El domingo 10 de julio el Paso Los Libertadores se mantuvo abierto durante la ocurrencia de un sistema frontal con fuertes vientos y nieve. Las autoridades justificaron la medida en base a la información entregada de una “ventana meteorológica”, concepto que implica un periodo de condiciones favorables dentro de un pronóstico adverso.
¿Dónde estuvo el error que dejó a cientos de personas varadas en el cruce fronterizo? Los/as meteorólogos/as disponen hoy de diversas herramientas para llegar a este tipo de pronósticos, entre ellas, las imágenes satelitales y los modelos numéricos de pronósticos. Sin embargo, cuando hablamos de meteorología de montaña, los satélites fallan en estimar lo que ocurre bajo las nubes más altas, y los modelos numéricos son incapaces en representar condiciones realistas cerca de la superficie. Por este motivo, es fundamental ampliar el abanico de herramientas disponibles a nivel nacional para estar preparados ante estos escenarios meteorológicos adversos. La herramienta faltante se llama: radar meteorológico. Similar a una linterna que alumbra en la oscuridad, el radar meteorológico es capaz de iluminar las nubes y observar claramente las condiciones in-situ de la precipitación, todo gracias a ondas electromagnéticas emitidas desde la distancia. Este instrumento permite escanear la nube para determinar la anatomía del sistema frontal, de tal forma de establecer de manera efectiva y realista la ventana meteorológica dentro de un situación adversa. También son capaces de medir las corrientes de viento, por lo que son fundamentales para diagnosticar la posibilidad de tornados.
El Estado de Chile ha robustecido sus sistemas de monitoreo y alerta temprana con tecnología de punta ante tsunamis, terremotos y erupciones volcánicas. Lamentablemente, este impulso se ha dado de forma reactiva solo después de la ocurrencia de grandes desastres que han cobrado vidas de chilenos y chilenas.
Al día de hoy el Estado carece de un sistema de punta para monitorear tormentas severas (la red de estaciones meteorológicas no son suficiente). El expresidente Sebastián Piñera anunció la creación de una red de radares después del enjambre de tornados que azotó a Los Ángeles y Concepción en 2019. Sin embargo, el estallido social y la pandemia están entre las posibles causas de que dicho proyecto no llegó a puerto. A diferencia de estos dos fenómenos, las tormentas severas seguirán afectando a Chile por el resto de sus días, y por lo tanto es urgente contar con instrumentos avanzados como los radares meteorológicos para estar preparados ante amenazas naturales como tornados, granizo y nevazones.
Hasta el minuto, la naturaleza nos está dando una “ventana de oportunidad” para prepararnos y es mejor aprovecharla.
*Académico Universidad de O´Higgins e Investigador (CR)2