COP26 sin mayores señales de progreso: ¿Por qué cuesta tanto llegar a un acuerdo y detener el cambio climático?

Aspectos económicos, políticos y tecnológicos son señalados como causantes en la demora de toma de decisiones medioambientales. Los países en vías de desarrollo piden mayor colaboración por parte de las naciones desarrolladas.


Luego de casi dos semanas de negociaciones, exposiciones, acuerdos y desacuerdos medioambientales y climáticos, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26) llega a su fin, sin resultados concluyentes y con más dudas que certezas. Todo indica que el dinero es una de las razonas por las que cuesta tanto llegar a un acuerdo y detener el cambio climático.

Todos estos días, con la presencia de Chile, más de 50 naciones se reunieron en Glasgow (Escocia) con un solo objetivo: Detener o aminorar el cambio climático y llevar a cabo el Acuerdo de París.

Desde un comienzo los grandes líderes gubernamentales y climáticos establecieron la emergencia de la situación. El secretario general de la ONU, António Guterres, aseveró que, si el mundo no actúa rápidamente, la población mundial “estará cavando sus propias tumbas”, mientras que el primer ministro británico Boris Johnson comparó la situación del planeta con la de James Bond amarrado a una bomba de tiempo, tratando desesperadamente de desactivarla.

Además, se fijaron otros grandes objetivos: Revertir la deforestación para 2030, controlar la emisión de metano, principal componente del gas natural que es 20 veces más potente que el dióxido de carbono, a través de la reducción de un 30% sus emisiones, la fijación de precios del carbono y descarbonizar el transporte, entre otros.

Chile, a través de los ministerios de Medio Ambiente, Ciencia y Tecnología, y Energía, aprovechó la ocasión para presentar al mundo su plan de trabajo llamado Estrategia Climática de Largo Plazo 2050 (ECLP), el que establece los objetivos y metas que permitirán que Chile sea carbono neutral y resiliente al clima a más tardar en 2050. Días después, junto a otros 30 países, se comprometió a eliminar automóviles a combustión para 2035.

A pesar de que los dos mayores emisores de dióxido de carbono en el mundo, Estados Unidos y China, acordaron intensificar la cooperación para abordar la crisis climática, la COP26 deja un “sabor amargo”, ya que no ha entregado mayores compromisos y progresos concretos, sobre todo para naciones en desarrollo. ¿Por qué cuesta tanto llegar a un acuerdo y detener el cambio climático?

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que al igual que en todas las COP previas, “la COP26 termina con más tareas pendientes que avances. Sin embargo, hay varios anuncios que son dignos de destacar, como el compromiso de alcanzar la carbono neutralidad por parte de Australia, Rusia, Arabia Saudita, Brasil e India. Aunque este último se comprometió a que sus emisiones netas sean cero recién en 2070″.

Cristián Muñoz, director de Breves de Energía, cree que esto ocurre porque para estabilizar la temperatura, según la recomendación del IPCC, implica transitar de los combustibles fósiles, que comprenden el 80% de toda la energía primaria que se ocupa en el mundo, a energía cero-emisión. “Esta transición se debe realizar en los próximos 30 a 40 años, sin embargo, la tecnología 24x7 cero-emisión que permita cumplir con esta meta aún no es completamente competitiva con la energía de origen fósil”.

Otro anuncio muy interesante, establece Cordero, “es el compromiso de reducción de emisiones de metano en un 30% hasta el 2030. Se trata de un poderoso gas de efecto invernadero, responsable de casi el 20 % de este fenómeno que está calentando el planeta, así como el anuncio para eliminar la deforestación dado a conocer por decenas de países. La novedad principal de este anuncio es que se sumó Brasil”.

Está por verse como evolucionará, “pero quizás el anuncio más interesante y sorpresivo de la COP fue el realizado conjuntamente por Estados Unidos y China para coordinar sus esfuerzos futuros de mitigación. Estos dos países son responsables de más del 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, así que de fructificar, la coordinación entre estos colosos sería un gran paso adelante”, señala Cordero.

Muñoz añade que las reducciones de CO2 provenientes de economías en desarrollo, “como las de América Latina, aunque bien intencionadas, no tendrán impacto alguno, aumentarán el costo de la energía y desviarán recursos que se podrían usar para adaptar y proteger a las zonas más sensibles de los efectos del cambio climático”.

Acuerdos no vinculantes

Al momento de firmar acuerdos, los recursos son habitualmente un punto de discordia. El objetivo es que los países desarrollados presten ayuda (económica) a las naciones en desarrollo, para así hacer frente al calentamiento global y sus consecuencias. Este punto se convirtió en un eje central de las negociaciones. “Me gustaría abordar la necesidad crítica de redoblar los esfuerzos hoy para llegar a donde tenemos que estar para lograr resultados sustanciales en materia de financiación”, señaló Alok Sharma, presidente de la cumbre.

La mitigación del cambio climático requiere el abandono total y definitivo del uso de combustibles fósiles. “Por lo tanto, la acción climática representa una amenaza para el principal producto de exportación (el petróleo y sus derivados) de varios países en el mundo. El hecho de que deban ser unánimes, siempre va a complicar los acuerdos de la COP, pues los países exportadores de petróleo siempre se van a oponer a que la descarbonización avance más rápido”, reconoce el climatólogo de la Usach.

