Coronavirus llegó en diciembre a Francia y febrero a Chile: ¿Cómo y cuándo se expandió la enfermedad por el mundo?
Científicos franceses y chinos debaten sobre la fecha de inicio del brote, y el momento de su llegada a los distintos países. En Chile, expertos sostienen que la infección arribó semanas antes del primer caso confirmado, y es muy probable que hayan habido personas infectadas con la enfermedad, sin darse cuenta de ello.
Aunque oficialmente las autoridades sanitarias de Beijing confirmaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la existencia de un brote “desconocido” de neumonía el 31 de diciembre de 2019, hoy, a cinco meses del inicio de la pandemia de coronavirus, aún existen diversas versiones sobre dónde y cuándo se originó, así como en qué fecha llegó realmente al resto de los países.
Las versiones son diversas. En China, de acuerdo a científicos de Wuhan, el primer caso se remonta al 8 de diciembre, una semana después de lo que afirma un estudio de The Lancet que apunta al 1 de diciembre como fecha de comienzo del brote.
Por otro lado, una investigación del Imperial College de Londres y la OMS establecen al “ancestro común” del virus el 5 de diciembre -con un margen entre el 6 de noviembre y el 13 de diciembre-, mientras que la Universidad de Edimburgo va más atrás y señala que el antepasado común del virus data del 17 de noviembre -con margen entre el 27 de agosto y el 29 de diciembre-, algo que autoridades chinas confirmaron posteriormente.
Pero mientras se acercaba el año nuevo y en China se reportaban los primeros casos, en Francia, a 9 mil kilómetros de Wuhan, el virus pudo haber arribado un mes antes de su llegada oficial a Europa, pasando inadvertido para los médicos.
Así lo sostiene un estudio publicado en el International Journal of Antimicrobial Agents, donde se asevera que el coronavirus circulaba en el país el 27 de diciembre, mucho antes del 24 de enero, cuando se confirmaron los primeros casos correspondientes a dos ciudadanos chinos provenientes de Wuhan.
En el documento, el Dr. Yves Cohen, jefe de la unidad de reanimación de los hospitales Avicenne y Jean-Verdier en Seine-Saint-Denis, cerca de París, y a la vez uno de los autores del estudio, explica que decidieron verificar los registros de pacientes anteriores en caso que el virus se haya propagado sin ser detectado.
Para ello observaron a pacientes ingresados en el hospital con una enfermedad similar a la gripe entre el 2 de diciembre de 2019 y el 16 de enero de este año diagnosticados con influenza, probando muestras congeladas de esos pacientes buscando detectar coronavirus. En sus resultados, descubrieron una muestra positiva de un hombre de 42 años nacido en Argelia, que vivió en Francia y trabajó como pescador. Su último viaje fue en su país natal en agosto de 2019.
Pero había un problema: El hombre no había estado en China, y uno de sus hijos también había se enfermó.
"La identificación del primer paciente infectado es de gran interés epidemiológico, ya que cambia drásticamente nuestro conocimiento sobre el SARS-COV-2 y su propagación en el país. Además, la ausencia de un vínculo con China y la falta de viajes recientes sugieren que la enfermedad se estaba extendiendo entre la población francesa a fines de diciembre de 2019 ", describen los autores, agregando que la posibilidad de contagio se relaciona con la esposa asintomática del argeliano, quien pudo infectarse en su trabajo, una sección de pescados en un supermercado donde también trabajan personas de origen asiático.
Hasta ese 24 de enero, Europa no había informado de ningún caso de forma oficial. En Italia, el país europeo más afectado por el virus, los dos primeros casos se informaron el 31 de enero, en dos turistas chinos en Roma. Además, investigadores estiman que la infección habría ingresado en Lombardía entre la segunda quincena de enero y principios de febrero, semanas antes de que se confirmara en esta región el primer foco epidémico alrededor del 20 de febrero.
El caso europeo no es el único. Investigadores en Estados Unidos también encontraron evidencias que el virus estaba infectando personas antes de los primeros casos reportados en el país de forma oficial, algo que según las evidencias, también ocurrió en Chile.
