Columna de Opinión de Claudia Duran-Aniotz: “Potenciando el diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer desde Chile y la red latinoamericana”
Actualmente 55 millones de personas sufren algún tipo de demencia, siendo la enfermedad de Alzheimer (EA) el diagnóstico más habitual. Se espera que para el año 2050 está cifra se vea triplicada. La edad es el mayor factor de riesgo para desarrollar demencias, y Chile cuenta con la segunda mayor tasa de envejecimiento de Latinoamérica; según las proyecciones las personas mayores de 80 años alcanzarán el 10,3% de la población el año 2050 en nuestro país. Actualmente, el 1,06% de la población chilena sufre demencia, lo que supone unos 400.000 pesos mensuales por persona a las arcas del Estado, constituyendo un área crítica y prioritaria en salud pública.
Es importante mencionar que tanto en Chile como en el resto de países de latinoamérica y el caribe (LAC) el conocimiento de las demencias sigue presentando barreras. La mayoría de los estudios publicados sobre demencias y biomarcadores incluyen predominantemente a poblaciones de Estados Unidos o Europa, con una mínima representación de la población de países LAC. Además, nuestra región enfrenta desafíos particulares, incluyendo la falta de conocimiento sobre la etiología de las diferentes formas de demencia y condiciones neurodegenerativas, una mezcla genética única resultante de las contribuciones de diversas poblaciones indígenas, europeas y africanas, así como disparidades como nivel socioeconómico o determinantes sociales de la salud y escasa financiación multicéntrica para el estudio de las demencias.
La evaluación clínica, las pruebas neuropsicológicas y las neuroimágenes nos brindan un diagnóstico bastante certero de la EA, sin embargo, solo un porcentaje limitado de la población tiene acceso a estas evaluaciones. Como apoyo diagnóstico, pocos países cuentan con la información de biomarcadores como el β-amiloide y tau medidos en líquido cefalorraquídeo y neuroimágenes, debido a su alto costo y al difícil acceso al procedimiento. En este escenario, identificar nuevos biomarcadores como método de tamizaje para detectar sujetos en riesgo de desarrollar la EA en etapas tempranas de la enfermedad es de necesaria urgencia para i) permitir un apoyo del diagnóstico precoz, masivo y a un bajo costo y ii) realizar tratamientos preventivos que retrasen la aparición de los síntomas clínicos. En esta línea, uno de los pilares científicos en nuestro Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat) es el compromiso de la búsqueda de soluciones en relación a la salud cerebral y biomarcadores tempranos para la demencia.
Por este motivo, BrainLat en colaboración con expertos en demencias de países de latinoamérica y el caribe (LAC) hemos realizado una estudio sobre la situación actual del uso de biomarcadores, necesidades, intereses, potenciales barreras y oportunidades para futuros enfoques relacionados a las demencias en nuestros países. Entre los resultados pudimos identificar que existe un gran interés en LAC en utilizar los biomarcadores como herramienta de apoyo diagnóstico y seguimiento de los pacientes. Concretamente, nosotros destacamos el interés por el estudio y la implementación de biomarcadores periféricos conforme a su mayor accesibilidad para la población y su sencilla implementación en el sistema de salud, tanto en Chile como en países de LAC (más información en: https://alz-journals.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/alz.12757).
El 21 de septiembre es el ¨Día Mundial del Alzheimer¨ y, desde BrainLat, como comunidad científica latinoamérica, nos comprometemos a seguir acelerando el proceso de estudio y caracterización de esta patología, que, desde el 1910 con su primer diagnóstico por Alois Alzheimer a su paciente Auguste Deter, no tiene cura y tampoco un método diagnóstico efectivo. ¿Por qué es importante revisar el statu quo en términos de biomarcadores en LAC? En los últimos años, se han realizado importantes esfuerzos para crear redes latinoamericanas destinadas a promover actividades clínicas y de investigación sobre la demencia. Uno de los principales retos ha sido armonizar los procedimientos, asegurando que los protocolos puedan ser compartidos y estandarizados para todos los países de LAC. Todo esto, para concluir con la generación de un mayor conocimiento sobre la caracterización de poblaciones originarias, y por ende, con métodos diagnóstico más certeros y efectivos para nuestra población, así como con tratamientos dirigidos basados en la evidencia científica que podemos obtener de estos protocolos.
Estamos seguros en BrainLat que la generación de redes latinoamericanas para la demencia creará y generará el conocimiento necesario que permitirá proponer un plan de acción que responda a las necesidades actuales en el campo de los biomarcadores para el diagnóstico de las demencias en Chile. Es importante también destacar el rol de la ciudadanía en las iniciativas de estudios en biomarcadores. Agradecemos a los pacientes que están incluidos en los estudios multicéntricos como el de RedLat y GERO para la caracterización de la demencia, sin ellos no es posible realizar estos estudios.
*PhD en Biomedicina, Co-Directora BrainLat UAI
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