¿Cuántos días deben durar las vacaciones ideales según la evidencia científica?
¿Cuál es ideal de desconexión y sus beneficios? ¿Cada cuánto se deberían pedir vacaciones? Psicólogos entregan las respuestas.
Con la llegada del verano, llega el periodo de vacaciones, que se puede entender como ocio, es decir, una estadía o una actividad que es realizada voluntariamente y sin propósitos económicos o de logros de trabajo. Sin embargo, no todas las personas toman su tiempo de descanso por diversas razones y pasan de largo una temporada más en el trabajo.
Pero, según la evidencia científica, es importante que las personas puedan tomarse un mínimo de días de descanso y desconectarse, lo que traerá beneficios en muchos aspectos de la vida, incluida la salud física y mental.
La Mutual de Seguridad desarrolló por cuarto año la Radiografía de las Vacaciones de Trabajadores Chilenos, donde uno de los principales hallazgos fue que el 61% de las personas declara que no logra una desconexión total del trabajo en sus vacaciones. Peor aún, de este porcentaje, el 23% responde que sigue altamente conectado con su trabajo en este período de descanso.
¿Cuántos días de vacaciones debo tomar para tener un buen descanso, según la ciencia?
Un estudio realizado por la Universidad de Tampere en Finlandia, sugiere que ocho días es la cantidad de tiempo perfecta para lograr la máxima relajación y felicidad sin aburrirse ni sentir nostalgia. O sea que este periodo de tiempo es el mínimo ideal para lograr alcanzar el mayor bienestar durante las vacaciones.
Los beneficios positivos del tiempo libre aparecen desde el primer día, pero los científicos especulan que las personas tardan hasta el octavo día en liberarse por completo de sus responsabilidades y estrés laboral. Después del octavo día, los sentimientos positivos comienzan a disminuir y caen rápidamente después del día once. Por lo que es mejor tomarse vacaciones de 7 a 11 días para obtener los máximos beneficios.
Según el Código del Trabajo en Chile los trabajadores con más de un año de servicio tienen derecho a 15 días hábiles de vacaciones al año, lo que en la práctica son 21 días corridos, o tres semanas.
La literatura acumulada al respecto plantean que es más beneficioso tomar periodos breves de vacaciones (8 días parece ser el mínimo para producir un efecto maximizado) con cierta regularidad, “que tomar vacaciones más largas entre periodos más largos de trabajo” añade Francisco Leal Soto, psicólogo y académico Universidad de Tarapacá.
Pero las vacaciones que señala el estudio hacen referencia a un tiempo fuera del lugar de residencia habitual, pero “las vacaciones promedio en Chile no consisten en eso, lo que hace una gran diferencia”, agrega el psicólogo.
Esto porque estar fuera del lugar de residencia, lejos del entorno habitual, de acuerdo a Leal, no sólo desconecta del trabajo, sino también de muchas otras condiciones a las que las personas se encuentran sometidas en sus lugares de residencia como: demandas de la familia, mantención de la casa, mismo ambiente, mismos problemas cotidianos, etc.
Pero el exceso de trabajo puede incluso ser mortal: trabajar 55 horas o más a la semana es un “grave peligro para la salud”, según un estudio de la OMS y la Organización Internacional del Trabajo, que estimó que las largas jornadas laborales provocaron 745.000 muertes en todo el mundo en 2016: un aumento del 29% respecto a 16 años antes.
“Por las condiciones más frecuentes de trabajo (y vida) en nuestro país, sometido a condiciones de alto estrés, muchas veces las consecuencias pasan desapercibidas: baja en el rendimiento, sensación de cansancio permanente, ansiedad, sensación de improductividad, mal dormir, irritabilidad, y suma y sigue” enfatiza el académico de U. de Tarapacá.
¿Cuál es la mejor forma de desconectarse?
Psicólogos han propuesto que el agotamiento en el trabajo es en realidad una forma de depresión relacionada con el trabajo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha cifrado en 12 mil millones de días de trabajo los que se pierden por la ansiedad o la depresión que genera la actividad laboral.
