Con el objetivo de desarrollar la investigación de la neurociencia traslacional del dolor y para la formación de capital humano avanzado en el área científica y clínica nace el Núcleo Milenio MiNuSPain, el cual asocia a cinco grupos de investigación, cuyas competencias abarcan desde la investigación biomédica de vanguardia hasta los estudios clínicos cuyas colaboraciones se reflejan en proyectos, publicaciones, conferencias internacionales y supervisión de tesis conjuntos.
El centro tiene como eje de acción la determinación de los blancos moleculares claves implicados en dolor neuropático. En particular, centrados en el estudio de los mecanismos celulares y moleculares en modelos preclínicos y clínicos.
Sin embargo, la creación del centro no fue tarea fácil. Así lo confiesa Margarita Calvo, directora del Núcleo Milenio MiNuSPain. Se necesitaron múltiples postulaciones para que en la tercera, finalmente, se pudieran adjudicar los fondos para crear este proyecto.
El enfoque en el dolor nace por la carrera que han desarrollado todos los especialistas del centro, realizando diversas investigaciones y papers académicos tanto en Chile como en el extranjero.
“Esta iniciativa milenio junta a distintos investigadores trabajando en un mismo tema, pero que tengas experiencias diferentes, y que puedan colaborar entre sí para hacer sinergia. La idea es que, entre todos, sacar el mejor partido de lo que cada uno tiene. Entonces, trabajando en conjunto poder hacer un trabajo trasnacional, más dirigido a lo que está afectando hoy a los pacientes”, indica Calvo.
Estudiando el dolor
La directora del centro ha tenido una destacada trayectoria en la investigación del dolor, realizando un magister en manejo del dolor, un master en enfermedades del sistema nervioso periférico en Milán para finalmente realizar un postdoctorado en el Consorcio IMI EuroPain en Oxford University/King´s College London.
Sin embargo, los estudios de Calvo no solamente han quedado en lo académico, sino que lo ha complementado con su trabajo clínico realizado en la Unidad del Dolor de la Red de Salud UC Christus, además de impartir clases como profesora asociada en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Calvo señala que el dolor siempre le pareció un problema clínico muy importante, sobre todo en pacientes con dolor crónico, no quienes se encuentran en cuidados paliativos, sino más bien de gente que tiene dolor que es de larga duración, que no se lo ha podido tratar y que a pesar de que puede parecer que su cuerpo está bien y que esté funcionando bien, el dolor puede ser tan grande que es discapacitante.
“La calidad de vida de los pacientes se echa a perder muchísimo y la verdad, los tratamientos que existen ahora son malos. Por un lado, tenemos los opioides, la morfina y sus derivados, que son buenos para liberar el dolor, pero que generan efectos adversos como la adicción, la tolerancia. Entonces, no podemos usar esos medicamentos, sirven para cuidados paliativos, pero no para pacientes con dolor crónico”, explica la doctora.
Calvo explica que los otros medicamentos existentes para el tratamiento del dolor tampoco cumplen su objetivo a cabalidad. De cada seis pacientes a los cuales se les administra ese fármaco, uno va a tener un alivio de la mitad de su dolor, “uno quisiera que todos se mejoraran al 100% y la verdad es que los medicamentos que tenemos son mucho más malos”, añade la especialista.
Es por esto que la directora del centro MiNuSPain recalca que el dolor es un problema de salud pública muy importante, donde se gastan muchos recursos en tratarlo, en licencias, en gente que no puede trabajar y los tratamientos actuales no son eficaces. “Es un problema real que hay que buscarle alternativas con la investigación”, indica.
Las líneas de investigación que actualmente lidera Calvo son cómo los canales de potasio pueden regular la excitabilidad de las neuronas sensoriales que detectan el dolor, y cómo la degeneración axonal de los aferentes sensoriales en la piel puede producir dolor neuropático, específicamente en pacientes con enfermedades de la piel, como la Epidermólisis Bullosa, afección que produce ampollas graves con el consiguiente daño a las fibras de la piel.
“Nuestra idea final es entender los mecanismos del dolor, cómo funciona en el cuerpo el dolor, investigar los mecanismos para dar las bases para que después, otros investigadores logren encontrar terapias ocupando esta información”, afirma Calvo.
El centro también ayudará a entrenar científicos para estudiar el dolor, ya que existen pocos en Chile y la idea de MiNuSPain es tener alumnos de doctorado, postdoctorado, para ser una plataforma para que nuevos científicos que se dediquen a estudiar el dolor y puedan avanzar en su carrera.
“Queremos difundir la ciencia. Que se conozca el problema del dolor, que se sepa qué es el dolor, cómo funciona. Cómo afecta el dolor en la vida de las personas que lo sufren y tratar de concientizar acerca de este tema”, finaliza Calvo.