Algunos corrieron para abastecerse de alcohol gel, mascarillas y papel higiénico. Y otros fueron a sus dispensarios de marihuana favorito. Ante el anuncio del cierre de diversos establecimientos en varios estados de EE.UU., medida que busca aminorar la velocidad y número de contagios, los usuarios de marihuana en ciudades como Los Angeles, San Francisco y Washington, coparon los dispensarios para proveerse frente a la directriz de permanecer en casa emitida por las autoridades locales y que afecta a alrededor de 175 millones de estadounidenses de 17 estados.
Según el portal especializado Marijuana Business Daily, solo en el estado de California, donde el consumo recreativo es legal desde 2018, las ventas aumentaron en un 160% durante la semana pasada. En el estado de Washington hubo un alza del 100% y en Colorado, casi de un 50% con relación al mismo periodo de 2019.
Sin embargo, con el transcurso de los días las autoridades que en un comienzo obligarían a cerrar los dispensarios de marihuana y otros lugares como bares, cines y malls, han optado por incluirlos dentro de la lista de “negocios esenciales”, al nivel de farmacias, bencineras y tiendas de alimentos, poniendo en relieve la importancia de esta industria tanto en las arcas estatales como en el cotidiano de millones de usuarios en EE.UU. “Esta situación muestra que para muchas personas el cannabis es un bien de consumo como el vino o la cerveza”, comentó al periódico New York Times Liz Connors, directora de analítica de la compañía de estudio del mercado de cannabis, Headset.
El viernes recién pasado, el gobernador de California, estado que posee el mercado de marihuana legal más grande del mundo con ventas de 3 mil millones de USD durante 2019, rectificó la primera medida que cerraba estos locales y que generó aglomeraciones en las tiendas dispensadoras, el peor escenario para la propagación del Covid-19. Hoy pueden seguir operando, pero en gran parte de los casos y de manera similar a los restaurantes, deben limitar la distribución al retiro en local o reparto a domicilio.
Una de las mayores compañías en la industria del cannabis norteamericano, Curaleaf, que maneja 53 dispensarios en 17 estados, ha tomado diversas acciones para evitar contagios durante las transacciones. Al igual que algunas cadenas de supermercados alrededor del mundo, se reserva la primera hora de atención en sus locales para compradores mayores de 60 años. Otros dispensarios han optado por el drive-in, como los que utilizan locales de comida rápida, para limitar el contacto personal. “Hasta 2.000 autos pasan diariamente por nuestros dos locales drive-in que atienden las 24 horas en Las Vegas, Nevada”, comenta la administradora de NuWu Cannabis Marketplace, Tisha Rorie, al portal Marijuana Business Dialy.
¿Daños colaterales? Si bien el consumo de marihuana puede ser un recurso para manejar el stress y ansiedad que causa el encierro y saturación de información relativa a la pandemia, la iniciativa de incluir las tiendas dispensadoras de cannabis en la lista de “negocios esenciales” en cinco de los once estados donde su consumo recreacional es legal (y en siete de los 22 que permite el uso medicinal), tiene sus detractores.
“Los dispensarios de marihuana no son servicios esenciales”, comenta a La Tercera Amy Ronshausen, directora ejecutiva de la organización Drug Free America Foundation. “De hecho, el uso de marihuana tiene el potencial de ser muy perjudicial para la salud de un individuo durante esta crisis. Estudios han demostrado que el consumo de THC, el componente psicoactivo que se encuentra en la marihuana,, puede afectar negativamente el sistema inmune del usuario, lo que disminuye sus capacidades para luchar y recuperarse de Covid-19”, sostiene Ronshausen. Asimismo, el Instituto Nacional de Salud (NIH) y el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (Nida) advirtieron que "el virus que causa Covid-19 podría ser una amenaza especialmente grave para quienes vapean, fuman tabaco o marihuana, debido a su grave impacto en los pulmones de aquellos a quienes infecta”.
Ante el riesgo de los posibles efectos adversos que produce la combustión del cannabis, y para evitar compartir cigarrillos y adminículos que podrían elevar la probabilidad de contagio, los norteamericanos se han inclinado por otros productos de cannabis que ofrece el mercado local. El 15% del consumo total en el estado de California se realiza en formato comestible, cifra que ha tenido una sostenida alza durante marzo.
“Las ventas de nuestros productos han crecido en 130%”, comenta Amanda Jones, cofundadora de la tienda de productos cannábicos Kikoko de San Francisco, al portal Quartz. “En particular los productos que con alta concentración de CBD, formulados para entregar sensación de calma, como nuestras mentitas”, señaló Jones.