“Es como una droga”: Estos son los dos temas que más peleas generan en Twitter entre usuarios chilenos
Estudio internacional, que incluyó a Chile, determinó que la adicción a opinar en esta red social alcanza es como una droga, porque genera endorfinas y dopamina que activan los receptores opioides, provocando comportamientos nocivos para la salud y el ambiente de la conversación digital.
Twitter no es la red social más usada en el país. Solo el 14,1% de los usuarios de este tipo de aplicaciones en Chile reconocen usarlas, lo que representa a unas 2,25 millones de personas.
Aunque su propósito inicial era entretener, hoy se ha transformado en un medio de información y opinión entre sus usuarios. Según EAE Business School las redes sociales proyectan influencia sobre la vida y comportamientos de los consumidores, desde las más simples decisiones de compra, hasta el voto político.
Y aunque Twitter es solo una red social, funciona como una especie de amplificador de lo que sucede en la sociedad. “Twitter por sí mismo no es un espacio fielmente representativo de la sociedad. Pero lo que sí sucede es que esas conversaciones dinámicas se amplifican y luego puede tener un efecto de contagio importante sobre otros sectores de la sociedad que no participan de esa dinámica”, dice Juan Cristóbal Portales, director general de la consultora especializada en comunicación LLYC, empresa que realizó un informe que determinó el poder adictivo y las temáticas asociadas a la polarización del debate público en Twitter.
El informe, titulado The Hidden Drug (la droga oculta) analizó, 601 millones de mensajes en Twitter en 12 países, incluido Chile. A partir del informe, la consultora reveló que durante los últimos cinco años en Iberoamérica, la polarización en determinados temas ha crecido un 40% y la adicción a las redes sociales crece 11%.
El efecto de la pandemia ayudó en esta alza, ya que hizo que las redes sociales fueran la única vía de comunicación entre las personas durante el confinamiento. La necesidad de compartir, publicar y opinar en Twitter aumentó 11% en marzo de 2020 y desde entonces no se detiene.
Twitter es una red social que permite escribir mensajes de forma rápida y sencilla. Los llamados tuits son publicaciones en donde se pueden comunicar ideas, comentarios o pensamientos, que fácilmente comienzan a escalar con respuestas sobre respuestas. Es considerado como un termómetro de la conversación social.
Portales explica que la participación en esta red opera como una suerte de ecosistema muy particular de opinión. “En general, quienes van a Twitter son personas que tienen un interés en determinado tipo de tema, tienen una agenda, están informados, o tiene un interés por participar de cierta discusión. A diferencia de otras redes sociales como Instagram o Facebook. Twitter aunque opera como un ecosistema chiquitito, igual es una caja de resonancia importante”.
El documento determinó que la adicción a opinar en esta red social alcanza el rango de una droga, porque genera endorfinas y dopamina que activan los receptores opioides, provocando comportamientos nocivos para la salud y el ambiente de la conversación digital.
“La participación en estas discusiones va despertando ciertos estímulos y sensores en el cerebro que generan un estado de ansiedad y de adicción mayor”, comenta Portales. “No solamente genera un falso sentimiento identitario de pertenencia a algo, sino que también atrae a otros a esa conversación y es un círculo que se va ampliando cada vez más”.
Polarización en Chile
La polarización se ha convertido en una droga oculta que está en pleno crecimiento en las sociedades de la región. El efecto de la pandemia es una causa que demuestra la adicción a comentar en temas polarizados que crece un 8% año tras año.
El principal tema que genera polarización y adicción en Chile es la migración, que en los últimos años ha sido uno de los países de destino preferidos por las comunidades que se desplazan, conclusión a la que llegaron analizando los mensajes de Twitter usando big data e inteligencia artificial.
Desde 2017, más de un millón de personas extranjeras viven en Chile según el Servicio Nacional de Migraciones y durante los últimos cinco años, esta cifra aumentó hasta alcanzar un millón y medio.
La comunidad venezolana es el grupo que más ha crecido y actualmente supera un 30% del total de personas migrantes que residen en nuestro país. Además, la comunidad peruana registra más del 17%, y en menor medida, se ubican las comunidades haitiana y colombiana con cerca de un 12%.
