Desde el nacimiento del recién nacido hasta que cumple los seis meses de edad, la lactancia materna exclusiva tiende a disminuir, principalmente, por dificultades en el proceso de amamantamiento.
En el caso de las 15 comunas del sector poniente de la capital, que componen el Servicio de Salud Metropolitano Occidente, la lactancia exclusiva al sexto mes de vida, alcanza un 63 por ciento, por lo que el llamado es a fomentarla.
Si bien la Red Asistencial Occidente tiene actualmente la tasa de lactancia exclusiva al sexto mes más alta de la Región Metropolitana, todavía se debe avanzar en incentivar y difundir los beneficios de esta buena práctica que entrega importantes beneficios a la salud del recién nacido y la madre.
Es por esto que, en el marco de la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, quiero relevar cinco pasos claves para lograr que el amamantamiento funcione a la perfección.
1.- Educación prenatal:
Permite a la familia aprender sobre lactancia y técnica de amamantamiento, además de conocer los procesos normales y esperables que ocurrirán tras el parto, entrega herramientas para enfrentarlos de la mejor manera posible y permite reconocer tempranamente cualquier dificultad que se pudiese presentar. El programa Chile Crece Contigo considera talleres prenatales en los Centros de Salud Familiar y Hospitales.
2.- Inicio precoz de la lactancia:
Tras el parto, madre e hijo estarán en un momento de máxima sensibilidad, por lo que, si las condiciones médicas de ambos lo permiten, independiente de la vía de parto, el recién nacido debe ser puesto en contacto piel a piel junto a su madre, sin intervenciones y por al menos 1 hora.
En este tiempo, el recién nacido será capaz de reptar, oler, reconocer el cuerpo de su madre y acoplarse al pecho de manera espontánea.
En los casos en que no sea posible este primer contacto piel a piel, éste puede realizarse perfectamente en las horas posteriores, ya sea durante la hospitalización o en casa.
En contacto directo con la piel de su madre, los recién nacidos se activan para alimentarse al pecho, ahorran energía para mantener el control de su temperatura corporal y también puede ser muy relajante, pues el cuerpo de la madre es su hábitat.
3.- Alojamiento conjunto:
Tras el parto, si las condiciones clínicas de ambos lo permiten, madre e hijo deben permanecer juntos en la misma habitación las 24 horas del día. De esta manera, la madre podrá reconocer señales y atender rápidamente las necesidades de su hijo recién nacido.
Dentro de éstas, la alimentación frecuente y a libre demanda al pecho materno permitirá mantener un adecuado estímulo para la producción de leche y evitar bajas de peso excesivas u otras complicaciones del menor.
4.- Buen acople al pecho:
El acople del recién nacido al pecho es muy importante para asegurar que este se alimente. Un agarre profundo permitirá una succión y extracción eficiente de la leche materna, proporcionando una adecuada nutrición e hidratación.
La succión al pecho no debe ser dolorosa para la madre. Si existe dolor y/o grietas, lo primero que es necesario revisar es la técnica de lactancia, pues en la mayoría de los casos estos se deben a un acople muy superficial, donde el niño sólo se prende del pezón ¡Esto tiene solución!
5.- Extracción de leche materna:
Ya sea manual o con saca leche, la extracción puede ser una gran aliada para la lactancia.
Ante una eventual separación de la madre y su recién nacido, la extracción precoz, ojalá dentro de las primeras 2 horas post parto favorecerá la producción de leche los próximos días. Esta extracción debe mantenerse al menos cada 3 horas mientras dure la separación, para continuar estimulando la glándula mamaria y evitar congestión mamaria una vez que baje la leche.
En los casos de problemas de agarre al pecho u otra dificultad de lactancia, entregar leche materna extraída debe ser siempre la primera opción de suplementación, en conjunto al apoyo para favorecer y/o recuperar el acople directo al pecho.
*Subdirectora de Gestión Asistencial del Servicio de Salud Metropolitano Occidente,