La piel, el órgano más grande del cuerpo humano, es también el órgano más difícil de obtener para su trasplante a pacientes quemados o con otras patologías. En principio, gran parte de la familia de los potenciales donantes con muerte cerebral se rehúsan a entregar parte de la piel para cubrir las necesidades de quienes necesiten de este órgano para salvar sus vidas.

Sin embargo, un equipo de cirujanos en Iquique llevan a cabo un plan para encontrar nuevas fuentes para trasplante de este vital órgano: pacientes vivos que felizmente donan parte de sí para salvar la vida de muchas otras personas.

Chile tiene una tasa de 10,4 donantes por millón de habitantes, la misma que el promedio de Latinoamérica, pero lejos de países de la OCDE como España, que tiene una tasa de 49 donantes por millón de habitantes. Si abrimos el detalla de la donación de piel, esta brecha se extiende aún más.

La realidad era esta: en Chile había entre una y dos donaciones de piel al año. En todos los casos, de personas fallecidas cuyas familias aceptaban realizar la donación de ese órgano. Pero esa cantidad de piel era muy escasa para la demanda de pacientes que arriesgaban su vida con quemaduras, heridas u otras afecciones complejas.

“Nuestra cultura es de no donar, particularmente la piel. Hay un prejuicio de que el cadáver va a quedar desfigurado después de la donación y eso es un prejuicio, porque la piel se saca con un dermatomo que no genera alteración estética”, comenta el Dr. Marcelo Fonseca, miembro titular de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica. Consciente de esta dificultad, resolvió investigar y luego actuar.

Dr. Fonseca y su equipo

Así es la técnica única en el mundo creada por médico chileno para trasplantar piel humana

Estos tejidos usualmente son extraídos de la espalda, muslos y la cara anterior de las piernas de los donantes muertos. Sin embargo, aún existe en Chile un déficit de donantes; sin mencionar los factores emocionales que implica este proceso para la familia del donante y pare el receptor de esta piel.

Una persona con la desprotección de esta piel sufre un alto peligro de contraer infecciones que lo podrían llevar a la muerte. Fonseca, entonces, llegó a la conclusión de que las pieles sobrantes de personas que se realizan procedimientos estéticos, como la abdominoplastia, podrían servir. Se trata de algo que no se había hecho en ninguna otra parte del mundo.

En agosto de 2020 estuvo a cargo del primer procesamiento de piel en donante vivo en el país, que fue realizado en la Clínica RedSalud Iquique. “La piel de donante vivo es mucho mejor, porque podemos utilizar la epidermis y también la dermis, que es finalmente lo que rellena la herida y permite acondicionar la zona, donde después va la piel definitiva del mismo paciente”, comenta el doctor. Esto, explica, disminuye “enormemente” los riesgos de infecciones. La intervención fue un éxito.

Donaciones de piel humana viva

Luego, en un trabajo conjunto con la Coordinación Nacional de Procuramiento de Trasplante del Ministerio de Salud y gracias al apoyo de la empresa privada, el doctor Marcelo Fonseca logró desarrollar el Banco de Piel de Iquique, único en Chile. En ese recinto, la piel que se extirpa y sobra de cirugías de entornos corporales son procesadas e irradiadas por la Comisión Chilena de Energía Nuclear, quedando disponible para el uso clínico.

En una primera etapa, esto fue pensado para los pacientes grandes quemados, pero actualmente se utiliza en otras patologías como heridas complejas como recién nacidos, extirpación de tumores, pie diabético, entre otras. “Ha sido un tremendo aporte para la medicina nacional”, sostiene el cirujano.

Hoy, además de Iquique, otras regiones del país están realizando donaciones. Ya se han llevado a cabo procedimientos de recepción de piel en la Clínica Indisa, en el Hospital del Trabajador, en la Posta Central y en el Hospital de Valparaíso. En total, han sido más de 100 los pacientes que han donado su piel, 40.000 centímetros cuadrados procesados de este órgano, y más de 60 pacientes beneficiados por este proyecto.

Dr. Fonseca en un procedimiento de trasplante de piel

“Es un orgullo poder ver que nuestra idea en esta primera etapa fue una ayuda de nuestros pacientes de la región, pero ya está siendo ayuda en pacientes de todo Chile y en el día de mañana quizás pacientes de todo el mundo se beneficien de esta forma distinta de hacer las cosas”, añade Marcelo Fonseca. “Cada cierto tiempo nos mandan fotos de pacientes operados, y también para los pacientes que donaron su piel es una alegría, porque además de sentirse bien físicamente saben que hicieron el bien para otra persona”, agrega.

Los pacientes que han aceptado ser donantes de piel están al tanto de los fines que esta tendrá. Además, se someten a exámenes de laboratorio para disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades infectocontagiosas.

“La caja de Joao” y el Banco de Piel humana que salvaron la vida de un niño

En 2020, el pequeño Joao perdió su brazo en un trágico accidente automovilístico, entre la ruta que conecta Antofagasta e Iquique. Para poder salvar al pequeño, los cirujanos debieron recurrir a trozos de piel para cubrir las grandes heridas provocadas. Y estas partes viajaron desde Santiago hasta la Región de Tarapacá para afortunadamente salvar la vida del niño de 8 años.

Hoy, esta misma dinámica de enviar piel procurada desde distintos puntos del país se realiza en lo que ahora llaman “La caja de Joao”. En estos contenedores controlados viajan rápidamente desde múltiples centros de salud del país estos cuadros de 100 centímetros cuadrados que son destinados a tratar quemaduras y heridas de múltiples pacientes que día a día requieren de este órgano.

Según confiesa Fonseca, la idea es que cada vez más instituciones se sumen a integrar una red colaborativa para la donación y preservación de piel. Esta operación era realizada antiguamente por el Banco Nacional de Tejidos, ubicado en el Hospital San Borja Arriarán. Sin embargo, el incendio que afectó a sus instalaciones en 2021 dejó inoperativa esta institución, hasta el momento.