La diabetes mellitus 2, la más frecuente de las diabetes, está relacionada con antecedentes de insulinorresistencia o “prediabetes”, además de malos hábitos dietéticos y sedentarismo, así como a factores hereditarios. Se estima que el 12,3% de la población chilena sufre esta enfermedad.
Pero muchas personas no saben que la tienen pues no presentan síntomas claros al tratarse de una enfermedad, que en general, es asintomática. Y al no dar síntomas, los pacientes no acuden a consultar.
Sin embargo, algunos de los primeros síntomas son:
- Mucha sed.
- Orinar muy seguido, incluso en la noche.
- Bajar de peso.
- Tener mucha hambre, ya en esa etapa tardía la diabetes está descompensada.
¿Cómo parte la diabetes? Estudio descubre la zona del cuerpo donde la enfermedad comienza a manifestarse
Pero lo médicos y los científicos aún no están muy seguros del momento exacto en que comienza la enfermedad. Sin embargo, investigadores descubrieron que algunas especies y cepas específicas de bacterias estaban relacionadas con cambios en el funcionamiento del microbioma intestinal y el riesgo de una persona de padecer diabetes.
Se trata de la investigación más grande y más completa desde el punto de vista étnico y geográfico hasta la fecha sobre el microbioma intestinal de personas con diabetes tipo 2, prediabetes y un estado de glucosa saludable.
La investigación, realizada por el Brigham and Women’s Hospital, el Instituto Broad del MIT y la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, descubrió que algunos virus específicos y variantes genéticas dentro de las bacterias generan cambios en la función del microbioma intestinal aumentando el riesgo de padecer la enfermedad. Los resultados del estudio se publican en Nature Medicine.
“El microbioma es muy variable en diferentes ubicaciones geográficas y grupos raciales y étnicos. Si solo se estudia una población pequeña y homogénea, probablemente se pase por alto algo”, dijo en un comunicado el coautor del estudio Daniel Wang. “Nuestro estudio es, con diferencia, el más amplio y diverso de su tipo”.
“La relación del microbioma intestinal con enfermedades complejas, crónicas y heterogéneas como la diabetes es bastante sutil”, afirmó el otro coautor del estudio Curtis Huttenhower, doctor de la Escuela de Salud Chan de Harvard y de la Universidad Broad. “Así como los estudios de grandes poblaciones humanas han sido cruciales para comprender la variación genética humana, también son necesarias (y cada vez más factibles) poblaciones grandes y diversas para realizar estudios detallados de la variación del microbioma”.
La diabetes afecta a aproximadamente 537 millones de personas en todo el mundo. En la enfermedad, el cuerpo pierde gradualmente su capacidad de regular eficazmente el azúcar en sangre. Las investigaciones realizadas durante la última década han vinculado los cambios en el microbioma intestinal (el conjunto de bacterias, hongos y virus que habitan en nuestros intestinos) con el desarrollo de la enfermedad.
Sin embargo, los estudios previos sobre el microbioma intestinal y su papel en la diabetes han sido demasiado pequeños y variados en el diseño de los estudios como para sacar conclusiones significativas.
El estudio analizó datos del recién creado Consorcio de Microbioma y Enfermedad Cardiometabólica (MicroCardio) de EE.UU. e incluyó datos generados recientemente y aquellos capturados originalmente durante varios otros experimentos, que abarcan un total de 8.117 metagenomas del microbioma intestinal de participantes étnica y geográficamente diversos.
Las personas incluidas en el estudio tenían diabetes tipo 2, prediabetes o ningún cambio en sus niveles de azúcar en sangre y provenían de EE.UU., Israel, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Alemania, Francia y China.
“Con este estudio de gran escala, nos planteamos dos preguntas. Una es: ‘¿Cuáles son los roles de las especies y cepas que componen el microbioma intestinal en la diabetes tipo 2?’ La otra pregunta es: ‘¿Qué están haciendo estos microbios?’”, dijo Wang. “Cuando analizamos estos datos, encontramos un conjunto relativamente consistente de especies microbianas vinculadas a la enfermedad en nuestras poblaciones de estudio. Muchas de esas especies nunca se habían reportado antes”.
Para comprender el papel de estos microbios en el intestino, el equipo analizó las capacidades funcionales de las especies. Diferentes cepas de una especie microbiana pueden tener funciones variadas, como la capacidad de producir un aminoácido específico. El equipo descubrió que ciertas cepas tenían funciones que pueden estar vinculadas a un riesgo variable de padecer diabetes.
Una diferencia funcional importante que observaron fue que una cepa de Prevotella copri (un microbio común en el intestino que tiene la capacidad de producir grandes cantidades de aminoácidos de cadena ramificada, BCAA) se observó con mayor frecuencia en los microbiomas intestinales de los pacientes con diabetes. Estudios anteriores han demostrado que las personas con niveles crónicamente altos de BCAA en sangre tienen un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2.
