Ciencias, compuesta por 35 integrantes de pleno derecho, de los cuales sólo seis son mujeres. Esto también se refleja en las investigaciones científicas, donde -según datos del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile- sólo un 38% de las publicaciones en revistas indexadas a Web of-Science (WoS) entre el 2008 y la actualidad, son dirigidas por mujeres.
De esta forma, tenemos que comenzar a hacer hincapié en la importancia de la equidad de género en la investigación científica, implementando políticas públicas que busquen la inclusión equitativa de mujeres en estudios y ensayos clínicos, educando a la vez a las y los profesionales de salud y científicos en esta materia. Y en esto también es relevante que las universidades y organismos gubernamentales respalden y financien proyectos de investigación enfocados en mujeres.
Varias casas de estudio están avanzando en ello. En nuestro caso, en la Universidad de La Frontera, hemos venido trabajando desde hace unos años para garantizar que la investigación promueva la equidad y dé visibilidad a las mujeres en todas las disciplinas, lo que buscamos consolidar por medio del proyecto InES - Género, donde se apunta precisamente a potenciar los liderazgos femeninos en ciencias y promover la generación de conocimiento con perspectiva de género.
Pero también, hemos apuntado a promover la conformación de equipos de investigación compuestos por investigadoras y académicas, y generando medidas como bonificaciones en las propuestas de investigación que integren perspectiva de género o incentivos a publicaciones lideradas por mujeres.
Sabemos que queda un largo camino por recorrer y confiamos en que existirán las voluntades para avanzar en pro de un mejor país con una ciencia que sea equitativa y justa para sus mujeres.
*Directora de Investigación de Universidad de La Frontera.