Cada vez con mayor frecuencia escuchamos hablar de la economía de los cuidados, esa que reúne a los trabajos domésticos y de atención a otros, que es nula o escasamente remunerada y que, sin embargo, constituye un pilar fundamental para la marcha de la actividad de las sociedades.
El estudio sobre corresponsabilidad y estereotipos de género realizado en alianza por Criteria y REDMAD, vino a actualizar los datos sobre una realidad que ha sido parte de las conversaciones en el último tiempo: la inequidad en el reparto de las tareas del hogar y de cuidados. Los resultados del estudio indican que, aunque los hombres están participando en ambas actividades, están lejos de equiparar la responsabilidad que asumen las mujeres.
La investigación, basada en una encuesta a 800 personas, revela, además, al menos dos aspectos novedosos. El primero agrava la falta de corresponsabilidad observada: los padres que participan en algunas labores de cuidados de sus hijos, tienden a hacer solo aquellas actividades que les agradan (como jugar, dar consejos y ayudar con las tareas de los niños). Las mujeres, en cambio, hacen tanto las que les gustan como las que no les gustan.
El segundo es que está superada la creencia básica que podía sustentar el desigual reparto de tareas de cuidado de niños. En efecto, el estudio muestra que la gran mayoría de la población cree hombres y mujeres están igualmente preparados para la crianza de los niños (el 72% está en desacuerdo con la afirmación “las mujeres están naturalmente mejor preparadas que los hombres para cuidar un niño o una niña”; el 81% rechaza que “un niño o niña siempre va a ser mejor cuidado por una madre que por un padre”; y el 87% tampoco está de acuerdo con que “los niños y las niñas se desarrollan mejor emocionalmente cuando son criados por mujeres”). Desde una perspectiva optimista, esto implica que los cambios culturales están bien encaminados y bastante avanzados. Así que debemos centrarnos en los cambios conductuales, respondiendo a la pregunta ¿cómo promovemos la corresponsabilidad desde las empresas y el sector público?
Las consecuencias de la falta de corresponsabilidad van mucho más allá de las que afectan a aquellas mujeres que, según la OCDE, trabajan 12 horas semanales más que los hombres. Mantener la estructura actual en la distribución de las tareas domésticas y de cuidado está impactando la capacidad de atracción y retención de talento de las empresas, tanto para mujeres como para hombres. Las organizaciones de la era post pandemia necesitan transformarse para estar a la altura de los nuevos desafíos (económicos, culturales, sociales y medioambientales), lo que nos llama a avanzar rápidamente hacia una cultura de los cuidados compartidos, para permitir que todos podamos participar y desarrollarnos en igualdad de condiciones.
Precisamente, pensar el futuro del trabajo en un mundo pospandemia, integrando las posibilidades que ofrece la tecnología y, apoyando especialmente el desarrollo del talento femenino y el empleo, es el tema que inspira el Summit REDMAD, Reactivación económica con equidad de género. En él, tendremos la oportunidad de escuchar, entre otros, a la economista Nancy Folbre, especialista en economía del cuidado, un aspecto clave de cara a la reactivación económica.
*Presidenta de Red Mujeres de Alta Dirección, REDMAD.