Los investigadores también encontraron evidencia que sugiere que los bacteriófagos (virus que infectan bacterias) podrían estar impulsando algunos de los cambios que detectaron dentro de ciertas cepas de bacterias intestinales.
Cambios en el microbioma intestinal
“Nuestros hallazgos relacionados con los bacteriófagos fueron muy sorprendentes”, afirmó Wang. “Esto podría significar que el virus infecta a las bacterias y modifica su función de manera que aumenta o disminuye el riesgo de diabetes, pero se necesita más investigación para comprender esta conexión”.
En otro análisis, el equipo estudió un pequeño subconjunto de muestras de pacientes recién diagnosticados con diabetes para evaluar los microbiomas que tienen menos probabilidades de haberse visto afectados por el uso de medicamentos o un estado de glucosa alta a largo plazo. Sus resultados fueron similares a los de sus hallazgos más amplios, según Wang.
“Creemos que los cambios en el microbioma intestinal causan diabetes″, dijo Wang. “Los cambios en el microbioma pueden ocurrir primero y la diabetes se desarrolla después, no al revés, aunque se necesitan estudios prospectivos o intervencionistas futuros para demostrar esta relación con firmeza”.
“Si estas características microbianas son causales, podemos encontrar una manera de cambiar el microbioma y reducir el riesgo de diabetes tipo 2″, añadió. “El microbioma es susceptible de intervención, lo que significa que se puede cambiar, por ejemplo, con cambios en la dieta, probióticos o trasplantes fecales”.
Una de las principales limitaciones del estudio es que, en su mayor parte, se centró en los microbiomas de los pacientes en un momento determinado. No se analizaron los cambios en el microbioma intestinal ni el estado de la enfermedad a lo largo del tiempo. Los estudios futuros que se basen en este trabajo incluyen el estudio de este vínculo durante un período prolongado y el examen de las funciones específicas de la cepa para comprender mejor cómo conducen a la diabetes.
“Un beneficio y un desafío del microbioma humano es que es altamente personalizado”, dijo Huttenhower. “El hecho de que cada uno de nosotros tenga comunidades microbianas y genética microbiana muy distintas significa que se necesitan estudios de poblaciones muy grandes para encontrar patrones consistentes. Pero una vez que lo hagamos, los microbiomas individuales tienen el potencial de ser remodelados para ayudar a reducir el riesgo de enfermedades”.
En Chile son diagnosticados tarde
En nuestro país, una encuesta permitió establecer que el 57% de los pacientes fueron diagnosticados tardíamente, es decir, cuando presentaban síntomas de que la enfermedad ya había sido desarrollada. Este porcentaje se eleva a un 73% en el caso de las personas entre 18 y 29 años.
Un dato interesante que entregó la encuesta es que un 43% no conocía el examen o no recordaba su resultado. Los pacientes con diabetes en general la conocen a la hemoglobina glicosilada como “la acusete” ya que acusa como ha estado su glucosa en promedio los últimos tres meses y refleja más fielmente la estabilidad de la enfermedad diabetes.
La medición del hemoglucotest (test de glucosa en sangre capilar), “la medición en los dedos en general, se conoce pero se asocia a personas que ya está diagnosticada con la enfemedad”, explica Sapiro.
La medición de la hemoglobina glicosilada en sangre capilar es más reciente y la población general aún no conoce su utilidad.
¿Cómo saber si tengo diabetes?
Todo paciente con factores de riesgo de diabetes mellitus tipo 2, como sobrepeso, obesidad, sedentarismo, antecedentes familiares de la enfermedad, debe acudir a realizarse exámenes en forma preventiva.
“De acuerdo a los resultados de dichos exámenes, del diagnóstico, del tratamiento y a las comorbilidades del paciente, se citará al paciente en un momento determinado para evaluación y seguimiento” señala el Dr. Pinto.
Hoy en día se dispone de tres formas para realizar el diagnóstico:
- A través de la prueba de tolerancia a la glucosa oral, en la que se toma una glicemia de ayuno en primera instancia y luego de una carga de glucosa vía oral con 75gr de glucosa que se toma otra glicemia a las 2 horas.
- Hemoglobina glicada, pero para lo cual debemos tenerla certificada para el diagnóstico, lo que es una tremenda brecha, dado que existen muy pocos centros que cuenten con la certificación necesaria para ello. Y este es un punto en el que tenemos que trabajar para mejorar.
- Mediante una glicemia venosa aleatoria que supere los 200mg/dL en paciente con síntomas. “Pero en esta forma ya estamos llegando tarde al diagnóstico y ya se ha generado mucho daño, por eso la importancia de la búsqueda activa en pacientes asintomáticos” señala Sanhueza.
“Si una persona le encuentran la glicemia igual o mayor a 100 debe acercarse al equipo de salud para hacer estas mediciones y realizar diagnóstico” explica la especialista de UT.