Coronavirus, aislamiento y teletrabajo. ¿Resultado? Muchos estan en casa y si viven con sus parejas, comparten con ellas todo el día. No es lo mismo que vacaciones. Esto no fue planificado, como lo sería un periodo de descanso. Además está lleno de incertidumbre y miedo sobre lo que viene.
Aunque las canciones románticas digan lo contrario, compartir las 24 horas no es una buena idea para mantener una pareja. Se requieren espacios de independencia. Aquello, en muchos casos, está dado por el trabajo. La rutina es para muchos y muchas despedirse en las mañanas para luego en la tarde o noche volver a reunirse.
Pero con la actual pandemia esa rutina se ha roto. El ciclo saludable de cercanía y distancia para mantener relaciones en equilibrio, no se puede realizar. “Suponemos que esta cuarentena significará un período de turbulencia emocional en parejas y familias por las circunstancias objetivas de aislamiento forzado, así como por las ansiedades de diverso tipo que van a movilizar”, sostiene Lucio Gutiérrez, psicoanalista y doctor en psicoterapia.
Las respuestas al estrés de cada miembro de la pareja tampoco serán iguales. Las posibilidades que se enfrenten a la pandemia de la misma manera son escasas. Esto significará lidiar con un estado de crisis, y en ellas, dice Gutiérrez suelen hacerse presente los modos más primarios en que los individuos lidian con sus conflictos. “Aparecerán los aspectos más complicados de las parejas. Esperemos que en algunas, también, los más amorosos”.
Para Eliana Heresi, psicóloga de parejas de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, es necesario comprender que la actual amenaza atenta contra la vida y contra la existencia, “no es solo una amenaza para la persona, sino para tus hijos y familiares, estamos atravesando por una situación de estrés mayor”.
Reconocer que no es un período de vacaciones, sino un momento de cuidarnos entre todos, es importante agrega Gutiérrez: “No debemos normalizar la crisis. Con el paso de los días las personas tenderán a hacer de esta situación una rutina al modo de un estado en guerra. Como individuos tenemos miedo, ansiedad, dudas del futuro. Es valioso dar espacio a ello”.
Escenario de crisis
No estamos en una situación normal. Y la pareja puede ser un factor que aumente la ansiedad o un elemento de contención y apoyo.
La pareja es un lugar demasiado importante, sostiene Heresi: "La pareja adulta se sostiene entre sí. El apoyo como adultos es la pareja en la medida que hay contención y apoyo mutuo, pero también hay que esperar que las personas estemos en una situación de estrés y ante situaciones que antes dejábamos pasar, ahora no seamos tan tolerantes”.
La poca paciencia y tolerancia pueden dar paso a la negatividad. Existe lo que los especialistas llaman el efecto de negatividad o tendencia del cerebro a responder más fuertemente a eventos y emociones negativas que a las positiva. Lo malo es más fuerte que lo bueno. Efecto que en cuarentena se multiplica.
Y no solo un asunto de carácter. La cuarentena impacta emocionalmente. Investigaciones muestran que en gran parte de las personas se presentan efectos como confusión, enojo y síntomas de estrés postraumático, que a veces duran incluso tres años después del final de la cuarentena.
Un trabajo de expertos de la Universidad de Toronto, Canadá, indagó en los efectos psicológicos de cuarentena durante el brote de SARS de 2003 en ese país, e indica que en un encierro promedio de 10 días, se evidenciaron alta prevalencia de síntomas de angustia psicológica. El 29% de los participantes informaron síntomas de estrés postraumático y el 31% de los encuestados síntomas de depresión.
El efecto en pareja es inevitable. Si se trata de vínculos estables que no tienen grandes conflictos, la psicóloga recomienda entender las peleas aumentarán, pero deben ‘gestionarse’. En parejas estables suelen ser más de forma que de contenido que de relación, "ahí no se pone en juego el vínculo, sino que tienen que ver con la sobrecarga de quién hace quién, pero no se cuestiona la relación de pareja”.
Coronadivorcio
Distinto es enfrentar el estrés y el negativismo en una relación inestable. Esperable, dice Heresi es eso aumente por estar tanto tiempo juntos. “Es cuando se hace notar la falta de comunicación y la intolerancia mutua”, indica.
De un momento a otro, movilizados por las circunstancias del aislamiento forzado y no por un deseo de verse más, la pareja tiene mucho más tiemp, aclara Gutiérrez. Debe compartir espacios físicos y emocionales en condiciones difíciles. Si hay parejas donde los machismos o micromachismos ya eran importantes, ahora se verán potenciados. “Por ejemplo, ya he escuchado muchos relatos estos días donde el varón enfrenta el aislamiento encerrándose todo el día en una pieza para seguir trabajando mientras la mujer debe teletrabajar, mantener la casa, educar y criar al mismo tiempo. Es brutal”, detalla.
Este es un momento donde se va a poner a prueba la “tela emocional” de las parejas, dice Gutiérrez, aquello qué los mantiene unidos, qué hay en lo central de la relación que los llevó a configurarse como pareja. "No es de extrañar que muchas parejas se separen después de este 'invierno Covid-19”, plantea.
