Alrededor de 50 millones de personas presentan algún tipo de demencia a nivel mundial. Cada año se le suman 10 millones de pacientes nuevos. Y del conjunto de demencias, la enfermedad de Alzheimer es la más común en todo el globo. Tanto así que los especialistas estiman que al 2050 cerca de 50 millones de personas del orbe padecerán esta enfermedad.
Y aunque las cifras nos alertan de una creciente realidad, lo cierto es que, pese a la extensa investigación relacionada a entender el alzhéimer, a la fecha, no existen tratamientos efectivos que permitan revertir el daño a nivel cerebral. La mayoría de los tratamientos actuales están más orientados a disminuir solo los síntomas asociados.
En 2021, la Food Drug Alimentation (FDA) aprobó un nuevo fármaco contra la enfermedad de alzhéimer, el primero en los últimos 20 años. Sin embargo, los efectos de Aducanumab a la fecha han sido menores y solo visibles en un grupo reducido de pacientes.
Recién en noviembre de este año se abrió una luz de esperanza. Un grupo de científicos de California (USA) en colaboración con dos laboratorios farmacéuticos, Biogen (USA) y Eisai (Japón), publicaron en The New England Journal of Medicine los resultados obtenidos al utilizar un nuevo fármaco en pacientes con alzhéimer.
Se trata de Lecanemab, administrado en cerca de 1.000 pacientes con diagnóstico temprano de alzhéimer. Los autores concluyeron que 18 meses de administración del medicamento: disminuyeron significativamente los niveles del péptido beta amiloide, marcador característico en el cerebro de pacientes con la enfermad de Alzheimer. Esta disminución se correlacionó con una mejora significativa en las capacidades cognitivas y, de manera más auspiciosa, se observó que en las personas que recibieron Lecanemab el deterioro cognitivo avanzó un 27% más lento que en los pacientes que no recibieron el fármaco.
Aunque un 27% podría ser considerado menor, para quienes padecen la enfermedad es altamente significativo, especialmente por la mejora de la calidad de vida del paciente.
Pese a lo auspicioso de los resultados, los autores describen que la administración de Lecanemab presentó ciertos efectos secundarios: un porcentaje de los pacientes mostró pequeñas hemorragias cerebrales. También los resultados dejaron algunas dudas: entre ellas, cuál sería el efecto de Lecanemab a largo plazo, más de 18 meses, y en pacientes que aún no presentan síntomas.
Pese a los efectos secundarios y a las dudas propuestas, los resultados con Lecanemab, abren la posibilidad de desarrollar mejores tratamientos contra la enfermedad de alzhéimer, permitiendo soñar con el desarrollo, en los próximos años, de un tratamiento efectivo, que mejore la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
*Profesor asociado y director del Instituto de Ciencias de la Salud, Universidad de O’Higgins.