Liderar los avances en Inteligencia Artificial en América Latina es un desafío de carácter estratégico para el país. Al alero de esta tecnología crucial en el contexto de la cuarta revolución industrial, la sociedad contemporánea experimentará profundas evoluciones en las próximas décadas, algunas de ellas ya en marcha.
Chile, en su tránsito hacia el desarrollo, no puede desconectarse de ella. América Latina tampoco. Para ello, necesitamos abordar este proceso de manera regional, desde la colaboración, tanto promoviendo su adopción como regulando sus límites. Dar un contexto local a esta conversación, que reconozca las particularidades sociales, culturales y económicas, resulta a esta altura una cuestión urgente.
Por ejemplo: si bien el debate ético sobre el uso de esta tecnología es un tema controversial y de interés mundial, nuestro continente debe reflexionar en torno a sus propios desafíos. Aún estamos lejos de soluciones de frontera, a pesar de que disponemos de las capacidades humanas para ello.
No es posible pensar hoy en desarrollar sofisticados algoritmos cuando la conexión a la red eléctrica no es un hecho dado en muchas zonas de Latinoamérica. Tampoco suena coherente diseñar políticas públicas mirando lo que ocurre en naciones líderes cuando la conexión a internet es inestable en varias zonas de las ciudades capitales de la región.
Dicho de otro modo, la discusión sobre el desarrollo de la IA en América Latina está marcada por las temáticas que emanan desde el hemisferio norte, y tienen una pobre conexión con lo que ocurre en nuestra región. América Latina tiene una falencia de indicadores de muchos campos y la IA no es la excepción.
Resolver esas condiciones de base debe ser nuestro norte. Infraestructura, acceso a datos, inversión en ciencia y tecnología, formación de capital humano avanzado y retención de talentos, todos focos relevantes que hoy pasan a un segundo plano cuando la reflexión sobre esta evolución tecnológica está puesta en un contexto distinto al nuestro.
Desde el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia), y apoyado por organismos de cooperación bilateral (como la OEA y la Unesco) y empresas tecnológicas multinacionales, Chile contribuirá con un primer paso en esta dirección: nuestro Centro está desarrollando un índice latinoamericano para medir el avance de la Inteligencia Artificial en doce países de la región.
Se analizarán datos de múltiples fuentes y más de cien parámetros para, tomando como referencia cuatro informes internacionales, obtener una fotografía de dónde estamos hoy, hacia dónde debemos avanzar y cómo podemos gestionarlo.
Nuestro objetivo es entender el estado del arte y suministrar información ajustada al contexto local para impulsar políticas públicas, regulaciones y promoción de iniciativas de alto impacto local, ofreciendo un bien público a diversas partes interesadas: académicos, emprendedores, autoridades o tomadores de decisiones.
Chile, a través de su Centro Nacional en Inteligencia Artificial, liderará este esfuerzo colaborativo, que nos permitirá obtener métricas y realizar hallazgos que constituyan un aprendizaje fundamental en esta evolución, dando contexto regional a sus próximos pasos.
*Rodrigo Durán, director de Vinculación Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia).