Datos del INE muestran la dramática caída de la tasa de natalidad en el país en la última década
Las últimas cifras del organismo revelan que el envejecimiento de la población y la baja fecundidad son factores determinantes en esta tendencia.
En marzo de 2024, Chile registró 11.537 nacimientos. La cifra representa una significativa caída del 27,2% en comparación con el mismo mes del año anterior y una disminución del 0,3% respecto a febrero de 2024.
Estos datos, presentadas en el último boletín de estadísticas vitales coyunturales preliminares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), reflejan una preocupante tendencia a la baja en la natalidad en el país.
Datos del INE muestran la dramática caída de la tasa de natalidad en el país en la última década
Este informe del INE, que comenzó a publicarse en 2024, busca mejorar los estándares de calidad de sus productos y avanzar en la oportunidad de las cifras entregadas. Según este documento, el mayor porcentaje de los nacimientos en marzo correspondió a bebés cuyas madres tenían entre 30 y 34 años, representando el 29,2% del total (3.366 nacidos vivos). Le siguieron las madres de entre 25 y 29 años, con el 26,7% (3.084 nacidos vivos).
Un análisis de los nacimientos por mes de ocurrencia desde 2010 hasta 2024, con datos entregados por INE a Qué Pasa, muestra una clara disminución en el número de nacimientos anuales. En 2010, se registraron 250.643 nacimientos, mientras que en 2023, la cifra provisional fue de 171.992, y en 2024, aún con datos preliminares, la cifra es aún menor.
Es importante destacar que los datos correspondientes a 2022, 2023 y 2024 son provisionales y es muy probable que se vean modificados al alza al finalizar el proceso estadístico.
Los registros sociodemográficos, también muestran que esta tendencia se agudizó hasta su punto mínimo histórico, sobre todo durante el primer año de pandemia. En las últimas décadas, se ha observado una marcada reducción en la tasa de nacimientos, lo que refleja una tendencia global hacia familias más pequeñas y una mayor planificación familiar.
De acuerdo al INE, los meses donde más ha disminuido la natalidad desde 2010 hasta las cifras provisionales de 2024 son marzo, enero y febrero. En marzo, los nacimientos disminuyeron de 21.638 en 2010 a 11.537 en 2024, lo que representa una reducción de 10.101 nacimientos. En enero, la caída fue de 21.644 nacimientos en 2010 a 12.727 en 2024, una disminución de 8.917 nacimientos. Por su parte, febrero pasó de 19.111 nacimientos en 2010 a 11.572 en 2024, reduciéndose en 7.539 nacimientos.
Otros meses también han registrado importantes disminuciones. En octubre, los nacimientos bajaron de 21.180 en 2010 a 13.855 en 2023, una reducción de 7.325 nacimientos. Diciembre mostró una caída aún mayor, pasando de 21.792 nacimientos en 2010 a 11.412 en 2023, una disminución de 10.380 nacimientos.
De acuerdo al Anuario de Estadísticas Vitales 2020, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), ese año hubo 194.978 nacimientos. La cifra implicó un descenso de 7,24% respecto a 2019, misma cifra que evidenció una variación de -5,21% respecto a 2018, cuando se contabilizaron 221.731 nacidos vivos.
El indicador de natalidad en el país ha experimentado cambios significativos a lo largo del tiempo. En el pasado, las tasas de natalidad eran bastante altas, con familias numerosas y poca diferencia de edad entre los hijos. Sin embargo, desde la década de 1980, con la llegada de los métodos anticonceptivos y un cambio de mentalidad en la población chilena, la tasa de natalidad ha disminuido considerablemente.
Una baja que también se refleja con la Tasa Global de Fecundidad (TGF), que se interpreta como el número de hijos promedio que tendría una mujer durante su vida fértil (15-49 años), y que en 2019 fue de 1,44 hijos, bajo el nivel de reemplazo generacional estimado de 2,1 hijos promedio por mujer.
De acuerdo a los datos de Estadísticas Vitales, este indicador mostró que en Chile existe una fecundidad de 1,3 hijos por mujer, la más baja desde que hay registro.
Según los especialistas, cuando se concibe un bebé, la probabilidad de que sea hombre o mujer es más o menos del 50%. Entonces, se necesita que cada mujer tenga por lo menos dos hijos, porque eso garantizaría probabilísticamente que todas las potenciales madres van a estar en la mismas condiciones reproductivas, y eso hace que la población crezca, se recambie y perpetúe.
En otras palabras, cuando la TGF baja de 2, irremediablemente la población se reduce. Probabilísticamente van a haber más mujeres o más hombres, y eso baja la cantidad de parejas reproductivas.
¿Por qué siguen a la baja los nacimiento en Chile?
Cristian Blanco, sociólogo y académico de la Universidad de La Serena, dicen que hay una variedad de factores socioculturales, económicos y tecnológicos para xplicar a baja. Entre los más destacados se encuentran:
1.-Cambios en la pirámide poblacional: En los últimos 20 años, Chile ha experimentado una transformación significativa en su estructura demográfica, convirtiéndose en uno de los países con la tasa de natalidad más baja de Latinoamérica. Una población envejecida resulta en menos parejas en edad fértil, lo que naturalmente reduce el número de nacimientos.
