De la Primera Guerra Mundial al año de la cocoa: ¿por qué se celebra el Día del Niño?

Este domingo se celebra una nueva versión del Día del Niño, festividad que no es reciente, tiene una historia asociada, tanto en Chile como en todo el planeta.

Luego de la Primera Guerra Mundial se comenzó a generar una preocupación y conciencia sobre la necesidad de protección especial para los niños. De hecho, Eglantyne Jebb, fundadora de la organización Save the Children, con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja, fue la que impulsó la adopción de la primera Declaración de los Derechos de los Niños.

Esta declaración fue sometida para su aprobación ante la Liga de las Naciones, la cual fue ratificada finalmente en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños, el 26 de septiembre de 1924. Al año siguiente, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños, se declaró por primera vez el Día Internacional del Niño, señalando como fecha el 1 de junio.

Con respecto al valor histórico, social y cultural del Día del Niño, Raúl La Torre, historiador y Coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes, señala que en el último tiempo es posible que el comercio sea el gran divulgador de este día por razones obvias, pero lo cierto es que la celebración del Día del Niño en Chile responde a un proceso de concientización y reflexión que se desarrolló a nivel mundial durante el siglo XX. “Esta reflexión tuvo a la salud y la educación en su centro, en la medida que los gobiernos de diferentes países avanzaban en políticas de mayor acceso a la educación primaria y la reducción de la mortalidad infantil”.

“De lo anterior en Chile es posible señalar algunos datos, uno tan curioso como el dicho “el año de la cocoa” que nos remonta a los años 30 en donde se generó una campaña para consumir la internacional Cocoa Raff, en un contexto de crisis económica para hacer frente a los altos índices de desnutrición infantil. Esto, que vino acompañado de una preocupación estatal con campañas asociadas, llevaron a marcar una época y recordarla por el nombre saborizante”, añade La Torre.

El 12 de abril de 1952 la Organización de Estados Americanos (OEA) y la UNICEF firmaron la Declaración de Principios Universales del Niño, para protegerlos de la desigualdad y el maltrato, entre otros. En esa oportunidad acordaron que cada país debería fijar una fecha para festejar a los niños.

Dos años después, la Asamblea General de las Naciones Unidas planteó que se estableciera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos que celebraran dicho día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente.

La Torre añade otro dato. “Se le podría sumar la recordada frase del presidente Pedro Aguirre Cerda “gobernar es educar”, poniendo a la niñez en el centro de su gobierno (1938-1941), por lo que no es raro encontrar monumentos al ex presidente donde se le ve acompañado por niños; o encontrar, décadas después, leyes impulsadas desde gobiernos como el de Eduardo Frei Montalva, ampliando la educación básica hasta octavo y haciéndola obligatoria y gratuita”.

El 20 de noviembre de 1959 marca la fecha en que la Asamblea de la ONU aprobó definitivamente la Declaración de los Derechos del Niño, instancia ratificada tiempo después en la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. Esta fecha se considera el Día Universal del Niño y se celebra todos los años.

En nuestro país, el Día del Niño como tal, empezó a tomar forma recién en 1976 con el Decreto Supremo 1.110. Sin embargo, la celebración como la conocemos hoy, o al menos con los primeros indicios, comenzó a tomar fuerza y adquirir el valor que tiene hoy en día, luego de la promulgación de la Convención sobre los Derechos del Niño, mediante el Decreto 830. Esta fue el 14 de agosto de 1990.

“No fue hasta 1976 en que se decretó un día específico para celebrar al niño en Chile, haciendo eco de la Declaración de los Derechos del Niño de 1924 en Suiza, pero siendo cambiado de día para un domingo del mes de agosto, por su cercanía con la fecha de ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño en Chile, el 14 de agosto de 1990″, ratifica La Torre.

Se trata de un cambio cultural y una lucha que se sigue dando a nivel internacional, poniendo un claro énfasis en el derecho a la vida, su protección y desarrollo, buscando un mayor acceso a la educación y salud.

“Quizá el cambio cultural más notorio sea la errada percepción, heredada del mundo del campo y presente también a principio de la revolución industrial, que veía en algunos casos a los niños como un bien, propiedad de su padres o tutores, para el beneficio de la producción familiar. Esto ha marcado un cambio de paradigma que los ubica como titulares de sus propios derechos y que en ningún caso le resta importancia al contexto familiar responsable de brindarle un ambiente de felicidad, amor y comprensión, en el mejor de los casos”, señala La Torre.

Como sociedad, considera el historiador, “deberíamos de tomar la iniciativa en cuanto a la reflexión que se pueda hacer este día. Sin quitar el aspecto alegre y de celebración que rodea la fecha, me parece conveniente recapitular los avances de nuestro país con vistas al futuro, sin dejar de lado lo doloroso del presente que nos muestra lo que queda por hacer”.

Actualmente, la fecha oficial es el tercer miércoles de octubre, pero se celebra el segundo domingo de agosto (o, en algunos años, el primer domingo).