¿Cuál es la posibilidad de contagiarse en las “terrazas transitorias”?
A partir de este miércoles, restaurantes y bares podrán atender público al aire libre, dando lugar a la fase 3 del programa de desconfinamiento. Expertos llaman a la cautela, ya que aún existen muchas posibilidades de contagio.
A cinco meses de la llegada del coronavirus en Chile, el plan de desconfinamiento paso a paso del Gobierno comienza a tomar forma. Desde este miércoles a las 5 am, las comunas de Los Andes, San Felipe, San José de Maipo, Providencia, Las Condes, Ñuñoa y Vitacura, podrán podrán abrir sus locales y atender público en las llamadas “terrazas transitorias”.
“Esto es un paso a paso, puede ser un paso adelante o puede ser atrás. Damos más libertad, pero pedimos más responsabilidad”, indicó en su oportunidad el ministro de Salud, Enrique Paris.
La nueva medida permitirá la apertura de bares y restaurantes sólo en terrazas o veredas, el funcionamiento de cines, teatros, pubs o discotecas con aforo limitado, así como gimnasios o actividades deportivas de hasta 25 personas al aire libre.
En Plaza Ñuñoa por ejemplo, la calle se volverá peatonal los días viernes y sábado, buscando que los dueños de los restaurantes puedan sacar sus mesas hacia la calle y la gente pueda circular, misma medida que en Europa derivó en varios países con segundas olas de contagios, y un aumento considerable en los fallecidos.
De acuerdo al Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), entre las recomendaciones se cuentan la utilización de las aceras (sólo si son amplias), el uso parcial de calzada, cierre de calles, demarcación de los espacios, garantizar el desplazamiento peatonal por la vereda y el habitual uso de mascarillas y lavado de manos.
Sin embargo, expertos dicen que esto podría no ser suficiente.
Impredecible posibilidad de contagiarse
“Es altamente probable que al momento de abrir -y debería ser así- se produzca un rebrote del virus”, señala el Dr. Marcos Huilcamán, infectólogo de la Clínica Ciudad del Mar.
“Esto está dado porque no todo el mundo está contagiado, entonces la probabilidad que alguien adquiera esta enfermedad es alta. Uno debería esperar que la cantidad de contagios se controle una vez que se alcanza el 60% de la población total contagiada, algo de lo que estamos muy lejos en Chile”, agrega.
Huilcamán indica que “en la medida que se reanuda el contacto con la gente, podemos esperar de forma efectiva que hayan rebrotes, quizá no tan grandes como en un primer momento, pero una situación que aumente hasta llegar a un número significativo de contagiados”.
“Es difícil tratar de anular al virus 100% porque la posibilidad de contagio es impredecible: hay gente que no tienen síntomas y se transforma en un vector que contagia de un lado a otro, eso sumado a otros con síntomas. El virus tiene que ver con el contacto y con superficies contaminadas, lo cual lo hace muy complejo”, añade.
En cuanto al tema de la apertura, el experto dice que “incluso personas que no reportaron contacto con alguien contagiado, e igual se enfermaron. Puede ocurrir que una persona infectada se siente, luego se vaya y su puesto lo ocupe una persona sana y se infecte. Habría que hacer un aseo profundo del asiento, las mesas, y cualquier superficie. Uno sabe que el virus permanece en estos sitios y que no necesariamente estar a más de un metro de distancia asegure no contagiarnos. Habrán más contagios porque la gente comenzará a circular”, sostiene.
“Es imposible controlar el virus, debemos asumir que va a estar circulando como el resfrío común o influenza, lo más importante es que los contagiados no colapsen el sistema de salud, finalmente la gente se muere no tanto por el virus sino porque no tiene dónde atenderse. Así se ha visto en el resto de los países tras la apertura, y aquí debiese ocurrir lo mismo”, afirma.
“Independiente de los miedos que tengamos, no podemos cambiar 100% la forma de vivir de aquí en adelante. La gente no puede estar sin trabajar ni tener actividades. El coronavirus será parte de nuestra realidad y tendremos que vivir con ello. ¿Cuánto tiempo? no se sabe, es muy variable”, dice.
El virus aún existe
Para la Dra. Claudia Cortés, infectóloga de Clínica Santa María y académica de la Universidad de Chile, “los riesgos existen. Estamos en una fase en la que personalmente, me parece apresurado abrir los restaurantes en comunas donde el número de casos no está bajo el umbral que el mismo Ministerio de Salud determinó como seguro”.
“Comer es una actividad de riesgo, ya que nos sacamos la mascarilla, y está muy demostrada la utilidad de este elemento. Se ha visto en otros lugares que al haber música ambiental de alto volumen, las personas tienden a elevar la voz y eso favorece la expulsión de las gotitas de saliva, aumentando el riesgo de transmisión”, dice.
Entre las recomendaciones, la experta afirma que hay que considerar el sentido común, como lavarnos las manos antes o después de comer, no compartir el vaso, cubierto o sacar comida al vecino. En cuanto a las terrazas, señala que “en los lugares abiertos la transmisión es mucho más baja que en sitios cerrados. Cuando hay circulación ambiental en espacios abiertos, la cantidad de virus se diluye en este ’océano gigante’ que es el aire, entonces la posibilidad es menor que si estamos en un sitio cerrado con aire acondicionado recirculante”, asevera.
“Si va a asistir a uno de estos sitios, en general la idea es reunirse en grupos de como mucho tres personas, porque mientras más personas haya el riesgo es más alto. Hay que seguir recordando que el virus aún existe, y se puede transmitir asintomático o presintomático”, indica la doctora.
“Entiendo la situación compleja de los restaurantes, pero el delivery me parece una muy buena opción para que sigan funcionando. Yo, aún no iré a sentar en una de estas terrazas”, sostiene.
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