Un estudio del INE titulado “Envejecimiento en Chile, evolución y características de las personas mayores” indica que el país va hacia una etapa avanzada de envejecimiento poblacional. Esto se debe a una baja tasa de fecundidad (1,58), reducción de la mortalidad en edades tempranas y una mayor esperanza de vida.
Actualmente, las mujeres en Chile tienen una esperanza de vida de 84 años, mientras que los hombres alcanzan los 78 años. Se proyecta que para 2050, este índice será de 87 años para las mujeres y 84 para los hombres.
Estos factores demográficos, junto con las transformaciones culturales y avances tecnológicos, contribuyen significativamente a la disminución de la tasa de natalidad en Chile, reflejando una tendencia hacia familias más pequeñas y una mayor planificación familiar.
2.-Cambios paradigmáticos de corte sociocultural: Hoy en día la actitud hacia la maternidad y paternidad ha sufrido cambios considerables, pues las prioridades en las nuevas generaciones han cambiado. Actualmente, el constituir una familia y el tener hijos ya no ocupa el lugar primordial que ocupaba en antaño, pues hombres y mujeres priorizan hoy en día su desarrollo personal y/o profesional, “donde la tenencia de hijos no es que no sea importante, pero se le entrega una valoración más relevantes a cumplir sus propias metas y sueños individuales”, comenta Blanco.
Según la Primera Encuesta Nacional sobre Cuidado y Salud de las Mascotas, el 99,7% de los encuestados considera que los animales aportan felicidad al hogar y forman parte de su familia. De allí que hoy en día, muchos de ellos vienen a reemplazar a los hijos en una primera instancia
3.-Acceso a mecanismos anticonceptivos: Otro factor relevante lo constituye el acceso a los métodos anticonceptivos que en antaño no existían. Los adelantos médicos han permitido generar mecanismos que contribuye a no tener hijos no deseados, lo cual sin duda también ha llevado a aminorar el número de nacimientos.
Esto va de la mano con una mayor conciencia de lo que significa ser padres, por lo que acudir a estos mecanismos es cada vez más frecuente, “pues se comprende la responsabilidad de lo que significa formar una familia con hijos y los costos que esto trae también asociados”, añade el especialista de U. La Serena
4.-Factores socioeconómicos: las condiciones económicas adquieren también un papel importante. Hoy Chile está sufriendo incertidumbre económica, por lo que esto afecta la decisión de tener hijos.
“Si bien estos son algunos de los factores que podrían estar influyendo en esta baja natalidad, hay muchos más, aunque todos son posibles asociarlos de alguna u otra manera con los ya descritos”, añade.
¿Cuáles serán las consecuencias de una baja natalidad?
Si bien el fenómeno permitir a los jóvenes un mayor desarrollo profesional y personal, este cambio en la pirámide población también presenta una serie de obstáculos que si no se manejan adecuadamente, pueden desencadenar graves problemas para nuestro sistema social.
Las consecuencias negativas frente a esta baja tasa de natalidad es posible encontrar:
- Envejecimiento excesivo de la población: Con una menor cantidad de nacimientos, la proporción de adultos mayores en comparación con la población total tiende a aumentar considerablemente, lo que traerá grandes desafíos con respecto a cómo cubrir las necesidades de esta población. Con esto, se hace referencia principalmente a la sobredemanda que se generará en los sistemas de salud y pensiones, ya que habrá menos trabajadores activos para subsidiar a la población jubilada, lo cual tendrá que instar a los gobiernos a buscar medidas que permitan resolver esta problemática.
- Disminución de la fuerza laboral y productiva del país: Si bien se tiene claro que el envejecimiento de una persona no es un determinante en la actividad productiva, tarde o temprano si se transforma en un condicionante, pues la energía de la persona al pasar el tiempo no es la misma y la vitalidad para asumir los roles y funciones tampoco, lo que llevará sin duda al sece de funciones en la sociedad, trayendo consigo grandes vacíos en las plazas de trabajo, producto esto de una escasez de trabajadores en diversos sectores, lo que podría finalmente impactar en el crecimiento económico y la productividad.
- Resistencia a las tecnologías del siglo XXI y menor innovación y creatividad: Una población más joven tiende a ser más innovadora y adaptable a las nuevas condiciones del medio, por lo que una población más anciana que no se atreva a adaptarse a la nuevas tecnologías y a las nuevas demandas de la sociedad, si duda podría traer consigo un estancamiento del país en todo los ámbitos. De allí que si esto sucede debe desde ya concientizarse a los adultos mayores a estar al día con los nuevos adelantos de la modernidad.
- Sobredemanda de productos infantiles que ya no serán cubiertos: Menos niños significa menos consumo de bienes y servicios relacionados con la infancia, lo que puede afectar negativamente a ciertos ámbitos económicos, como la educación, la atención médica pediátrica, entre otros.
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