En medio de esta pandemia uno de los temas preocupantes para especialistas y autoridades es la cantidad de ventiladores mecánicos con los que contarán para atender a los pacientes que se compliquen y sufran cuadros graves de Covid-19. No sólo porque permiten que los pacientes complejos puedan respirar sino porque además, se ha visto que los casos de pulmonía con este virus permanecen el doble de tiempo conectados en comparación con una neumonía de otro origen.

Loreto Twele, infectóloga pediátrica y residente de neonatología del Hospital de Puerto Montt, explica que el ventilador mecánico reemplaza la función de los pulmones cuando no son capaces de realizar el intercambio gaseoso o en caso que los músculos del tórax no estén funcionando de manera adecuada.

“El ventilador mecánico permite el ingreso de aire oxigenado a presión a través de un tubo que se inserta en la tráquea. Así, se introduce aire oxigenado y se saca el dióxido de carbono”, dice la especialista. Con estos equipos se puede regular la cantidad de aire que ingresa, la cantidad de oxígeno que contiene el aire y que en una persona sana es de 21% y en un paciente conectado puede llegar a 100%, según gravedad; la frecuencia respiratoria (cuántas veces por minuto ingresa y sale el aire y la presión con la que se requiere este ingreso.

La también académica de la Facultad Medicina y Ciencias de la Universidad San Sebastián, señala que los pacientes con Covid-19 tienen inflamación en pulmones y alvéolos. Estos últimos son pequeñas bolsitas o sacos que están en los pulmones y que al llenarse de aire permiten el intercambio gaseoso, pero “que al estar con líquido y pus, el oxígeno no puede entrar y este intercambio es difícil de hacer”. Es entonces que se hace necesario hacer este proceso de forma mecánica con un respirador artificial.

Para conectar un paciente al ventilador, éste debe estar sedado e inconsciente. “En los casos más graves, además se paraliza con fármacos durante el tiempo que dure la ventilación mecánica”, añade.