Gobierno y encuesta sobre celulares en colegios: ¿Qué dice la ley en otros países?
En Chile y el mundo, aún se busca un punto común entre alumnos y profesores. Los reglamentos internos en los colegios están poco actualizados.
El pasado 20 de julio, el gobierno anunció la realización de una encuesta nacional en los colegios de Chile sobre el uso de celulares en menores de edad. El objetivo es conocer la opinión de profesores, directores y apoderados sobre esta materia, motivo de conflicto y análisis a nivel educacionales y sociales. Actualmente el 70% de los niños menores de 10 años tiene un celular, lo que según estudios pueden producir una disminución de las calificaciones.
Sin una legislación concreta, el sondeo podría arrojar datos para generar una ley específica. ¿Existen leyes que regulen el uso de los celulares en el resto del mundo? Salvo Francia, en la mayoría del planeta no hay normas específicas, donde el Senado y la Asamblea Nacional, aprobaron una ley el pasado 3 de agosto de 2018, que impide que los alumnos de enseñanza básica y media hasta 15 años, utilicen celulares al interior del colegio. La medida apunta, además de smartphones, a tablets y relojes inteligentes.
La norma, permite ingresar al establecimiento educacinal con el dispositivo,
pero deberán mantenerse apagados y guardados, o en casilleros diseñados especialmente,
lo que dependerán del criterio de cada colegio. La ley se aplica en horario escolar, extracurricular y durante todas las actividades organizadas por el establecimiento.
Por ejemplo, en España, el gobierno estudia la posibilidad de prohibir el uso de celulares en colegios, siguiendo las medidas que adoptó Francia, que busca disminuir la adicción digital de los estudiantes. Pero hasta ahora solo es un proyecto.
En Estados Unidos, los colegios permiten asistir a clases con los teléfonos, pero obligan a tenerlos en silencio. Muchos profesores lo consideran una herramienta educativa más, por lo que el acceso muchas veces es "legal". Controlar que un alumno solo esté en las páginas o el contenido que permite el profesor, es una misión aún más compleja.
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La ministra de Educación, Marcela Cubillos, durante el anuncio de la encuesta nacional en los colegios para ver la opinión de la comunidad escolar sobre el uso de celulares.[/caption]
En China, que cuenta con más de 1.300 millones de usuarios de Internet móvil, no hay leyes que prohíban el uso de smartphones en centros educativos, pero existen castigos ejemplificadores y drásticos, como la destrucción del equipo en casos de uso en la sala de clases.
En India, no se permite su uso en las aulas desde 2009, debido a que fue catalogado como una causa seria de distracción. En Singapur, también está prohibido y los profesores están facultados a requisar un equipo hasta por varios meses.
En Alemania, Italia, Bélgica, Rusia y Portugal, no hay normas unificadas y está permitido el uso de celulares con fines didácticos, bajo responsabilidad del profesor, salvo que el propio colegio lo desestime. En general, el concepto es permitir el uso del teléfono exclusivamente para actividades académicas.
En Latinoamérica, en México y Argentina, el uso de celulares se regula según cada estado o región, y cada país tiene su propio reglamento. En algunas establecimientos se permite, en otros no.
En Cuba no existe una normativa específica, aunque es un caso excepcional en la región, ya que no existe conexión 3G de Internet, por lo que no existe la posibilidad de utilizarlo en clases.
Chile: los colegios aún no se adaptan
En el país, la situación es similar al resto del mundo. Ricardo Leiva, académico de la Universidad de los Andes, que ha realizado diversos estudios sobre este tema, señala que hay una falta de preocupación real de los colegios en relación a actualizar sus reglamentos internos a la nueva realidad, "que supone la masiva utilización de los niños y jóvenes de teléfonos inteligentes. Hay una falta total de adaptación. Los últimos datos que nosotros tenemos son que solo el 10% de los colegios ha incluido el tema en su reglamento de convivencia escolar, lo que es una cifra bastante baja considerando que la Superintendencia de Educación envió una circular en julio de 2018 pidiendo que se adaptaran a la nueva realidad tecnológica".
Esta situación no ha cambiado en los últimos años, a pesar de que colegios como San Ignacio El Bosque, Alemán, Newland y Villa María, desde 2015 establecieron reglamentos que señalan que no se pueden utilizar celulares en clases.
Leiva establece que hay desinformación, temor y falta de acuerdo entre los profesores de cómo afrontar el tema en los colegios. "Tenemos un gran retraso. Se ve que no están muy de acuerdo sobre qué hay que hacer. Esta falta de acuerdo y excesivo análisis, produce una parálisis, no están tomando decisiones porque no saben qué hacer con los celulares de los niños".
El reglamento de los colegios se convierte en letra muerta. "Por ejemplo, en algunos colegios dice que no se permite el uso de teléfono celular de la sala de clases, salvo que sea para fines pedagógicos. Pero los profesores no controlan y no cumplen el propio reglamento que plantea el colegio. Los niños sacan el celular para jugar regularmente".
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El uso de celulares con fines educativos es una práctica utilizada, pero que aún requiere afinar algunos detalles.[/caption]
Si bien su uso ideal es para fines netamente pedagógicos, muchos lo utilizan para copiar, "a lo que se suman los smartwatchs, por lo que algunos profesores estamos tomando como política que los alumnos que tienen uno, lo guarden durante el control o la prueba, porque se mandan mensajes por el reloj. Claramente la tecnología avanza a un ritmo más rápido, que los colegios, los ministerios y los países, que no son capaces de seguir".
Los alumnos también van mucho más rápido. "Los adultos tratamos de controlar un mundo que los jóvenes ya dominan hace mucho tiempo, eso genera mucho estrés, mucho desencuentro. Los jóvenes y niños no comprenden esta excesiva preocupación por los contenidos que están viendo. En el último tiempo, en el ámbito educacional, la discusión se ha centrado en los riesgos, en desmedro de las oportunidades de estas plataformas".
En los próximos años, la situación será aún más difícil. "Hay intereses económicos en juego, hay empresas que lucran con un público joven constantemente conectado. Hay personas que venden productos y negocios a través de celulares. Las mismas empresas dependen de que haya un gran uso masivo de los equipos, de la publicidad y consumo. No va a ser fácil contrarrestar eso", cierra Leiva.
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