Corrida por la vida: Una gran oleada rosa inunda octubre

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Como cada año, durante este mes se conmemora el mes internacional por la concientización del cáncer de mama (o de la "prevención", o de la "lucha contra", preferirán decir otros), lo que implica una serie de activaciones, campañas, corridas e incluso ventas de productos, que ostentan la cinta representativa de la causa, y así una gran oleada rosa inundará octubre.

Entre tantas iniciativas, para quienes no se encuentran cercanos a la temática, cuesta distinguir cuál de ellas corresponde a una activación solidaria, una campaña que busca visibilizar la importancia del diagnóstico temprano, un servicio preferencial impulsado por el mes de la patología de algún centro de salud o simplemente una campaña de marketing de una determinada marca.

De esta manera, el cáncer de mama de tener "la suerte" de ser la patología oncológica de mayor connotación social en el mundo entero, corre el riesgo permanente de ser un producto, con toda la utilización y banalización de la causa que ese riesgo supone.

Así, muchas veces para el publico general no hay distinciones, y a menos que se esté particularmente sensibilizado con la problemática, no es del todo frecuente que se indague más profundamente en el objetivo último de cada una de estas acciones. De esta forma, pasan a tener un valor semejante campañas y activaciones con fines diametralmente opuestos, y cuando todo tiene el mismo valor, el valor mismo se desdibuja.

Cada año, la Corporación de Cáncer de Mama Yo Mujer, institución sin fines de lucro, constituida por un equipo interdisciplinario de especialistas en oncología (psicooncólogas, enfermeras oncológas, kinesiólogas, cirujana oncóloga de mamas, médicos oncólogos y oncólogas, nutricionistas etc), que da educación en la enfermedad y apoyo emocional gratuito a cientos de mujeres con cáncer de mama y sus familias, realiza la Corrida por la Vida.

La Corrida por la Vida este año cumple su 15ª versión y tiene como fin, además de ser una forma de visibilizar la temática del cáncer de mama, acompañar a quienes se encuentran hoy viviendo la enfermedad y recordar a quienes han fallecido por esta causa.

Hoy una ex paciente a punto de cumplir sus 5 años después de haber terminado sus tratamientos, habiendo sido diagnosticada a sus 37, contaba como un año fue a la corrida porque tenía que cumplir con "horas solidarias" para su empresa, sin tener mucha conciencia a qué iba, ni la envergadura de la causa que estaba apoyando. En ese entonces, nuestra corrida era más pequeña por lo que el kit del corredor se entregaba en las dependencias de la misma corporación.

Paola relataba cómo subió las escaleras en busca de su polera, fue a la corrida con un grupo de compañeras de trabajo y un año más tarde debió subir las mismas escaleras como paciente de Yo Mujer. Ese año, contó, vivió y sintió la corrida como si las 4.000 personas que corrieron en ese entonces, estaban corriendo ahí por ella y sus compañeras. Eso es el sentir de nuestra corrida, en que cada persona se anota en su número de corredor en el pecho, por quién corre, junto a cientos de otras personas.

Pero además nuestra corrida no sólo nos ayuda a difundir nuestra labor y no sólo es un tremendo mensaje de apoyo a quienes se encuentran viviendo la experiencia de un cáncer de mama. Nuestra corrida representa más del 50% del presupuesto anual de nuestra institución, para continuar manteniendo la gratuidad en todos nuestros servicios, para las cerca de 40 pacientes nuevas que recibimos cada mes y las aproximadamente 4.000 atenciones gratuitas que damos cada año.

Hace unos días vimos peligrar la posibilidad de su realización por razones ajenas a nuestra organización, lo que no sólo significaba la suspensión o cambio de fecha de un evento, sino el gran fantasma del peligro de no reunir los fondos necesarios para darle continuidad a nuestra misión.

Los enormes esfuerzos que realizan las fundaciones y corporaciones sin fines de lucro que cumplen un rol social, muchas veces no cubierto por las instituciones responsables de satisfacer dichas necesidades en la población, para conseguir los recursos para sobrevivir, requiere pensar en una institucionalidad que proteja su labor sobre todo considerando el bien social que representan.

Nuestro gran apoyo continúa siendo la comunidad, los 6.000 corredores que cada año reúne nuestra Corrida por la Vida y quienes creen en nuestro proyecto y nos permiten financiarlo. Hoy más que nunca necesitamos de todos. Porque no es un evento rosa más.

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