Según el último informe de Estadísticas Vitales publicado en agosto de este año, Chile presenta la tasa de fecundidad más baja de toda su historia. Una cifra que apenas alcanza 1,3 hijos por mujer. La razón principal detrás de este número es que las mujeres han privilegiado su desarrollo laboral y su formación académica antes de expresar su fecundidad de forma voluntaria. Una decisión, por cierto, totalmente respetable.
Sin embargo, aún existe muy poca conciencia del reloj biológico de la mujer. A partir de los 35 años las posibilidades de embarazo se reducen drásticamente y las malformaciones congénitas aumentan. Esta es una información que las mujeres tienen derecho a saber y de esta manera tomar sus decisiones informadas.
Si bien la medicina reproductiva ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, lo que ha permitido que hoy las mujeres puedan criopreservar sus óvulos, aún este tipo de tratamientos tienen un alto costo al cual solo puede acceder un grupo privilegiado.
Fonasa y las Isapres solo financian algunos tratamientos de alta complejidad para mujeres que desean ser madres aquí y ahora, pero no existe financiamiento para mujeres que deseen congelar sus óvulos. Excepcionalmente algunas Isapres solicitan el informe de una paciente que se sometió a una criopreservación de óvulos, pero queda a merced de la controlaría médica del seguro de salud si estima que este procedimiento constituye una prevención de una futura infertilidad.
Como ginecólogo especialista en medicina reproductiva, que veo a diario a cientos de mujeres demacradas por enfrentarse a un diagnóstico de infertilidad, creo que es fundamental considerar la criopreservación de óvulos como un derecho reproductivo. Más aún en el escenario actual que presenta Chile, donde con los números actuales ni siquiera alcanzamos para el recambio poblacional.
Es fundamental informar a las mujeres en base a lo que la evidencia científica demuestra: A medida que la mujer se acerca a los 35 años, los óvulos comienzan a envejecer de forma más acelerada. Además, las posibilidades de aborto natural y trisomías aumentan considerablemente.
Si Chile no se preocupa ahora de apoyar a las miles de mujeres que están decidiendo postergar su maternidad, ocurrirá que en un futuro no muy lejano, tener hijos será un privilegio de pocos. La información adecuada y considerar la criopreservación de óvulos como un derecho reproductivo son fundamentales para apoyar realmente a las mujeres y enfrentar de mejor manera este escenario que estamos viviendo como país.
*Past President Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva (SOCMER).