Se estima que unos 12 mil científicos venezolanos han optado por dejar su país, teniendo como destino principal, Ecuador, Colombia, Argentina, Estados Unidos y Canadá. Por eso, en el último encuentro de la Academia de Ciencias de América Latina (Acal) que se realizó en Santiago, el grupo pidió abrir los laboratorios para estos científicos.
Claudio Bifani, presidente de la alianza que agrupa a más de 250 investigadores desde México a Chile, dijo que la ciencia venezolana retrocedió 50 años y que tardarán al menos dos generaciones en reconstruirla debido a la crisis que enfrenta este país. Por lo mismo invitó a sus miembros a colaborar y solidarizar con los investigadores de Venezuela y también de Nicaragua.
La actividad fue apoyada por el Centro Interdisciplinario de Neurociencias de Valparaíso (Cinv), por su director, el Premio Nacional de Ciencias Naturales, Ramón Latorre, la Fundación Allende Connelly y por la Academia de Ciencias de Chile, que preside la astrónoma María Teresa Ruiz.
"Hemos tratado de reunir a los científicos con un afán colaborativo para hacer este continente un poco mejor. Tener una Academia que converse con los diferentes países, a través de sus propias comunidades de investigadores, es extremadamente importante. De esta forma se puede ayudar al desarrollo de la ciencia y de la cultura en los países que tienen más problemas", dijo Latorre.
En la jornada, que se realizó en la semana pasada en la Academia Chilena de las Ciencias, investigadores de Argentina, Chile, Puerto Rico y Venezuela expusieron sus trabajos y desafíos para el desarrollo del campo en diversos ámbitos, entre ellos cambio climático, cáncer, biomedicina, neurociencia y ciencia para el desarrollo.
Según Bifani, la Acal está viviendo un período de reorganización, donde tendrá disponibles proyectos y programas para incentivar la colaboración y las investigaciones multidisciplinarias entre los científicos miembros. "La necesidad de colaboración es algo que resienten todos los países de Latinoamérica porque nuestras comunidades científicas son muy buenas, pero pequeñas", señaló.
Bifani es académico retirado de la Universidad Central de Venezuela y llamó a reforzar el trabajo conjunto, a fin de aprovechar el recurso humano avanzado en la región y las oportunidades de infraestructura existente. Uno de los principales objetivos es posibilitar trabajos conjuntos entre los investigadores miembros de Acal, contribuyendo de esta forma a la continuidad de la actividad científica y el desarrollo de la investigación.
"El tema de Venezuela debiera ser prioritario. La ciencia tiene una institucionalidad y lo que ha pasado y pasa en situaciones de estrés en nuestra región, lo primero que se destruye es lo que se ha construido con tanto esfuerzo en la parte científica. Y la verdad es que toda la malla científica que existía en Venezuela ha sido borrada del mapa. Y Venezuela era un país con una muy buena ciencia hasta hace diez años atrás", indicó el Premio Nacional de Ciencias chileno, Ramón Latorre.
"Hoy no hay una política científica claramente definida. Lo que hay es un proceso de destrucción sistemática de la institucionalidad de la ciencia: no hay financiamiento de proyectos de investigación libres y no hay programas de becas libres. Había una diversidad y un 'in crescendo', y hoy hay un retroceso que nos lleva a los tiempos de 1950", señaló Bifano. Hoy la Acal y Human Right Partnership trabajan para evaluar la situación de los investigadores en Venezuela y Nicaragua.
Elvira Cuevas, académica de la Universidad de Puerto Rico y quien trabajó durante años en Venezuela, dijo que "la situación de la ciencia en Venezuela es catastrófica, huracán grado 5 que destruyó el país y la ciencia". "Hay grupos que se mantienen, pero a costa de un esfuerzo humano tremendo. Venezuela está en su peor momento humano científico, cultural y económico. Se cortaron los recursos públicos y esto se está sintiendo de manera crítica: un país que era ciencia de primer mundo en un país en desarrollo se ha convertido en un país que no llega ni al tercer mundo. Estamos en el suelo", agregó.
Andrés Couve, director del Instituto de Neurociencias Biomédicas de la Universidad de Chile (BNI), llamó a la solidaridad de la comunidad regional, con el propósito de que los investigadores puedan llevar adelante sus tareas.