Hideo Kojima, creador de la saga de videojuegos Metal Gear Solid, ha regresado con su nuevo Death Stranding, el primer título de su estudio propio tras su marcha de Konami, que está disponible desde noviembre. Tanto por su expectación previa como por su contenido, el videojuego ha hecho méritos propios para considerarse como uno de los más polémicos de los últimos años.
Adentrarse en Death Stranding no es una experiencia sencilla, como ya podía deducirse de los primeros tráilers publicados años atrás, en los que se mostraban escenas insólitas y difíciles de comprender como a Norman Reedus naciendo de nuevo convertido en un feto.
Al empezar a jugar, el jugador tiene que acostumbrarse primero a un complejo universo en el que no es fácil entender quién es quién y por qué suceden las cosas que les ocurren al protagonista, un Sam Porter Bridges interpretado por el actor Norman Reedus.
En primer lugar, resulta complicado aprender el significado de los nombres creados por Kojima para designar los elementos de su mundo postapocalíptico: el jugador se topará de primeras con palabras 'extrañas' como BTs (enemigos sobrenaturales que aparecen con la lluvia), chiralium (un material misterioso que compone la sofisticada red que comunica a las personas), playas (el limbo entre vivos y muertos), DOOMs (personas que pueden percibir a los BTs) y MULEs (rebeldes saqueadores).
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Crédito: Europapress[/caption]
Y sobre todo: BB, el bebé feto que Sam porta consigo en una carcasa. Se trata en realidad de parte del equipo que utiliza Sam, y permite conceder ventaja al jugador contra los BTs, aunque a cambio hay que protegerlo y calmarlo cuando llora -para hacerlo más raro, el sonido cunado llora en PS4 procede directamente del mando-. Quizá es la decisión más extraña de un juego ya de por sí poco convencional, y en las pruebas que hemos realizado en Portaltic nos ha resultado extremadamente difícil explicar esto al resto de personas que no habían jugado.
La historia: El secreto encanto de la mensajería
La historia es el eje central de Death Stranding. Dado que ir descubriéndola es un aspecto fundamental, no revelaremos nada en este análisis que pueda considerarse 'spoiler'.
Death Stranding se llama así a raíz de una catástrofe que puso fin a la civilización humana como la conocemos hoy en día, con la amenaza de los misteriosos seres BTs, que aparecen y se relacionan con el peligro de la lluvia ('timefall'), que altera el paso del tiempo.
Sam trabaja como mensajero para la compañía Bridges ('puentes', nombre que no es casual). La mensajería se ha convertido en un oficio de enorme importancia debido a que las comunidades humanas se encuentran aisladas en núcleos urbanos sin apenas comunicación que integran las Ciudades Unidades de América (UCA), donde antes se ubicaba Estados Unidos.
Death Stranding trata -figurada y literalmente- de tender puentes para unir ('strand' significa 'hilo' o 'cadena' en inglés) a las ciudades humanas y reconstruir el país tras la catástrofe. El videojuego se siente como un alegato idealista a favor de la cooperación y de la unión entre países y entre personas por el bien común.
Mecánicas: Caminar y exceso de cinemáticas
El trabajo de Sam como mensajero tiene un efecto central en la mecánica de Death Stranding, y precisamente la mayor parte del tiempo el jugador se encarga de repartir paquetes caminando de una parte a otra del mapa. El juego le da mucha importancia a la distribución del equipo en función del peso máximo que se puede cargar y si este está equilibrado, y también el cansancio, con la importancia de descansar y dormir, sin llegar a convertirse por ello en un juego de supervivencia.
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Crédito: Europapress[/caption]
Aunque no puede decirse que el juego tenga las mecánicas más entretenidas, atravesar territorios naturales hermosos pero devastados e infestados de enemigos es uno de los aspectos que nos ha resultado más interesantes. El juego de Kojima también confiere mucha importancia a la colaboración, e incluso jugando offline es importante ayudar a los demás donando parte del equipo o montando un puente para facilitar el tránsito.
Un aspecto que puede sorprender al jugador que empieza a jugar es la abundancia de cinemáticas, que a pesar de estar muy cuidadas, en las primeras dos horas de juego nos han resultado excesivas, ya que apenas dejan hacer nada interactivo. La ausencia de instrucciones y de ayudas al inicio también dificulta la experiencia.
Un videojuego de autor
Ante todo, Death Stranding es un ejemplo de videojuego de autor, en el que el jugador debe aceptar esto para descubrir y entender la propuesta de Kojima, que no se parece a ningún videojuego que hayamos jugado.
No sorprende que, en relación a esto, Hideo Kojima asegurase en una entrevista reciente al portal italiano TGCOM 24 que en Estados Unidos Death Stranding no ha gustado porque allí prefieren los 'shooters' en primera persona -a pesar de que el videojuego se ambienta allí.
El ritmo lento del juego puede ser una barrera al principio, pero premia la paciencia: este mejora con el tiempo, a medida que se comprende la historia y se pueden realizar más tareas.
Recepción polémica
Como resultado, el videojuego está siendo recibido de forma polémica, con opiniones distintas: por un lado, en IMDb recibe actualmente una media alta de 9,2 sobre 10, mientras que otras plataformas como Metacritic muestra una brecha entre la crítica profesional, más favorable (81 sobre 100) y la de los usuarios (52/100), que están divididos entre opiniones extremas.
La propuesta personal de Kojima ha atraído a varios famosos procedentes sobre todo del mundo del cine, que interpretan a los personajes del juego: Norman Reedus (The Walking Dead) es Sam, el protagonista; Léa Seydoux (La vida de Adèle) da vida a Fragile; Mads Mikkelsen (Hannibal), como Clifford Unger; e incluso el director Guillermo del Toro (El laberinto del fauno), como Deadman.
Lindsay Wagner (La mujer biónica) es el caso más paradigmático, ya que interpreta a dos personajes, una madre (Bridget Strand) y una hija (Amelie), para este último, que tiene una gran importancia en la narración, se ha recreado su aspecto de cuando era joven.
Esto forma parte de un juego con una estética muy elaborada, en el que los escenarios naturales y de áreas devastadas presentan una extraña belleza, y en el que también se ha cuidado mucho el apartado musical con temas que confieren una atmósfera especial.
No obstante, más allá de discusiones sobre si es un buen videojuego o no, resulta difícil no sentirse atraído por el carácter único y personal que Hideo Kojima ha conferido a Death Stranding.