Un estudio del Centro de Investigación en Complejidad Social (CICS) de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo en con cojunto con el Instituto de Data Science de la Facultad de Ingeniería de la UDD, ahondó en cómo las relaciones interpersonales en estudiantes de básica pueden afectar en el rendimiento escolar.
Aunque hay evidencia de que están estrechamente relacionadas, hasta ahora había sido complejo tener hallazgos sólidos en este grupo etario por la dificultad de conseguir información fidedigna debido a la edad de los participantes que cursan entre tercero y quinto básico. Sin embargo, el estudio utilizó una novedosa metodología de la teoría de juegos que permitió tener evidencia sólida y consistente, la cual fue aplicada a 855 alumnos de nueve a once años, de más de 14 establecimientos públicos chilenos en 45 salas de clases distintas.
Los resultados sugieren que las relaciones sociales recíprocas aumentan el rendimiento académico. No hay diferencia en cuanto a edad y género, pero sí es heterogéneo para la reciprocidad, es decir, el efecto es mayor para los estudiantes que ostentan de más relaciones recíprocas con sus pares.
“Uno de los aportes principales de nuestro trabajo involucra la introducción de un nuevo método -basado en teoría de juegos experimental -para elicitar las redes de colaboración de un grupo curso. Utilizando este nuevo método, mostramos que la posición dentro de la red -en particular el poseer relaciones recíprocas- incide en el desempeño académico de los alumnos”, dice Carlos Rodríguez-Sickert uno de los autores del estudio Reciprocity Heightens academic performance in Elementary School Students y director del proyecto Fondef en el que se desarrolló la interfaz interactiva, la implementación del experimento y su validación con los usuarios de la herramienta.
Basados en la teoría de juegos experimental utilizada, en este estudio se implementó una versión modificada del Dilema del Prisionero, a través de una interfaz de usuario amigable en un conjunto de tabletas en red.
En esta metodología la interacción no es anónima y los estudiantes conocían el nombre de su compañero y contraparte. El objetivo era que todos los pares posibles del curso, participaran de este dilema social diádico. Los investigadores comentan que la ventaja de usar la teoría de juegos para mapear la red social es doble: primero, debido al carácter no anónimo del juego, permite capturar de una manera más integral la naturaleza de las relaciones cooperativas. La segunda ventaja es la naturaleza interactiva del juego en el que diferentes acciones, conducen a diferentes pagos y esto mitiga los sesgos relacionados con los instrumentos basados en encuestas.
El juego
En cada grupo de clase, los estudiantes se emparejaban al azar y comenzaron cada ronda con diez fichas. Luego, los estudiantes decidían, en secreto y simultáneamente, la cantidad de fichas que debían quedarse y enviar a sus compañeros. Además de no utilizar el anonimato, se hizo la modificación en el Dilema del Prisionero que, en lugar de decidir si cooperar, los estudiantes podían implementar diferentes niveles de cooperación enviando una cantidad positiva de fichas o eligiendo no cooperar y quedándose con todos sus tokens
Las fichas entregadas se multiplicaban por dos. El juego concluía luego que ocurrían las interacciones entre todas las parejas del curso. Por lo tanto, así se crea un dilema social donde los incentivos de los individuos (mantener todas las fichas) se enfrentan a los incentivos sociales (dar fichas a sus pares que comparten una historia y un pasado común).
Las respuestas del experimento de cooperación se cruzaron con las notas académicas y la asistencias de dos semestres consecutivos: “Creemos que con este estudio, al encontrar un mecanismo causal entre reciprocidad entre las relaciones sociales y notas, usando técnicas de inferencia causal, es posible contribuir al diseño de intervenciones que, a través de promover la reciprocidad entre compañeros de curso, impacten en el performance académico de los estudiantes. Esperamos que estos resultados informen las intervenciones de aprendizaje cooperativo en educación básica así como también, que la tecnología y herramientas desarrolladas en este estudio puedan ser de utilidad para orientadores, profesores, psicólogos y directores de colegios para entender y orientar las dinámicas sociales en las salas de clases”, concluye el primer autor del artículo, Cristian Candia.
El artículo fue publicado en la prestigiosa revista de carácter interdisciplinario, Heliyon (Cell Press).