De culpables a héroes: La “súper inmunidad” del murciélago y el pangolín podrían ayudarnos contra el coronavirus
Estudios señalan que ambos animales, culpados de transmitir el patógeno a los humanos, podrían tener diversas respuestas inmunes al virus y llevarlo consigo "sin enfermarse", aunque todavía no está del todo claro su funcionamiento.
Ambos son mamíferos, pero tienen grandes diferencias. Uno vuela, vive en oscuras cuevas y es un hábil cazador nocturno, mientras que el otro se enrolla tímidamente ante su enemigo con sus fuertes escamas y es el animal más traficado del mundo.
Pero el murciélago y el pangolín comparten algo más. Llevan consigo la infame carga de ser portadores del virus más mortal del último tiempo, el coronavirus, que al día de hoy acumula casi 4 millones de casos en todo el mundo.
Casi desde el inicio de la pandemia, ambos animales fueron apuntados como los culpables -junto a la serpiente- de haber transmitido el virus a los humanos en el mercado de Wuhan. Desde entonces, diversos estudios han intentado determinar cómo el patógeno pasó de las cuevas en China a matar a más de 270 mil personas en 187 países.
Sin embargo, ya con el reptil descartado de toda culpabilidad, hoy la historia podría dar un inesperado giro, gracias a nuevos estudios que teorizan sobre cómo el murciélago y el pangolín son capaces de portar diversos tipos de coronavirus sin enfermarse. De paso, las investigaciones ayudarían a rearmar la historia y limpiar el honor de estos denostados mamíferos.
Súper inmunidad
Una de las investigaciones es la desarrollada por la Universidad de Saskatchewan en Canadá, que analiza cómo los murciélagos pueden transmitir el coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS) sin enfermarse.
Se cree que los tipos de coronavirus como el MERS, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y, el actual SARS-CoV-2 se originaron en estos animales alados. Si bien pueden causar enfermedades graves y a menudo fatales en las personas, por razones hasta ahora desconocidas, a ellos no les afecta.
“Los murciélagos no se deshacen del virus y, además, no se enferman”, dice el microbiólogo Vikram Misra, uno de los autores del estudio. “Queríamos entender por qué el virus MERS no apaga las respuestas inmunitarias de los murciélagos como sí lo hace en los humanos”.
Un murciélago marrón insectívoro puede permanecer infectado con el coronavirus MERS durante meses porque las células en el cuerpo del mamífero y el virus han llegado a coexistir, dicen los investigadores. Y en lugar de matar las células de murciélago como ocurre con las células humanas, el coronavirus MERS entra en una relación a largo plazo con el huésped, mantenido por el sistema “súper inmune” único del murciélago.
La investigación señala que en respuesta a la presencia del coronavirus MERS, las células del murciélago se adaptan manteniendo una respuesta antiviral natural en lugar de producir proteínas causantes de inflamación que enfermarían al animal. Al mismo tiempo, el virus MERS se adapta a las células huésped del murciélago mutando uno de sus propios genes. El resultado de estas adaptaciones mutuas es que el virus permanece inactivo durante largos períodos en el animal a menos que este equilibrio se vea afectado por una enfermedad u otros factores.
“Se cree que el SARS-CoV-2 funciona de la misma manera”, agregan los autores del estudio. “Esta información puede ser útil para predecir la llegada de virus similares que tengan posibilidades de causar pandemias”, añaden.
Ezequiel Hidalgo, director de conservación e investigación del Buin Zoo, asegura que “ya teníamos antecedentes que los murciélagos hospedaban y podían infectarse de una serie de enfermedades, lo que lleva a la creencia que estos animales son portadores de una gran cantidad de virus”.
“Teóricamente el estudio plantea con el coronavirus MERS que los murciélagos son capaces de infectarse y mantener una infección sin enfermarse. Hay que considerar que la especie ‘ideal’ para difundir una enfermedad infecciosa de este tipo es aquél donde la especie hospedadora no se enferma, porque al no morir tiene una gran capacidad de diseminación”
“Si un animal se infecta de rabia, se enferma y muere. Pero si tenemos un agente que no nos mata, podemos transmitir y diseminar nuevos infectados. En este caso, en este modelo plantean que los murciélagos tienen un mecanismo de infectarse del coronavirus MERS sin sufrir la enfermedad y eso les facilita enfermar a más personas”.
La redención del pangolín
La otra investigación se relaciona a los pangolines, animales en teoría culpables por transmitir el coronavirus de los murciélagos a los humanos, y que según un estudio, también serían inmunes a la mortal enfermedad.
Los investigadores analizaron la secuencia del genoma de los pangolines y la compararon con otros mamíferos, como perros, gatos y humanos, estableciendo que los pangolines "han sobrevivido millones de años de evolución sin un tipo de defensa antiviral utilizada por todos los demás mamíferos”, como indicó el autor del artículo, Leopold Eckhart, de la Universidad de Medicina de Viena en Austria.
El hallazgo, publicado en la revista Frontiers in Immunology, afirma que estos pequeños animales carecen de dos genes de detección de virus, lo que implica que pueden transportarlo sin necesariamente verse aquejados por ello, un factor clave para vencer al COVID-19.
Estos genes detectan cuando un virus ingresa al cuerpo y activa una alarma, que desencadena una respuesta inmune.
El trabajo podría allanar el camino a descubrir cómo estos animales logran sobrevivir a las infecciones virales, y ayudar a diseñar tratamientos para personas con infecciones de este tipo.
En los humanos, el COVID-19 puede causar una respuesta inmune inflamatoria, llamada tormenta de citoquinas, que empeora la condición del paciente.
De acuerdo a los autores, suprimir por medio de fármacos a estos dos genes podría ser una posible opción de tratamiento para casos severos, pero al mismo tiempo añaden que podría abrir la puerta a infecciones secundarias.
“El desafío es reducir la respuesta al patógeno mientras se mantiene un control suficiente del virus”, sostiene.
Aún así, el estudio identifica diferencias genéticas entre pangolines y otros mamíferos, pero no añade datos sobre impacto de esas diferencias en la respuesta antiviral. Además, el trabajo no explica cómo exactamente los pangolines sobreviven al coronavirus, sólo que la falta de estos dos genes podría tener algo que ver.
Ezequiel Hidalgo manifiesta algunas dudas sobre este segundo estudio. Afirma que “los pangolines son muy complejos para ser mantenidos en cautiverio y con esas características, su conocimiento científico veterinario no es muy desarrollado, y todo lo que se conoce se relaciona a poblaciones cautivas”.
“Al ser una especie difícil de criar y mantener, lo que sabemos es muy pobre. Y plantear algo así, de una especie tan desconocida, sin datos robustos y sólo basado en teoría me genera dudas”.
Además, el especialista señala que hay estudios que dicen todo lo contrario, y que los pangolines sí mueren. “Con este estudio tendría mis reservas. No apoyo al hecho que los pangolines sean resistentes o que no sean sensibles a los virus”, sostiene.
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