Cómo Chile se convirtió en un líder mundial en astronomía
Bárbara Rojas, junto a Luis Chavarría y Simón Ángel, relatan desde sus vivencias y cargos, cómo Chile logró llegar a la cima de esta ciencia, y los desafío que vienen por delante para mantener ese sitial.
Por varios años, cinco países -España, Marruecos, Sudáfrica, Argentina, Chile- competían para albergar el telescopio más grande del mundo, el ELT, sigla de Extremely Large Telescope, o Telescopio Extremedamente Grande en español. El telescopio comprende una construcción de 80 metros de alto y 85 de ancho, y en su interior contendrá un espejo de 39,3 metros de diámetro, lo que equivale a al menos cuatro veces el tamaño de cualquier telescopio óptico e infrarrojo del mundo. “El ojo más grande del mundo en el cielo”, describe el proyecto astronómico que captará más luz que todos los telescopios del mundo juntos.
Finalmente, el Observatorio Europeo Austral (ESO), organismo que dirige el proyecto, anunció el 26 de abril de 2010 que el esperado telescopio sería construido en Chile, con lo que el país albergará más del 70% de la observación astronómica del mundo, gracias a la serie de telescopios que tiene en el norte.
“Astropolítica”, dice en un conversatorio organizado por Qué Pasa en el marco del aniversario número 73 de La Tercera el astrónomo Luis Chavarría, representante de la ESO en Chile para explicar en parte cómo el telescopio más grande del mundo, finalmente se instaló en Chile.
Dice que si bien la geografía del país permite que los cielos en el norte sean muy claros, recuerda que hay otros lugares en el mundo que también tienen buenos cielos, pero Chile tiene la ventaja que desde hace 60 años viene instalando los telescopios más importantes y grandes del planeta. Y eso dice, es la “astropolítica”.
Bárbara Rojas-Ayala, astrónoma UTA-CATA, refuerza la idea. “Además de los cielos, tenemos una seguridad también como país, que fue una de las cosas que también creo le jugó en contra, quizás a Sudáfrica, justo en ese momento”.
De hecho, dice Bárbara Rojas, la proliferacion de estos observatorios, permitió la expansión de noticia astronómicas. “La llegada de estos grandes grandes telescopios ha cambiado un poco en cómo se presenta también la astronomía, y eso también ha impulsado a que haya muchos más niños, niñas, jóvenes, interesados en astronomía o en ciencias afines, y que eso también ha hecho que las universidades hayan abierto, ya sea carreras de pregrado o posgrado”, señala.
Pero antes de lo grandes telescopios, Simón Ángel, director científico en el Observatorio Manuel Foster, dice que a comienzos del siglo pasado, Chile ya tenía una incipiente tradición astronómica: el antiguo telescopio Foster en el Cerro San Cristóbal, contruído en 1903 y que a su juicio representa la génesis del desarrollo de esta ciencia en el país.
Ángel dice que hay un creciente interés por la economía en Chile. “Uno de nuestros programas del con los que sentimos más orgulloso es de visitas escolares. Nos gusta mucho. He recibido a cursos enteros que llegan ahí, de repente llegan apenas caminando y les decimos ‘no, no se preocupen, es muy gratificante y se van con muchas sorpresas’. Hay un cambio muy importante porque justamente, como decía Bárbara, ahora hay una estimulación que no existía antes porque no existía el estímulo, quizás existía el interés, pero no pasaba, no había con qué disparar ese interés”.
Astropolítica y el esfuerzo por mantener a Chile en la cima de la Astronomía
Luis Chavarría dice que hay que mantener “la pelea” por mantener esta especie de hegemonia que tiene Chile hoy día en el campo la astronomía. Señala que Chile siempre tiene que mantenerse al tanto de todo lo que pasa .
“Y creo que es un buen momento para empezar a preguntarse cuál es el siguiente paso”, cierra el representante de Chile en ESO.
Revisa en el video el conversatorio completo con estos astrónomos.
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