En las diferentes industrias alimentarias, como la cárnica, quesera, pesquera, láctea, cervecera, frutícola, etc., se eliminan gran cantidad de "desechos". Éstos se clasifican en sólidos (RISES) o líquidos (RILES) y al ser eliminados contaminan las aguas superficiales de ríos, manantiales, riachuelos, arroyos, entre otros. Así como también las napas subterráneas producto de la percolación en la tierra y los suelos, disminuyendo su fertilidad y afectando la flora y fauna del sector.
Aquí surge la pregunta: ¿Son realmente estos "desechos" residuos que se deben eliminar? Cuando se estudia la composición de aquéllos que se producen en las diferentes empresas de este rubro, se vislumbra que son potencial fuente para otros bioprocesos, debido a que son ricos en proteínas, carbohidratos, ácidos grasos, minerales, etc. Entonces, a partir de un "desecho" se podrían obtener nuevos productos con valor agregado.
Por ejemplo, en la industria láctea, para producir 1 kilo de queso se utilizan 10 litros de leche y se generan 9 litros de suero lácteo. En la Región de los Ríos, el 2018 se generaron 50,6 millones de kilos de quesos, es decir, se eliminaron 450,6 millones de litros de suero lácteo. Según el Instituto Nacional de Estadísticas, nuestra región participó con un 41,9% del total del país en la producción de quesos. En los últimos años, el aumento paulatino de la instalación de pequeñas queseras en esta región ha conducido a un aumento en la producción de este residuo.
El suero lácteo se consideró por muchos años como un "desecho" que era eliminado o vendido a muy bajo precio para los productores de cerdos. En cambio en Estados Unidos al 80% del suero lácteo generado se le extrae la lactosa, la cual se utiliza en suplementos alimentarios y en la generación de edulcorantes.
Es decir, cada producto eliminado tiene un nuevo uso, el que se abre a nuevos mercados de comercialización y al no ser descartado, disminuye el impacto ambiental.
Por lo tanto, hay que trabajar en el diseño de procesos, que permitan a la industria alimentaria la reutilización de los mismos, que la tendencia y políticas públicas en Chile debe apuntar a reutilizar y valorizar estos desechos alimentarios para tener un sistema "green" sustentable y sostenible en el tiempo.