Una de las características principales del verano, es el alto porcentaje de accidentes y lesiones propias del ambiente estival. Tanto esguinces de tobillo, golpes en las rocas o traumatismos de mayor grado, son consultas frecuentes en este periodo.
Así lo destaca la Dra. Magaly Iñiguez, traumatóloga de Clínica Las Condes. “En verano estamos más expuestos a realizar deportes al aire libre, esto porque hay mayor tiempo de hacer actividades recreativas. Escenarios donde se pueden presentar lesiones que van desde un dolor leve a requerir de un procedimiento quirúrgico”.
Las más usuales suelen ser traumáticas por sobrecarga, que generalmente ocurren por realizar un exceso de actividad física al que no se está habituado; lesiones, esguinces y fracturas múltiples, o también de tipo muscular causadas al realizar deportes acuáticos y no tener una técnica adecuada.
Las seis lesiones más frecuentes
Con características peculiares las lesiones más frecuentes que se producen en esta época también son distintas a las del resto del año.
- Lesiones por sobreuso: Se produce en quienes realizan usualmente una actividad durante un periodo corto de tiempo generando dolores ligados a la sobre exigencia de la articulación.
- Lesiones por sobrecarga: Surge cuando se inicia un deporte sin tener una preparación previa ni avanzar progresivamente.
- Fractura de dedos por caminar descalzo: A raíz de fuertes golpes con el borde de sillas, mesas o rocas en la playa.
- Rotura de meniscos: Las lesiones meniscales son frecuentemente tratadas en la articulación de la rodilla, siendo más típicas en adultos jóvenes deportistas y en adultos mayores. Además, las intervenciones quirúrgicas meniscales son las más habituales dentro de las cirugías ortopédicas.
- Esguinces: Por la práctica de deportes sin apoyo de implementos, tales como trekking.
- Lesiones medulares: Por piqueros y saltos de alto riesgo.
¿Cómo prevenirlas?
Las recomendaciones son:
- No sobre exigir el cuerpo realizando actividades para las que no se está preparado. Se recomienda iniciar con una intensidad leve e incrementándola paulatinamente.
- En senderismo o trekking, utilizar calzado e implementos adecuados a la actividad como bastones de apoyo.
- En el mar o piscina, no realizar clavados ni cualquier acción peligrosa.
La Dra. Iñiguez indica que, “si el dolor o molestia persiste pese al reposo deportivo o existen otros síntomas asociados como inflamación, es mejor consultar para la evaluación de un especialista”, allí es donde se determinará cuál es el tratamiento adecuado a seguir.
¿Qué hacer ante una lesión?
La recomendación es que, si es de una magnitud que no le permita a la persona moverse o apoyar la zona lesionada, deben tomarse las siguientes acciones mientras llega el apoyo del personal de salud o se dirigen al servicio de urgencias más cercano:
- El primer paso es inmovilizar el miembro afectado, sin comprimirlo, lo que ayuda a controlar el dolor y evita que se agrave la lesión.
- Poner elementos fríos en la zona afectada.
- Nunca intentar otras maniobras que puedan agravar la situación.
- En caso de sangrado profuso, comprimir la zona para evitar la pérdida de sangre y en casos más graves realizar un torniquete.