¡Pronto lo superaremos! Es la ilusión de todos y todas cuando se habla del coronavirus a dos años del inicio de la pandemia, pero tenemos una noticia: superarla no será volver a un estado prepandémico, sino generar nuevos comportamientos adaptados a necesidades evolutivas, igual como lo hacen nuestros acompañantes, los virus.
Las vacunas protegen, lo cual no significa que impidan que nos podamos infectar con este virus: con la alta tasa de vacunación podemos seguir con una elevada prevalencia crónica. Podemos estar pasando de una pandemia a una endemia, lo que significa que llegaremos a un nivel estable de transmisión del virus.
Por otra parte, cada vez tenemos más asintomáticos, pero ¿por qué insistimos en llamarlos enfermos? Se les debe llamar portadores. Para felicidad de los médicos urgenciólogos no son un riesgo asistencial, sino un problema para los epidemiólogos. Un portador disemina el patógeno y eventualmente puede enfermar. Por lo que, aunque cambiemos la denominación, no debiéramos descuidarnos, más con la presencia de la variante Ómicron la que ya está presente en más de 100 países -y eso que conocimos de su existencia solo a principios de noviembre- dicen que es el virus de más rápida propagación en la historia. Un éxito evolutivo: los patógenos más exitosos se adaptan a su hospedador (y entorno) de forma de asegurar su multiplicación y transmisión a nuevos individuos, como señala Víctor Briones en una columna del Diario El País, “una variante de libro”.
Claro, matar al hospedador no es un buen negocio para un virus, agente infeccioso que depende de una célula para sobrevivir, pero sí lo es generar portadores. Ómicron casi triplica la tasa de transmisión de la variante dominante anterior (Delta), además los casos parecen ser más leves en las personas con esquema de vacunación completo.
Estamos actualmente frente a una variante aparentemente menos virulenta, pero no inocua en ningún caso. Así que no se puede bajar la guardia: la vacunación, mascarilla (correcto uso y en buen estado) y las demás medidas no pueden abandonarse. Los no vacunados contagian y se enferman más, proveyendo de más oportunidades al virus para que nuevas variantes con más ventajas. Este virus seguirá muy probablemente entre nosotros, como lo hacen desde hace décadas otros coronavirus, hagamos como ellos: aprendamos y evolucionemos.
Dra. Loreto Fuenzalida y Dra. Daniela Toro son virólogas de la Universidad Autónoma de Chile