El anuncio de un plan de racionamiento de agua, puso de manifiesto la fragilidad de este recurso en el país.
“No es posible descartar que frente a escenarios de escasez cada vez más pronunciados, sea inevitable la aplicación de medidas de racionamiento”, destaca el documento llamado Protocolo de Racionamiento de Agua para el Gran Santiago, que nace tras el pedido de la Superintendencia de Servicios Santitarios (SiSS) ante la necesidad de asegurar el suministro de agua potable, por parte de las concesionarias sanitarias.
El plan tiene cuatro etapas de alertas y se basan en el nivel de abastecimiento de agua que tengan los ríos Maipo y Mapocho, principalmente. El protocolo parte con una alerta verde, en que se realizan “acciones de difusión para el ahorro de aguas a usuarios en general y municipios”, entre otras medidas y termina con una alerta roja donde se programan “cortes rotativos” del suministro por sectores y días.
El incidente de Osorno
Este hecho ya quedó en evidencia en 2019, cuando un incidente en Osorno, provocó un masivo corte del suministro de agua potable en la ciudad durante diez días.
El corto afectó a 200.000 personas aproximadamente, y constituyen un capítulo negro en la historia sanitaria de Chile.
Sin embargo, tras el inicidente, las autoridades de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) aseguraron que se trató de un hecho aislado, y destacaron la amplia cobertura de agua potable, recolección y tratamiento a nivel global que tiene el país.
En su documento “Reporte de la Industria del Agua Urbana en Chile”, Andess asegura que Chile fue el primer país en alcanzar el 100% de cobertura de tratamiento de aguas servidas, con índices superiores a países como Holanda y Luxemburgo.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que una de cada tres personas en el mundo -el equivalente a 2.400 millones- no disponen de servicios higiénicos conectados al alcantarillado e incluso 946 millones defecan al aire libre.
La recolección del agua en Chile, en su gran mayoría proviene de dos fuentes: superficiales y subterráneas, además de dos plantas desaladoras en el norte del país que obtienen agua potable del mar.
Revisa en esta infografía cómo se obtiene el agua a lo largo de Chile.