La historia da cuenta de varios mandatarios o ex mandatarios que han decidido terminar con su vida. Dos de ellos, son ex presidentes chilenos.
Cleopatra VII es una de ellas. La última soberana reinante del Egipto ptolemaico, se suicidó el 10 o 12 de agosto del año 30 a. C. Entonces tenía 39 años de edad. Algunos dicen que suicidó al dejarse morder por una cobra egipcia y otros dicen que fue a través de un veneno o ungüento tóxico.
El emperador romano Nerón se suicidó en el año 68 d. C. Cuando se enteró que el Senado lo había condenado a pena de muerte, decidió suicidarse. Para eso, pidió su secretario que le matara.
El 19 de septiembre de 1891, José Manuel Balmaceda se disparó en la habitación de la Legación Argentina donde estaba refugiado. Lo hizo a las 8 de la mañana en el edificio ubicado en la calle Amunátegui, entre Agustinas y Huérfanos.
El 24 de agosto de 1954 Getúlio Dornelles Vargas, quien fuera cuatro veces Presidente de Brasi se suicidó de un disparo al corazón, al interior del Palacio de Catete, en la ciudad de Río de Janeiro. "Les di mi vida, ahora les ofrezco mi muerte", dejó escrito en una nota.
Colgado en su baño. Así encontraron a Tawfik Abu al-Huda, también conocido como Pachá Tawfik Abú-al-Huda. Fue primer ministro del Emirato de Transjordania y también primer ministro de Jordania.
Salvador Allende, se suicidó con su arma en el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973, mientras el Palacio de Gobierno era atacado.
El 5 de abril de 1977, se suicidó Carlos Prío Socarrás, ex presidente de Cuba. Su gobierno fue derrocado por Fulgencio Batista (1952). El líder de la comunidad anticastrita se suicidó de un disparo en la cabeza en su casa, en Miami.
Roh Moo-hyun, fue presidente de Corea del Sur entre 2003 y febrero de 2008. Se suicidó el 23 de mayo de 2009, mientras se realizaba una investigación por supuestos sobornos millonarios durante su mandato. El exmandatario se lanzó al vacío desde lo alto de una montaña rocosa cerca de su domicilió y dejó una carta en el computador para su familia.
A ellos se suma ahora el expresidente de Perú, Alan García.
Suicidios altruistas
A juicio de Pablo Lacoste, historiador y director del Diplomado en Patrimonio Agroalimentario de la U. de Santiago, el suicidio de Alan García se enmarcar en lo que podría llamar "suicidio altruista". "García tenía una vocación de servicio público muy fuerte. Fue dos veces presidente con dos proyecto ideológicos distintos, pero siempre pensando en dejar un legado y mejorar condiciones de su país. Pero esta esta ola de corrupción que vino desde Brasil, se transformó en una máquina en la que muchos líderes transaron pensando que no había otra forma de hacer política. A algunos no les importa la corrupción y culpan a otros, a la prensa y acusan conspiración. A otros, sí les importa y no soportan verse a sí mismos marcados con esas prácticas, lo repudian y tratando de mejorar un poco el legado que dejarán a las futuras generaciones, optar por suicidarse", señala.
Según el historiador, a Balmaceda y Allende, también les llevó a la muerte este "suicidio altruista" en el que piensan que es mejor "ante poner el amor por la vocación pública, el sentido del honor, de la dignidad y la imagen que proyectan a sus conciudadanos" antes de morir en manos de otros.
Para Sergio Estrada, historiador y académico de la Escuela de Educación de la U. Mayor, los suicidios presidenciales en América Latina tienen un carácter más heroico. "En el caso de Balmaceda o Allende, los dos casos que tenemos en Chile, lo hacen por mano propia, dentro de un contexto de valentía, de heroísmo, es un acto martirizante ante las convicciones. Balmaceda, por ejemplo, se sucida el último día de su mandato, después de haber perdido la Guerra Civil; Allende lo hace después del Golpe de Estado", dice.
El caso de Getúlio Vargas, es distinto, señala Estrada. "Se suicida en medio de una crisis política, se le había exigido la renuncia. Se suicida por no ser capaz de enfrentar ni hacerse cargo de esa situación", indica.
Respecto del expresidente de Perú, Alán García, el académico de la U. Mayor, dice que su caso es más parecido al de Roh Moo-hyun que se lanza al vacío cuando se ve investigado por casos de corrupción. "García se suicida cuando se está realizando un proceso judicial. No quiere exponerse al juicio público. Todos los casos que han existido en Perú han pagado con cárcel. Lula, por ejemplo, también dice que es inocente, pero levanta esa bandera y lucha por limpiar la imagen política que tiene", dice Estrada.