Durante todo el año hay que tener presente la necesidad de la hidratación. En el verano, y con altas temperaturas, la preocupación debe ser mayor. El 60% del cuerpo es agua, cantidad que se debe mantener estable para estar saludables. Las necesidades de líquidos en los adultos se cifran en torno a 30-35 ml por kilogramo de peso al día.  Esto implica que una persona, con un peso entre 60-70 kg, requerirá en condiciones normales unos 2 litros de líquidos al día.

Al aumentar la temperatura se recomienda en adultos mayores añadir 300 ml extra por cada grado de temperatura encima de los 37 ºC.  Lo importante es el consumo de líquidos de forma frecuente aunque no tenga sed. Puede ser agua de la llave, té, leche, agua de frutas sin azúcar, entre otros. En efecto, las personas mayores presentan menor sensación de sed, pese a la necesidad de líquidos en el organismo.

En cuanto a los niños, es importante mantenerlos hidratados y tener bebederos a disposición. Muchas veces por querer jugar, los niños no toman agua. En esas ocasiones, la responsabilidad del adulto es fundamental.

El consumo de bebidas isotónicas puede estar recomendado con ciertas precisiones.  Ésta no puede superar el 12% de su contenido en hidratos de carbono, para que no interfiera con la absorción del líquido en sí. Sin embargo, lo mejor es el agua de la llave. Las bebidas energéticas no están contempladas, ya que contienen mucha cafeína, y más que hidratar, pueden deshidratar. Además, no es recomendado para personas mayores, ni con hipertensión.

Ante las olas de calor que se han presentado, es importante el consumo de líquidos aunque no se sienta sed. Esto, ya que la sed puede aparecer con una pérdida del  2% del peso corporal. Mantener el consumo periódico de frutas y verduras es también una alternativa valiosa para la hidratación.

*Samuel Durán, Vicepresidente del Colegio de Nutricionistas de Chile.