Los países en vías de desarrollo desean normas más estrictas a partir de 2025, luego de que los países desarrollados o con más recursos, no cumplieran la promesa de aportar U$ 100.000 millones anualmente para 2020 con el fin de ayudarles a frenar las emisiones y hacer frente a los efectos del aumento de las temperaturas.

En los últimos 30 años, estas cumbres si bien traen buenas intenciones, “en la práctica se han traducido en acuerdos no vinculantes, con metas insuficientes que se van postergando hacia las próximas décadas. La solución al cambio en clima, más bien, provendrá del ingenio humano, que a través de la invención de nuevas tecnologías permitirá reemplazar de manera económica a a energía fósil”, establece el director de Breves de Energía.

Lo negativo, sin duda, es el poco acento y los nulos esfuerzos adicionales comprometidos en torno a la financiación. “En el marco del Acuerdo de París, los países desarrollados se comprometieron a financiar los esfuerzos de mitigación y adaptación de los países menos desarrollados. Estos compromisos apenas se han cumplido y no se ha avanzado mucho ni en aumentar, ni en transparentar, ni en focalizar esos fondos. Es de esperar que en la próxima COP el tema del financiamiento sea el principal. Al menos es el más relevante para quienes habitamos en países en desarrollo”, argumenta Cordero.

El primer borrador, previo a la Declaración Final de la COP26, solo sugiere e insta a estos países a fortalecer su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC), proponiendo una reunión de ministros el próximo año y una cumbre de líderes en 2023. No habla de exigencias. Además, pide financiación a través de subvenciones, lo que podría aumentar la deuda de cada nación. Los países en desarrollo sostienen que un impuesto a los mercados de carbono supondría una ayuda fundamental.

Para saltarse el bloqueo de los principales exportadores de petróleo, se ha comenzado a avanzar en acuerdos sectoriales, o entre grupos de países que no requieren de un acuerdo unánime. “Éstos siempre van a tener un alcance limitado porque están reducidos a grupos de pocas decenas de naciones. Sin embargo, siempre sera mejor tener avances limitados que no avanzar nada”, recalca Cordero.

COP26 emite segundo borrador climático

Esta mañana se reveló el segundo documento o borrador con los principales acuerdos climáticos, el que nuevamente no dejó satisfechos a ecologistas y organizaciones medioambientales. Una de éstas es el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que señaló que el escrito presenta un retroceso en áreas clave como descarbonización y en los subsidios a combustibles fósiles.

Vanessa Pérez-Cirera, subdirectora global de Clima y Energía de WWF, establece que esperaban que este segundo borrador fuera más fuerte y más concreto en áreas cruciales. “La eliminación acelerada y constante de la energía en base a carbón y los subsidios ineficientes para los combustibles fósiles son puntos considerablemente más débiles que en el texto anterior, pero sin embargo es una señal importante. Debemos procurar una eliminación gradual de éstos, con plazos para su cumplimiento, si queremos asegurarnos que el objetivo de 1,5 ℃ siga siendo alcanzable”.

Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, manifiesta que si bien en general se aprecian algunos avances, “todavía no están a la altura de lo que las personas, el planeta y, principalmente, las nuevas generaciones esperan y merecen para poder establecer las condiciones de un futuro sustentable de prosperidad, equidad y resiliencia climática, factores muy relevantes para países como Chile, con alta vulnerabilidad a los impactos de la crisis del clima”.

El borrador que acabamos de recibir se ve empobrecido con respecto al anterior, ya que la mención del abandono de los combustibles fósiles y su financiación que valorábamos positivamente se ve debilitada. “En lugar de mencionar a los combustibles fósiles como el problema, se incluye en un párrafo genérico sobre tecnología, debilitando el texto y permitiendo así la continuidad de los sectores que nos han traído a la situación actual”, señala la delegada de Ecologistas en Acción en la Cumbre del Clima en Glasgow, Irene Rubiera.

Sin embargo, la ejecutiva de WWF destaca que es alentador que el nuevo texto enfatice el papel fundamental de la naturaleza en el logro del objetivo de temperatura del Acuerdo de París. “La ciencia es clara: no hay una ruta viable para limitar el calentamiento global a 1,5 ° C sin la naturaleza. Es vital que las partes se aseguren de que este lenguaje permanezca en el texto final”.

El aumento a corto plazo de los compromisos climáticos para 2022, que continúa en el texto, es bienvenido, “pero aún no está alineado con la meta de 1,5 ℃. Esto debe ir acompañado de una acción a corto plazo, por ejemplo, acordando eliminar los billones que se gastan en subsidiar los combustibles fósiles anualmente, lo que bien podría servir para cubrir los US$ 100 mil millones que las partes del Acuerdo de París no lograron alcanzar en esta COP”, explica la subdirectora global de Clima y Energía de WWF.

Pérez-Cirera añade que “estamos decepcionados de que la referencia a las soluciones basadas en la naturaleza y los enfoques basados en ecosistemas se eliminaron del texto. Éstas ya tienen una definición ampliamente aceptada junto con un estándar sólido. Su importancia radica no solo en la mitigación del cambio climático, sino también en su contribución crucial al desarrollo social y al aumento de la resiliencia de los más vulnerables”.

El borrador publicado a primera hora de este viernes es “un paso atrás claro respecto a los textos anteriores, que ya eran insuficientes”, señala Ecologistas en Acción, organización que reúne a más de 300 grupos ecologistas.

Lea también en Qué Pasa:

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.