¡Conservamos lo que valoramos, valoramos lo que conocemos!
Las zonas costeras por lo general son asociadas al descanso por las personas, a quien no le gusta salir de la rutina de la ciudad y descansar mirando el mar, pero la mayoría desconoce que estos lugares no son solo un spot para descansar y pasarlo bien, sino que también albergan una gran cantidad de procesos y habitantes.
Al hablar de habitantes, no sólo hablo por las personas que tenemos el privilegio de vivir en la zona costera, sino que hablo por los que muchas veces son invisibles, hablo por nuestra geografía, hablo por nuestra flora, y hablo por nuestra fauna, en esta última me gustaría detenerme en un especial grupo de especies conocidas como aves playeras. Y es que la mayoría de nosotros alguna vez pensó o asocio que las aves todas anidaban en los árboles o espacios altos, jamás pensamos que podían llegar a nidificar en el suelo, ¿o sí?. Encerrados en nuestra rutina olvidamos que no estamos solos en este espacio al que llamamos hogar y qué así como compartimos con otras especies, lo hacemos con procesos dinámicos también.
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Crédito: Esteban Araya[/caption]
La publicidad de vehículos 4x4 y motos nos invita a usarlas y "romper los límites" pero ¿dónde nos invitan a realizar esto? Fuera de las ciudades en espacios naturales abiertos, como dunas y playas, ya que allí aparentemente solo existe agua y arena, pero ahí hay todo un ecosistema el que debería tener la misma publicidad y promoción que estos vehículos. ¿Por qué nuestra biodiversidad, nuestra geografía no tienen esa promoción, por qué no tienen esa publicidad?
Volviendo a ese especial grupo que les mencione de las aves playeras, estas son cada vez menos, y cada vez más impactadas, estas especies nidifican en la arena, sus pequeños huevos se camuflan con la superficie de la arena y pequeñas rocas; al salir del huevo se les llama nidífugas, ya que comienzan a moverse en busca de alimento y su plumaje también los ayuda a camuflarse… ¿pero sobre una moto, o camioneta a alta velocidad serán sus usuarios capaces de reconocerlos? La respuesta es no, y es lo que sucede hace mucho tiempo en varias playas y humedales costeros de Chile.
Las aves playeras son grandes viajeras, muchas de ellas viajan desde el hemisferio norte al hemisferio sur por una ruta, en la que utilizan playas y humedales como "hostales de paso" para recargar energías, descansar y poder seguir con su gran viaje; pero cada vez estamos ocupando estos lugares, fragmentándolos o impactándolos, perdiéndose grandes superficies de humedales costeros, y todo lo que está relacionado a ellos, como sus servicios ecosistémicos, y los beneficios que estos lugares tienen y entregan a las personas y el ambiente.
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Crédito: Esteban Araya[/caption]
El Pilpilén (Haematopus palliatus) es una de estas especies, residente en muchas partes de la costa central de Chile, es una especie que se encuentra protegida por la Ley de Caza 19.473 y su reglamento, en el cual además es una especie que está catalogada como benéfica para la mantención del equilibrio de los ecosistemas naturales"; sumado a lo anterior, en Chile está prohibido por el decreto supremo (M) 1.340 artículo 313, ingresar y circular con vehículos por playas, pero aun cuando tiene esta consideración, su población se ha visto afectada por el impacto de la circulación de vehículos por las playas.
En la zona de Central de Chile este problema es muy común y frecuente en varias partes de ésta, pero de forma particular en el sector de Ritoque, playa que se ubica al norte de la desembocadura del río Aconcagua (humedal de Concón) en la comuna de Quintero, pero que tiene algunas condiciones para que se den estas acciones, la primera es que las características de la zona "permiten" la circulación de vehículos por ser una playa extensa y ancha en algunos sectores; sumado a que en el sector de Punta Piedra se permite el ingreso de vehículos a la playa por una entrada y pago. Además las dunas de Ritoque han sido impactadas durante mucho tiempo por quienes realizan actividades con vehículos 4x4 y motos, (incluso campeonatos, comerciales publicitarios, entre otros) todo lo anterior debido al desconocimiento que existe de los impactos que se provocan sobre el área.
Pero el sector es en paralelo reconocido internacionalmente como un sitio IBA (Sitio de importancia para las aves migratorias), parte dela ruta migratoria del pacifico en América (RMPA); tanto las dunas como el humedal de Mantagua son sitios prioritarios para la conservación; entre otras características del lugar. La desembocadura del humedal de Mantagua está ubicada en esta área y son miles las aves migratorias y residentes las que hacen uso y ocupación de este sector para reproducirse, criar, descansar y alimentarse, y son éstas mismas las que están expuestas cada sábado, domingo, festivos, y en temporadas de vacaciones, en cuanto la circulación de estos vehículos aumenta.
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Crédito: Esteban Araya[/caption]
¿Qué pasa entonces con la fiscalización? En la actualidad cuando los ciudadanos reportan estos impactos en las redes, la capitanía de puerto de Quintero, no demora en responder que si uno ve una acción como esta, debe hacer la denuncia al número de la guardia 32 2930057, pero que se deben incluir la patente de los vehículos. ¿qué pasa cuando uno no puede tomar registro de la patente, o cuando de forma matonesca los conductores tiran los encima? ¿qué pasa con la denuncia, se puede hacer? Si es sabido por donde ingresan en su mayoría los vehículos a la zona, y entendiendo los impactos que producen, ¿no sería mejor hacer fiscalización permanente o más frecuente al menos en la zona?
Debemos seguir mirando como uno de los pocos lugares naturales de Quintero se pierde, debemos como ciudadanos seguir esperando a que nadie haga nada, ¿qué pasa con el municipio de Quintero? ¿Qué pasa con las autoridades locales? Ritoque y Mantagua son parte del patrimonio natural y cultural del territorio y es deber de todos mantenerlo, desde nuestras distintas disciplinas debemos contribuir, poniendo en valor el lugar, divulgando sus características, fiscalizando para evitar que se siga dañando.
No podemos conservar lo que no valoramos, y no podemos valorar lo que no conocemos, por lo que es muy importante dar espacio en los medios, en nuestros espacios locales, en nuestra vida a conocer el territorio en el que habitamos, aprender que no estamos parados en un pedazo de suelo sin nada, aprendamos a reconocer nuestra geografía, sus elementos, porque de esa forma estaremos contribuyendo a un mejor futuro para nosotros y los que nos importan.
El pilpilén y muchas especies más te lo agradecerán, y como persona se llevarán una sorpresa al descubrir un mundo nuevo, que siempre ha estado ahí frente a nosotros.
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