La adicción a comentar sobre la inmigración es preocupante para Portales, ya que quienes opinan sobre el tema no son personas que comentar una vez y salen, sino que participan de manera reiterada.
“Son grupos que se van haciendo adictos al conflicto. Van participando cada vez más, de manera más violenta y más agresiva en esas conversaciones. Por eso hablamos de que la polarización hoy día se ha instalado como la nueva droga en nuestras sociedades”, explica el director general de LLYC.
El feminismo es el segundo tema de conversación que más polariza a la sociedad chilena según el informe. Los principales motivos apuntan a la despenalización del aborto y la paridad de género en órganos políticos, uno de los objetivos hacia donde algunos sectores políticos buscan avanzar.
Los derechos humanos también son un tema que refleja una alta polarización en la conversación de Twitter, el cual creció notoriamente con el estallido social de 2019. Asociado a dicho evento, los desencuentros entre el Gobierno y los medios empujan con fuerza la polarización del debate en torno a la libertad de expresión que registra un crecimiento 6,6 veces mayor que hace cinco años. Y en menor medida, los ajustes de las políticas migratorias que impulsa el Ejecutivo muestran un crecimiento 2,8 veces mayor en la actualidad
Nuevas voces toman protagonismo
Otro punto importante a destacar es que las voces más conservadoras han ganado terreno en ciertos temas de discusión, como la inmigración (+29%) y la libertad de expresión (+11,2%).
Por otro lado, los progresistas siguen manteniendo ventaja en cambio climático (+57,4%), racismo (+53,6%) y derechos humanos (+41,2%).
Para determinar estos grupos, el informe identificó las comunidades en la red de engagement: Esto se hace mediante el algoritmo Louvain, el que es automático. De esta manera, se tienen unas pocas comunidades y cada uno de esos usuarios que participa en la conversación asignado a una comunidad. Visto de otra manera, agrupa los usuarios en comunidades según la afinidad que han mostrado al interactuar.
Posteriormente, para cada comunidad, se identificaron a aquellos usuarios cuyos mensajes han sido compartidos por más gente.
Así se fijaron en los usuarios con mayor grado de engagement y etiquetaron a toda la comunidad según su ideología política. En las comunidades de marcado signo político se suele encontrar a muchos políticos y activistas en el top 20. A veces, encontraron comunidades que no tienen un marcado signo político, y son etiquetadas como neutrales (no cuentan a la hora de medir la polarización).
En el caso de la migración, las voces conservadoras están defendiendo mayores restricciones a los inmigrantes, lo que preocupa a LLYC. “La polarización es el primer paso para luego caer en adicción”, comenta Portales.
Para combatir la polarización Portales indica que es necesario reducir los grados de desconfianza que existe con la élite política, económica y la ciudadanía, ya que entienden la polarización como un problema de la democracia.
“En la medida que la ciudadanía empieza a confiar más en sus instituciones, empieza a confiar más en las empresas, este grado de desconfianza se va a reducir y las expresiones más radicalizadas también se van a empezar a disminuir”, finaliza.
La polarización a nivel Iberoamericano
El nivel de polarización de la conversación en Iberoamérica ha crecido un 39% en los últimos 5 años y cada año más personas participan de conversaciones polarizantes en redes sociales. Uno de los países donde el fenómeno está muy presente es en Brasil, donde los procesos y recambios electorales han profundizado la división en la ciudadanía.
El principal tema que genera polarización en América Latina y el Caribe es el aborto, lo cual está asociado al auge de las movilizaciones feministas y el avance de la paridad de género en distintos ámbitos de la vida cotidiana. Más abajo, se ubican la libertad de expresión y los derechos humanos que son dos áreas donde la conversación alcanza mayor notoriedad.
A nivel iberoamericano, el ascenso de la derecha en Twitter ha reducido las brechas desde un 40% de desventaja hasta una mínima diferencia con respecto de los grupos progresistas en redes sociales. Aunque la polarización llegaría a un balance entre ambas posturas, la tendencia hacia el conflicto que despierta cada uno de estos temas es un fenómeno que está en auge en la región y podría revertir el equilibrio actual.
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