La Torre Eiffel es uno de los monumentos más atractivos y distintivos de Europa, pero su historia no está exenta de tropiezos y curiosidades. Desde protestas oponiéndose a su construcción hasta una serie de proyectos rechazados que hoy podrían estar ocupando este espacio, existe una serie de datos que dejan entrever parte de la historia de Francia y del mundo.
La estructura fue planeada como parte de la Exposición Universal de 1889. Esta era una conferencia en la que distintos países del mundo presentaban sus avances ante las élites todos los continentes. En esta ocasión se celebraría en la ciudad de París, en conmemoración del primer centenario de la toma de la Bastilla, que dio inicio a la Revolución Francesa.
De una guillotina gigante a un edificio de mármol: los 107 diseños que se pensaron para la Torre Eiffel
Por ello, el ministro de Comercio e Industria de ese momento, Edouard Lockroy, convocó a un concurso en 1886 para “erigir en el Campo de Marte una torre de hierro de base cuadrada, de 125 metros de lado y de 300 metros de altura”. A pesar de lo descabellada que parecía la idea de hacer una torre de esta magnitud en menos de tres años, el ministro defendió fervientemente la idea. Y recibió 107 proyectos.
Uno de estos fue de los arquitectos Émile Nouguier y Maurice Koechlin, ambos de la empresa del ingeniero Gustave Eiffel, quienes supieron que era el momento perfecto para adaptar y presentar el diseño de una torre que habían comenzado a imaginar dos años antes, en 1884. El proyecto fue seleccionado y se convirtió en el monumento que todos conocemos hoy en día.
Pero en una realidad alterna, hay otras 100 opciones que se pudieron haber convertido en el ícono de Francia. Estos fueron algunos de los proyectos rechazados que podrían ocupar el espacio que hoy usa la Torre Eiffel.
Guillotina gigante
De acuerdo a la National Gallery Of Art de Estados Unidos y al divulgador científico Bill Bryson, uno de los proyectos rechazados para ocupar este espacio fue una guillotina gigante. Se trató de una idea lo suficientemente popular para obtener relevancia en la prensa de la época, pero sin embargo, no hay claridad sobre si trató de una propuesta real presentada ante el ministro Lockroy o no.
Según el arquitecto Carlos Maillet, director de la Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio (LIAR) en la Universidad San Sebastián, la idea de construir esta torre se trataría simplemente de “una total humorada”. De acuerdo al académico, “para la mayoría de los franceses la guillotina no fue un orgullo, se trató de eliminar lo más rápido por la escalada de violencia, y hoy no quedan vestigios de eso”.
La realidad es que en la Biblioteca Nacional de Francia, donde se guarda la digitalización del mayor archivo de esta historia, no existen planos ni mayor información sobre esta propuesta. Por esto, es muy probable que sólo se tratase de una sátira hecha por grupos revolucionarios.
A pesar de esto, muchos sitios y organizaciones lo presentan como un proyecto que realmente existió, explicando que mediría 294 metros de altura. Es el caso de la Escuela Digital de Artes y Técnicas Digitales iDesigner de Barcelona, donde se asegura que la guillotina gigante era un proyecto que seriamente pudo haber ocupado el lugar de la Torre Eiffel.
Torre de mármol
Una de las propuestas con mayor aceptación fue hecha por Jules Bourdais, un arquitecto de la época que se comenta que tenía una profunda rivalidad con Gustave Eiffel. De acuerdo al sitio oficial del monumento actual, la propuesta de Bourdais se trataba de una torre monumental de 370 m de altura, hecha en granito y pórfido y con un faro en su punto máximo.
El nombre del proyecto fue Colonne Soleil, y aún se conservan parte de sus planos hechos por la empresa de Bourdais, y de acuerdo a Maillet, esta era una respuesta concreta a las críticas que se le hacían al diseño de la torre Eiffel en el momento.
Para muchos artistas y arquitectos tradicionales, como lo era Bourdais, crear una torre de hierro de esa altura era inviable y un “horror” que sólo entorpecería el paisaje parisino. Para el rival de Eiffel, se debía apostar por estructuras más elegantes hechas de piedra, como fue su propuesta.
De acuerdo a Maillet, este proyecto fue rechazado debido a que originalmente la torre de 300 metros debería ser desarmable, ya que había sido pensada sólo para la Exposición Universal de 1889. Así fue con la torre Eiffel, que se supone debió haber sido desmontada tras 20 años de exhibición, pero finalmente se optó por mantenerla y terminó convirtiéndose en el ícono turístico que es hoy.
La controversia por su diseño
A menos de un año del inicio de la construcción de la torre ganadora del concurso, decenas de reconocidos artistas e intelectuales de la época se manifestaron en contra de la construcción de la torre.
“El diseño fue concebido con los principios de las estructuras de puentes de la empresa de Eiffel”, comenta el arquitecto de la USS, y por ello era visto como algo muy simple para ser un monumento de tal prominencia. El diseño de la torre fue calificado de “inútil”, “horroroso” y un “esqueleto vacío” de edificio, entre otros adjetivos descalificativos.
En el mismo año de su construcción, un grupo de artistas publicó una carta en la que se manifestaron públicamente sobre la construcción de la torre: “Nosotros, escritores, pintores, escultores, arquitectos, entusiastas de la belleza hasta ahora intacta de París, venimos a protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación, en nombre del arte y de la historia francesa amenazadas, contra la erección en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa torre Eiffel”.
A pesar de esto, Gustave Eiffel consiguió la aprobación de su proyecto por parte del Ministerio de Comercio y comenzó a trabajar en la edificación de la torre en el mismo mes del lanzamiento del concurso público, en mayo de 1886. Fueron necesarios 2 años, 2 meses y 5 días para tener la torre lista en 1889, cumpliendo un verdadero récord ya que se trataba de la torre más alta de todo el mundo en ese momento.
Eiffel y la ciencia
Más de dos millones de visitantes lo visitaron entre mayo y noviembre de 1889, y a pesar de que se supone sería una exposición temporal, la torre Eiffel se mantuvo en París porque también significó grandes hito para la ciencia en Europa.
El diseño curvo de la torre fue indispensable para entender la aerodinámica, poco estudiada hasta entonces. A diferentes alturas se podía estudiar el efecto de distintas presiones y velocidades de viento, por lo que decenas de científicos acudían a la torre a realizan experimentos.
De acuerdo al sitio oficial del monumento, también fue un lugar ideal para realizar observaciones meteorológicas y astronómicas, experimentos de física, lugar estratégico de observación, puesto de comunicación por telégrafo óptico, faro para el alumbrado eléctrico y estudios del viento. El mismo Gustave Eiffel, aficionado de los experimentos científicos abrió una oficina para si mismo en la tercera planta, para realizar observaciones de astronomía y fisiología.
Con el tiempo fueron construidos una serie de laboratorios y conexiones por cable que darían vida a la torre como un centro de telecomunicaciones. Una de las primeras trasmisiones de radio se emitieron desde la torre, incluyendo una sección de “Journal Parlé” (noticias habladas) desde 1925. Más adelante, también se instalaron las primeras antenas de televisión de Europa en este lugar. Hubiera sido curioso que se hubiera trasmitido desde la guillotina gigante.