Un estudio de la plataforma de publicaciones Springer Link, en el que participaron más de 400 personas, reveló que los problemas económicos pueden provocar estrés, depresión, ansiedad o alcoholismo.
En nuestro país, la inflación anual alcanza el 11,5%, su mayor nivel en 28 años, y el termómetro de la Salud Mental en Chile, elaborado en conjunto por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, arrojó que ante la contingencia de salud , el principal miedo de los encuestados no era contagiarse de Covid, sino su situación financiera.
En la actualidad, la canasta básica familiar ha sufrido un aumento en los precios en doce meses -hasta junio- de 17,9%, lo cual lleva a muchas familias a tener que afrontar su día a día con menos. A este estrés financiero se suman las cuentas bancarias y el pago de dividendo, arriendos o servicios.
De acuerdo con el secretario de Estudios y Académico de Psicología de la Universidad Autónoma, Pablo Palma, en el día a día existen un sin fin de posibles estresores, pero en general las personas cuentan con ciertas herramientas para combatirlos.
Sin embargo, el problema surge cuando estos estresores se suman y dificultan dar respuesta. “Actualmente nos enfrentamos a un factor, que, si bien no es nuevo, se agrega a más de dos años de pandemia, a otros conflictos sociales y políticos, que es la crisis económica y principalmente la inflación” comenta Palma.
El profesional explica que la incertidumbre económica y la imposibilidad de planificar actividades y proyectos futuros, junto a la presión de la sociedad actual para alcanzar cierto estatus y bienes que nos definen, genera una presión -que si no es manejada a tiempo- podría derivar en otras patologías ansioso-depresivas más difíciles de tratar y más invalidantes.
Por esto, se hace necesario que cada persona evalúe las herramientas que posee, más allá de una estrategia de austeridad y control de gastos y potencien ciertos métodos para bajar la carga mental de los devenires económicos.
¿Qué hacer en caso de estrés financiero?
Para poder llegar con mayor tranquilidad a fin de mes, y bajar la carga de estrés, Palma entrega algunas recomendaciones:
1. Tener un manejo de expectativas
Un importante elemento para disminuir el efecto estresor de las crisis económicas es el manejo de expectativas, el cambio de éstas y su ajuste a la realidad.
“Principalmente debemos aprender a soltar lo que no podemos lograr con el famoso ‘ajuste del cinturón’, y ser conscientes que inevitablemente nuestras vidas cambiarán” señala Palma.
2. Ser reflexivos y empáticos en la resolución de conflictos
Cuando las parejas no están de acuerdo sobre cómo manejar sus finanzas, puede detonar en discusiones que reflotan conflictos del pasado.
El diálogo con la pareja y la empatía para entender, ¿cuál es la necesidad de derivar cierto presupuesto a determinada cosa? o ¿cuál es el miedo a reducir cierto servicio o producto?, harán que los miembros de la pareja eventualmente se den cuenta de que buscan el bien común, es decir, lo mejor para su familia y podrán llegar a un acuerdo.
3. No privarse del todo
El estrés se puede convertir en ansiedad, y teniendo que hay que reducir gastos sí o sí , se tiende a comenzar por privar los gastos que pueden ser pequeños gustos, y que a su vez pueden ser los que nos están “ayudando a soportar otros estresores propios de la vida moderna” explica Palma.
Por lo que, si bien es necesario ajustar presupuesto, tampoco debe ser a un extremo al eliminar cosas importantes para la salud mental, como pueden ser el deporte, un hobby, salir a comer o viajar, entre otros. Por esto se hace necesaria la planificación financiera para evitar posibles afectaciones más graves a la salud mental.
Aún con esto, Palma advierte que, si bien la concientización ante los cambios de un ajuste económico es importante, esto pudiera no ser suficiente para dar respuesta a un problema mayor, por lo que siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud mental.