Durante siglos, la ciencia se basó en tres paradigmas: primero, la observación empírica, a la que luego se sumó una etapa teórica, y más tarde la simulación computacional, para así complementar la teoría y la experimentación. A esta terna ahora se ha sumado una cuarta fase: el big data.
Su aplicación es infinita. Por ejemplo, la unidad de natología de un hospital en Toronto está grabando y analizando latidos y el patrón de respiración de cada bebé. Este departamento desarrolló algoritmos que pueden predecir infecciones 24 horas antes de que los primeros síntomas aparezcan. De esta manera, el equipo médico puede intervenir y prevenir futuros problemas en los recién nacidos.
Es parte del espíritu con que se creó Data Observatory (DO), un inédito proyecto chileno que combina al sector público y privado y que recogerá datos de los observatorios instalados en el país para ponerlos a disposición de cualquier persona. La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Ciencia, el Ministerio de Economía, Amazon Web Services (AWS) y la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), ya lleva un año desde que fue decretado. Hoy está operando con apoyo de transferencia de datos del radiotelescopio ALMA del Observatorio Europeo Austral (ESO), entre otros.
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El observatorio ALMA está ubicado en el Llano de Chajnantor, a 5.000 metros de altitud.[/caption]
Se trata de una alianza inédita, remarca Carlos Jerez, director ejecutivo de Data Observatory, porque reúne actores estatales, académicos con empresas privadas del calibre de Amazon Web Services. "La idea es convertir a Chile en un líder del data science", asegura, y "entregar bases de datos de excelente calidad y valor global, libre de privacidad o confidencialidad para que distintos usuarios le puedan dar valor".
La idea es que estos datos no solo sirvan para generar más conocimiento astronómico, sino que se puedan usar en otras disciplinas, como el transporte público o la medicina por ejemplo. ¿Cómo? Sistematizar datos astronómicos bajo una nueva fórmula, puede replicarse en otras áreas. Es decir, no es que los datos astronómicos en si sirvan para la medicina, sino que la forma de obtenerlos, por ejemplo, podría ayudar a hacer más eficiente la búsqueda de tumores cancerígenos.
"En el proceso de análisis de datos se desarrollan algoritmos. Hay varios ejemplos que muestran cómo el desarrollo de estos datos pueden ayudar en otra disciplinas. No sabemos a priori en qué podemos usar estos datos, pero como en la ciencia, a posteriori se puede generar un gran descubrimiento", dice Jorge Ibsen, head of computing joint Alma Observatory.
La proyección, dice, "es que este data science astronómico pueda ser reusado. Es una apuesta para formar nuevo capital humano".
Por primera vez en Chile, el Data Observatory permitirá procesar datos extraídos del espacio y cielo, y utilizarlos en desarrollo, tecnología, innovación, conocimiento y ciencia, entre otros. Su objetivo es potenciar al máximo el beneficio que se puede obtener de estos datos, de valor global, que se generan en el país.
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Los servidores computacionales de Alma. FOTO: Rodrigo Carrasco (Alma)[/caption]
Jeff Kratz, director regional de Amazon Web Services para América Latina, dice que la iniciativa los hará pioneros en el campo de la astronomía y "ayudaremos a que astrónomos, científicos e investigadores de múltiples campos -como tecnología, cambio climático, sostenibilidad o desarrollo territorial de la población, entre otros- puedan acceder, crear e innovar con conjuntos de datos basados en la nube".
Quienes deseen acceder a este centro de datos deben ingresar a este sitio: almascience.nrao.edu.
Primer acercamiento
En sus primeros meses de funcionamiento, el Data Observatory ya cuenta con resultados preliminares gracias a su primer proyecto semilla denominado Centro Chileno de ALMA, que pondrá en la nube datos astronómicos de valor internacional con el fin de facilitar su uso tanto en astronomía, como también en aplicaciones que contribuyan al desarrollo del país.
Si bien ALMA ya registra centros regionales en Estados Unidos, Alemania y Japón, el ubicado en Chile es el primero en su tipo que utiliza tecnología en la nube.
El denominado Centro Chileno de ALMA, espera incorporar en cinco años datos de otros telescopios del país, principalmente el Gran Telescopio LSST, a partir de 2022. La idea es robustecer la comunidad astronómica nacional, generando una red de colaboración en el país, como es el caso del Observatorio Virtual Chileno (ChiVO), el proyecto Alerce del Instituto Milenio de Astrofísica y el Centro de Modelamiento Matemático.
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Imagen de cómo lucirá el LSST cuando esté completado, en 2022.[/caption]
Actualmente, el Observatorio ALMA registra aproximadamente un terabyte de datos por jornada, mientras que el futuro LSST generará 40 terabytes por noche, lo que significa un enorme volumen de información que se distribuye globalmente.
Los protagonistas de esta novedosa iniciativa participan de Data Observatory mediante la transferencia de conocimiento y talento, bases de datos estratégicas, instrumentación e infraestructura, como servicios en la nube, laboratorios e informática de alto rendimiento, y también financiamiento para proyectos de innovación.
Considerando la gran capacidad de generación de volumen de datos e información del proyecto, el objetivo de Chile es convertirse en el mayor laboratorio de Big Data del mundo, a partir de la astronomía.
Debido a las soluciones y algoritmos que permiten la búsqueda, organización, almacenamiento, análisis y acceso de datos, el proyecto podría replicarse para abordar problemáticas actuales como cambio climático, monitoreo territorial para desarrollo sustentable o ciudades inteligentes, entre otros.
El DO es una plataforma de uso libre, un facilitador nacional generador de bienes públicos, que contribuirá mediante datos no sensibles (como salud o finanzas), capacidades para desarrollar y transferir tecnología, y capacitación de capital humano especializado, actuando como un modelo de desarrollo innovador a través de datos a diversas áreas de la ciencia y la economía.