Mirar directamente el Sol sin la protección adecuada puede tener graves consecuencias que no siempre pueden presentarse inmediatamente después de la exposición sino varias horas e incluso, días después.
Hugo Berríos, especialista en Oftalmología y académico de Tecnología Médica U. San Sebastián, explica que la radiación ultravioleta que proviene del Sol puede llegar a la retina y quemarla si se mira de frente. "La córnea y el cristalino del ojo funcionan como una lupa. Si se mira directamente al sol es como enfocar con un lente de gran aumento. Se produce una quemadura, igual que si apagaras un cigarro en una tela, en ese ejemplo, la tela sería la retina", dice.
Este tipo de quemadura puede causar un daño grave (quemar completamente la retina) o leve. "Lo más grave es que es que se queme la retina completa y esa persona quede ciega".
Entre los síntomas que evidencian el daño, está el escotoma y miodesopsias cuando se afecta la retina.
Escotoma: se trata de una mancha central oscura en el medio del campo visual. Puede ser de distinta intensidad. No deja ver el centro de lo que estamos observando. También genera cambios de forma del objeto observado, pérdida en la sensibilidad de los colores y distorsión del contorno de la imagen. En general, las personas se quejan de visión borrosa.
El escotoma, no desaparece y una persona puede quedar para siempre con esa mancha en su visión.
Miodesopsias: Otra situación que puede ocurrir y que revela daño en la retina es la visión de "moscas" volando sobre los ojos. "Son manchas oscuras que se mueven o bailan". Este, dice Berrios, no es un síntoma tan claro de daño porque puede ocurrir también en caso de otras enfermedades de la visión, pero de todas maneras es una señal para visitar al oftalmólogo.
El Sol también puede causar daño en la córnea y sin necesidad de mirar directamente al Sol. "Se trata de una quemadura en los ojos, pero un daño externo y no aparece por mirarlo de frente sino solo por estar expuesto a luz, en la playa, en la nieve o en cualquier lugar sin la protección adecuada. Cuando ocurre, el ojo lagrimea, si siente ardor y la conjuntiva se puede inflamar.