Saber si alguien te está mintiendo es una habilidad que muchos desearían perfeccionar. Gracias a una investigación reciente liderada por la profesora adjunta Daniella Cash, de la Universidad Sam Houston en Texas, podemos conocer nuevas formas de identificar mentiras que podrían cambiar por completo nuestra manera de detectar el engaño.

La investigación revela que centrarse en los detalles que nos proporcionan los mentirosos es una herramienta poderosa para descubrir la verdad. Si bien es común pensar que el lenguaje corporal es la clave para detectar mentiras, este estudio sugiere que es en el canal verbal, específicamente en los detalles, donde se encuentra la mejor pista para saber si alguien no está siendo honesto.

Psicóloga explica cuál es la forma más efectiva de detectar a un mentiroso (y no son los gestos)

Hasta ahora, hemos confiado en señales no verbales como la falta de contacto visual, la inquietud o los gestos nerviosos para detectar mentiras. Sin embargo, estas señales no siempre son confiables, especialmente en situaciones donde no puedes observar a la persona, como una llamada telefónica o una conversación por videollamada.

Aquí es donde el estudio de Cash cambia las reglas del juego. Los investigadores pidieron a los participantes que evaluaran una serie de excusas proporcionadas por estudiantes sobre si habían completado una tarea o no. Algunas de las excusas eran simples, mientras que otras estaban llenas de detalles. La investigación encontró que las personas tendían a creer más en las explicaciones cargadas de detalles, pero no todos los detalles tienen el mismo peso.

¿Cómo detectar una mentira? Presta mucha atención a estos detalles, según un estudio

Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que los detalles por sí solos no garantizan que alguien esté diciendo la verdad. Lo relevante es si esos detalles están directamente relacionados con la situación que se está discutiendo.

Por ejemplo, cuando alguien llega tarde y explica que “hubo un grave accidente en la carretera y la policía cerró tres carriles”, es una explicación detallada y creíble. Pero si la persona incluye detalles irrelevantes, como lo fácil que fue encontrar un lugar de estacionamiento al llegar, esos detalles pueden indicar que está inventando o exagerando la situación.

Este enfoque fue respaldado por la psicóloga Susan Krauss Whitbourne en un artículo de Psychology Today, donde señala que “el canal verbal es tu mejor opción” para detectar engaños. Sin embargo, no se trata solo de escuchar los detalles, sino de analizar si realmente aportan a la historia o solo están ahí para llenar espacio. En pocas palabras, no te dejes engañar por un aluvión de información. Presta atención a la relevancia de los detalles.

Al analizar esto más a fondo, los investigadores también señalaron dos de las que se consideran las cuatro máximas “griceanas” de la comunicación eficaz, que son principios desarrollados por el lingüista Paul Grice. Entre estas están: cantidad (extensión), calidad (veracidad), relación (relevancia) y forma (claridad). Los mentirosos tienden a violar una o más de estas máximas, especialmente la cantidad y relación, al ofrecer detalles largos pero irrelevantes que no aportan a la conversación.

Por ejemplo, en una situación cotidiana, imagina que un amigo promete visitarte, pero cancela en el último momento con una larga y enredada historia sobre por qué no puede ir. Si sus razones son demasiado complejas y no directamente relacionadas con la cuestión principal, es una señal de que está ocultando la verdad. Los detalles largos, especialmente los irrelevantes, son una estrategia común de los mentirosos para distraerte y evitar que prestes atención a lo esencial.

El estudio de Cash también mostró que entrenar a las personas para que presten atención a este tipo de distinciones en los detalles aumenta significativamente su capacidad para detectar mentiras. Cuando los participantes recibieron instrucciones claras sobre qué tipo de detalles buscar, fueron capaces de mejorar su precisión al identificar si alguien estaba diciendo la verdad o no.

Esto no solo es útil en interacciones cotidianas, sino también en contextos laborales, como entrevistas o negociaciones, donde la capacidad de detectar engaños puede marcar una gran diferencia.

Supongamos que un compañero de trabajo te dice que no pudo entregar un informe a tiempo porque su computadora dejó de funcionar. Si la explicación incluye detalles técnicos irrelevantes, como qué programas tenía abiertos o cómo llamó al soporte técnico pero no pudo obtener respuesta, es posible que esos detalles sean solo una distracción para encubrir la mentira. Sin embargo, si la explicación se enfoca directamente en cómo la computadora falló justo cuando estaba a punto de guardar el archivo, es más probable que esté diciendo la verdad.

Otro ejemplo podría ser una excusa para no asistir a una reunión: “Mi auto se quedó sin gasolina a mitad del camino y no pude encontrar una bomba de bencina abierta”. En este caso, si la persona comienza a hablar de cómo tenía prisa esa mañana o sobre lo complicado que fue encontrar cambio para pagar la gasolina, es posible que esté desviando la atención de la verdadera razón por la que no pudo asistir.

Según Susan Krauss Whitbourne, la capacidad para detectar mentiras depende mucho de nuestra habilidad para identificar la relevancia de los detalles en una conversación. Las personas tienden a confiar más en los relatos largos, sin importar si esos detalles son útiles o no. La clave, por tanto, está en entrenar nuestro oído para discernir cuándo los detalles son irrelevantes y sirven solo como relleno.

La próxima vez que sientas que alguien podría no estar diciendo la verdad, tómate un momento para reflexionar sobre los detalles de su historia. Pregúntate: ¿son estos detalles importantes para lo que estamos discutiendo o simplemente están ahí para llenar la conversación? Si notas que una persona añade información irrelevante o que no está directamente relacionada con lo que te está contando, podrías estar frente a una mentira.

También es útil recordar que la habilidad de detectar mentiras puede perfeccionarse con la práctica. Al entrenarte para identificar estos patrones y hacer preguntas clave, puedes mejorar tu capacidad de discernir entre la verdad y el engaño.