Desde hace meses atravesamos una profunda crisis del sistema privado asegurador (ISAPREs), que progresivamente va complicando el funcionamiento del sistema privado prestador (clínicas, centros médicos, laboratorios clínicos, etc.) y genera crecientemente problemas de acceso a las atenciones de salud de los casi 3 millones de personas que pertenecen al sistema de salud privado.

La crisis está provocando un traslado de afiliados desde ISAPREs a FONASA. De prolongarse la crisis se espera un éxodo masivo, como ha previsto el Director de FONASA, al incluir en el proyecto de ley corta del gobierno un seguro complementario para acoger en FONASA a los migrantes de ISAPREs.

Dentro de los asegurados y cargas del sistema privado se encuentran pacientes con obesidad. La Encuesta de Obesidad 2021, realizada por LENZ Consultores e IPSOS, entrega algunos datos que nos permiten imaginar el impacto de la crisis privada en los pacientes con obesidad.

Mientras que en el sector público se le ha ofrecido tratamiento para su enfermedad sólo a un 45% de los pacientes con obesidad, este porcentaje se eleva a un 67% en el sistema ISAPRE. Un 20% de los pacientes con obesidad tienen acceso a tratamiento con medicamentos para esta patología en el sistema público, mientras que en el sistema privado este porcentaje se eleva al 40%. En ambos sistemas el 11,0% de los pacientes tienen acceso a tratamientos quirúrgicos.

Imagen referencial.

En el sistema privado el 41% de los pacientes reporta que los tratamientos para la obesidad han sido muy exitosos o medianamente exitosos, mientras que en el sector público este porcentaje se reduce a un 25%.

Basados en estos antecedentes, es dable pensar que un colapso en el sistema privado de salud, empeore el acceso de los pacientes con obesidad a las atenciones de salud, al menos en los pacientes migrantes. Para evitar este potencial empeoramiento en el estado de salud de este segmento de pacientes es necesario que los planes de salud del FONASA, los actuales y los complementarios, incorporen la cobertura integral de la obesidad. Esto no sólo evitará el deterioro de la salud en los pacientes con obesidad provenientes del sistema ISAPRE, sino que también contribuirá a elevar el nivel de acceso que actualmente tienen los pacientes con obesidad que pertenecen al FONASA.

*Rony Lenz, economista, consultor y director de postgrado en el Instituto de Salud Pública UNAB