Para muchas parejas en China la cuarentena fue el detonante del divorcio. Por ejemplo, a mediados de marzo, más de 300 parejas habían programado citas para divorciarse desde el 24 de febrero, en un registro de matrimonio en Dazhou, provincia de Sichuan, en el suroeste de China. Lu Shijun, gerente del registro de matrimonio en Dazhou, ha señalado a los medios locales que “la tasa de divorcios (en el distrito) se ha disparado en comparación con antes (del brote de coronavirus)]”.
Si ya existían conflictos, dice Heresi, el encierro puede ser el detonante de divorcio. Se siente como que no hay escape. “Por eso se dice que coronababy o coronadivorcio como broma, porque o hace que aumente la población del mundo o en verdad aumenten los divorcios. Es un chiste, pero no es solo chiste, porque aumenta las situaciones de conflicto que ya vienen en el tiempo, pero también puede ser un tiempo de intimidad mayor”, indica.
La tensión es evidente. Pero se puede hacer un esfuerzo por enfocarse en las cosas buenas del otro. Las parejas pueden usar la nostalgia a su favor. Por mucho tiempo considerada como un signo de infelicidad con el presente, e incluso catalogada como un trastorno, la nostalgia, indican estudios ayuda a que las personas se sientan más satisfechas con el presente y más optimistas sobre el futuro.
Tampoco ayuda, dicen los estudios, atribuir los errores solo al otro. En el año 2000 investigadores indagaron en cómo afectan los distintos “estilos de atribución” de las parejas y descubrieron que cuando se culpa repetidamente a la pareja por errores y esos se asumen como fallas internas (‘siempre haces esto o nunca te fijas’) conducían a una mayor insatisfacción matrimonial y mayor probabilidad de divorcio. Antes de culpar al comportamiento por un rasgo de carácter inherente, dice el estudio, darle a la pareja el beneficio de la duda.
Es importante comunicar lo que ocurre. Pero muchas personas no lo dicen porque no se han detenido a pensar qué les pasa y cómo comunicar eso, indica la académica UDP. De la amenaza existencial no se habla tanto. “No se habla de la posibilidad de muerte de otros, evitando hablar de la posibilidad cierta de una amenaza vital. Y el poder comunicar esto es importante y comunicar qué necesito para poder calmarme. La comunicación es demasiado importante, así como la reorganización de la vida habitual”.
Juntos, pero no revueltos
Tomar espacio cuando lo necesiten, es una alternativa. No tener esos momentos, pese a estar en el mismo lugar, puede hacer aumentar la tensión y se corre el riesgo de una irritación creciente.
La paciencia en la pareja será fundamental. “Estamos en una situación social y ambiental especial, y así también nuestro estado emocional será especial. Necesitamos detener el ritmo cotidiano, acompañarnos y recuperar el ‘pensar-sentir juntos'”, aconseja Gutiérrez.
Y si bien la teoría del apego habla de que en los vínculos en los momentos de ansiedad buscamos acercarnos a figuras de apego importantes para calmarnos, también existe la necesidad de contar con momentos personales, explica Heresi: “Necesitamos una relación persona e individual con nosotros”.
¿Cómo lograrla? Un buen modelo, dice la psicóloga es una administración del tiempo que implique momentos separados, aunque sea solo encerrarse en una pieza, "pero que sea su tiempo, porque en los momentos solos podemos autorregularnos”.
Para cada persona será diferente. Desde hacer ejercicios, estar con amistades en conversaciones on line, pensar o leer. “Ese espacio es para salvaguardar la relación de todo el estrés, porque la cuarentena se suma a todos los temas domésticos, laborales, sociales que atravesamos”, dice la psicóloga.
Hay que tolerar la propia intolerancia y hacer cosas para no contaminar al resto, señala Heresi, “porque no solo hay riesgo de contagio del virus, sino el contagio de ansiedad”. Escuchar música, tener tiempo solo, hacer ejercicio, todo ayuda para mantener la calma en tiempo que no hay calma, dice. "Esta es una amenaza real, no estamos locos, estamos viendo a cada minuto como muere más gente y eso es una realidad, pero tenemos que calmarnos y no entrar en pánico”.
Comprensión mutua y reconocimiento de lo que está pasando, ante todo, agrega Gutiérrez: “Estamos pasando por un estado difícil, necesitamos tiempo para no-hacer, para conectarnos con lo que sucede, dar tiempo a los niños para que puedan poner en palabras su sentir, dar tiempo a las parejas para conversar de lo que sucede. Tiempo para entrar en contacto con lo más simple en nosotros y en nuestras relaciones”.
Es sin duda, un momento crucial para las relaciones. La antropóloga biológica Helen Fisher, destacada investigadora sobre relaciones de parejas, lo subrayó recientemente en una entrevista a la cadena de televisión de EE.UU. CBS en el programa This Morning: “Este va a ser un período de gran crecimiento para las relaciones. Las parejas crecerán juntas o se separarán”.