Sin advertencia
El 17 de febrero, autopsias practicadas en California a dos fallecidos con sospechas de estar contaminados con coronavirus revelaron infecciones antes del primer caso oficial el 21 de enero, y antes también del primer fallecido confirmado, el 29 de febrero.
El 23 de abril pasado, un estudio realizado a 3 mil personas en el estado de Nueva York en base a tests de anticuerpos determinó que más de uno de cada cinco habitantes había sido infectado por coronavirus. En cifras, casi un 14% dio positivo, mientras que en la ciudad de Nueva York, el 21,2% dio positivo.
Los números mostraban que 2,6 millones de personas en el estado y unas 1,7 millones en la “Gran Manzana” ya habrían contraído el virus, mucho más de lo que se pensaba.
Este martes, el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Christian Lindmeier, instó a los países a verificar sus registros de casos similares para proporcionar una imagen más clara de cómo y cuándo comenzaron los brotes. Sostuvo que los datos revelados hasta ahora “no son sorprendentes” e indicó que “es posible que se encuentren más casos tempranos”.
La cicatriz
La Dra. Claudia Cortés, infectóloga de Clínica Santa María y vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Infectología, explica que “cuando se reciben pacientes con neumonía, en cualquier parte del mundo se buscan los virus, bacterias u hongos más comunes que causan la enfermedad. Pero incluso en los mejores centros médicos logran encontrar el agente infeccioso específico de la neumonía entre el 50 y 60 por ciento de las veces. Hay otro 40 o 50 por ciento en que no se puede identificar qué agente infeccioso provocó la neumonía, pero la persona se mejora igual”.
“En el caso de Wuhan, cuando comenzaron a llegar los enfermos, se buscaron patógenos habituales con neumonía. Los resultados salieron negativos, y la gente se moría. Entonces, teníamos un virus nuevo que provocaba una neumonía grave, mortal, y no estaba siendo identificada. Ahí fue cuando se dieron cuenta de la existencia de un nuevo agente que días después se reconoció como un virus”, cuenta.
“Pero Wuhan es una ciudad muy grande y poblada, y hay muchos viajes”, agrega. "Hay gente que pudo tener cuadros gripales menores o asintomáticos como los que conocemos hoy. Por lo tanto, es muy probable que antes que llegaran estos pacientes graves a Wuhan con esta neumonía “agresiva” y sin nombre, el virus haya estado circulando por la ciudad, contagiando a la gente que salía a otras ciudades.
Cortés sostiene que esto ya ocurrió en el mundo el VIH, en el que buscando en antiguas biopsias almacenadas se descubrió que el virus estaba circulando desde los años 60 y no en los 80 como se pensaba.
Sobre el estudio francés, la especialista puntualiza que los casos fueron descubiertos en medio de la influenza en ese país, por lo que los médicos asumieron que lo más probable es que se tratara de aquella enfermedad y diagnosticaron un tratamiento acorde a ella. “La gente pudo haber fallecido y ahora, en retrospectiva, con muestras almacenadas pueden determinar si era coronavirus o no”, añade.
¿Podremos saber si en Chile el coronavirus llegó antes? “Sí, existe la posibilidad”, sostiene. “En casos asintomáticos, gente que nunca se enteró que estaba infectada. Lo sabremos por estudios de serología”, subraya la infectóloga.
Cortés dice que en el Instituto de Salud Pública y algunos laboratorios, durante todo el año toman muestras respiratorias para ver la presencia de influenza, adenovirus y otros, lo que puede ayudar a encontrar rastros anteriores del virus.
De hecho, reportes del Ministerio de Salud afirman que unas 13 personas desarrollaron la sintomatología con antelación, situando sus contagios a mediados de febrero.
Añade que en Chile “es muy probable” que antes del primer caso hayan habido personas con cuadros menos severos, que no hayan consultado al médico y que hoy puedan ser revelados a través de un examen de inmunoglobulina g, una especie de “cicatriz inmunológica”, donde se vea si alguien tuvo la infección en el pasado.
"Quizá ese resfrío que alguien tuvo en febrero era coronavirus, y nunca lo supo”, asegura.
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