En 2020, por ejemplo, un estudio australiano que encuestó a más de 2.200 empleados de universidades de educación superior, encontró que aquellos con jefes que esperaban que respondieran a los mensajes laborales fuera del horario laboral, en comparación con los empleados que no tenían tales expectativas, reportaron niveles más altos de malestar psicológico, agotamiento emocional y dolencias físicas, incluidos dolores de cabeza y de espalda.
En tanto, desconectarse por completo puede resultar especialmente difícil para los más jóvenes. Un estudio reciente encontró que el 25% de los Millennials y la Generación X revisan sus correos electrónicos del trabajo varias veces al día mientras están de vacaciones.
Una desconexión real implica no tener que responder a las responsabilidades habituales, tanto las de carácter laboral formal como de otras responsabilidades cotidianas (por ejemplo, de cuidado, si se trata de una persona a cargo de otra que lo requiere).
“Para desconectarse, lo mejor es desconectarse de las demandas externas y atender a las propias necesidades e intereses”, señala Leal.
Asimismo, se recomienda:
- Abandonar comunicaciones laborales. “Ponga aviso en su e mail que está de vacaciones por lo que no responderá sino hasta su regreso”, dice Emilio Moyano, académico de la Universidad de Talca.
- Desconexión total. Aunque es una expresión, ya que la mente sigue trabajando. “Recomiendo dejar de hacer lo que se hace como trabajo cotidiano”, añade el académico UTAL. Un ejemplo es que una dueña de casa deje de cocinar o hacer aseo, y una gerente deje de tomar decisiones, etc.
- Dejar de conducir su automóvil, especialmente si no le agrada.
- Desconectarse de la TV puede resultar aliviador, especialmente de la televisión abierta con predominio de noticias de crónica roja (violentas, estresantes).
- Realizar actividades que proporcionan disfrute a la persona, y le permitan relajarse, descansar y dormir mejor y más, lo que puede contribuir a la fortaleza de las capacidades de la persona para hacer frente a su vida de manera adecuada.
Si no es posible tomar “vacaciones” en la forma planteada en el estudio, el involucrarse en actividades de interés personal, que produzcan disfrute por el solo hecho de ser realizadas, aquellas que en psicología se denominan “intrínsecamente motivadas”, “facilita la desconexión -y la conexión consigo mismo” comenta Leal.
¿Cuáles son los beneficios de tomar vacaciones?
Ambos profesionales concuerdan en que los mayores beneficios de la desconexión (ocio o vacaciones) contribuye a la restauración de la salud física y metal.
El ocio puede variar desde el reposo (estar quieto, descansando) hasta el ejercicio intenso. Las personas varían entre estos polos según su estilo de vida, preferencias y posibilidades, y algunos beneficios del reposo para el sistema cardiovascular es la disminución de la frecuencia cardiaca, señala Moyano.
El ejercicio trae en principio y generalmente bienestar general. Pero hay algunos beneficios asociados al tipo aeróbico -nadar, caminar, correr, saltar, bicicleta, bailar, etc- para el sistema cardiovascular, desarrollando resistencia. Los anaeróbicos, como pesas o abdominales, aunque traen beneficios son menos efectivos para la salud cardiovascular.
El reposo como dormir da al cuerpo y cerebro tiempo para recuperarse del estrés cotidiano. Mejora el desempeño incluyendo la toma de decisiones. Dormir ayuda a sentirse más alerta, optimista y a tener una mejor relación con las personas.
Cabe mencionar que, los efectos de no vacacionar son los relativos a la fatiga laboral. “Es decir, mayor sensación de cansancio, especialmente al final de cada día, somnolencia, peor rendimiento, decisiones menos acertadas, mayor accidentalidad, mayor posibilidad de burnout, despersonalización y agresividad eventual respecto de pacientes o de clientes”, comenta Moyano.
Por lo que aliviarse (más que desconectarse) puede consistir en acostarse más temprano o tomar siestas para dormir más. Realizar actividades diferentes a las rutinarias o propias de la rutina laboral. Si fuera posible realizar pausas durante las horas de trabajo, finaliza el académico UTAL.
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