En febrero de este año el Comité Asesor en Vacunas y Estrategias de Inmunización (Cavei), organismo asesor del Ministerio de Salud, se pronunció sobre el uso de vacunas Covid-19 en embarazadas y mujeres en período de lactancia.
En esa oportunidad y considerando los antecedentes que se conocían hasta entonces, el comité recomendó aplazar la vacunación general de las embarazadas hasta que haya evidencia disponible sobre seguridad y eficacia de vacunas Covid-19 en ese grupo y que provenga de los estudios clínicos de las vacunas autorizadas para uso en Chile. Para aquellas mujeres que se vacunaron sin saber que estaban embarazadas cuando lo hicieron, piden realizar vigilancia.
Sin embargo, planteó que en el caso de “que los beneficios de la vacunación Covid-19 superen los riesgos de la inoculación, mujeres con más de tres meses de gestación podrían optar por recibir la vacuna Covid-19 inactivada CoronaVac, siempre que se suscriba un consentimiento informado que incluya información sobre la falta de evidencia en seguridad y eficacia” de esta vacuna en embarazadas. Para aquellas mujeres que están en período de lactancia, el Cavei dijo que si los beneficios superan el riesgo de la inoculación, también podrían optar por recibir vacunas, luego de una consejería sobre la falta de evidencia en seguridad y eficacia de las vacunas en este grupo.
De eso ya ha pasado diez semanas, un tiempo que en pandemia significa más experiencia internacional, nuevos antecedentes disponibles y diferentes opiniones expertas y que ha llevado a los especialistas en salud materno infantil y algunos infectólogos, a solicitar vacunación para este grupo.
De hecho, ayer el Comité Consultivo de Inmunizaciones de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf), publicó una actualización respecto de la conveniencia de vacunar a este grupo en situación de pandemia.
En este documento, plantean que “aunque la evidencia científica respecto a este tema aún es escasa, dada la situación sanitaria actual y los riesgos de la embarazada y su hijo al enfermar de Covid-19, se debe ofrecerse la vacunación voluntaria a toda embarazada a partir del 2do trimestre con vacuna RNAm (Pfizer)”, Además, menciona que debe haber un proceso formal de consejería realizada por el personal de salud involucrado en su atención (matrón/na, enfermero/a o médico), con obtención de un consentimiento informado por parte de la gestante.
En este proceso de decisión dice el comité, es necesario considerar sobretodo a aquellas gestantes que posean un mayor riesgo de exposición (ya sea por exposición laboral o exposición domiciliaria) o mayor riesgo de un peor desenlace clínico (si es obesa, hipertensa o diabética). Todas ellas, deben someterse a una rigurosa vigilancia de Eventos Supuestamente Atribuibles a Vacunación e Inmunización (Esavi).
A fines de marzo, un estudio publicado en el American Journal of Obstetrics and Gynecology, confirmó que las madres que han sido vacunadas están transmitiendo una preciosa inmunidad a sus recién nacidos. Se refería a un estudio realizado por un grupo de investigadores en Massachusetts en el que participaron 131 mujeres (embarazadas y en período de lactancia) que recibieron alguna de las dos vacunas de ARNm aprobadas: Pfizer / BioNTech y Moderna / NIH.
Cambio epidemiológico
Para la Sociedad Chilena de Ginecología y Obstetricia (Sochog), la segunda ola de la pandemia ha golpeado de manera diferente a las mujeres embarazadas y tal como hoy está afectando a la población más joven del país, estos especialistas han visto un incremento en el número de mujeres embarazadas que deben ser hospitalizadas a causa de Covid y que incluso deben ser intubadas para intentar superar sus problemas respiratorios, lo que acarrea más riesgo de parto prematuro y de muerte de estos bebés.
José Andrés Poblete, presidente de la Sochog, explica que como grupo tenían la impresión de estar viendo más casos de embarazadas hospitalizadas a causa de Covid-19 y para comprobarlo, realizado un estudio de opinión, una encuesta en la que consultaron a los jefes de servicio del país y a algunas clínicas privadas de la capital por la cantidad de pacientes durante el 1 de marzo y el 15 de abril de este año.
¿El resultado? Respondieron 28 maternidades (11 RM y 17 en regiones). En este período se registraron 386 embarazadas positivas a Covid que tuvieron que ser hospitalizadas. El 30% de ellas (115) debieron ser ingresadas a UCI o UTI y de estas, 66 necesitaron ventilación asistida (cánula de alto flujo o intubación para ventilación mecánica).
“La impresión que tenemos es que efectivamente las embarazadas se están comprtando según su grupo etario y como el resto de la población joven del país, están siendo más afectadas por la enfermedad en esta segunda ola”, dice Poblete. “Hoy hay más pacientes embarazadas afectadas con Covid y de ellas, más pacientes se agravan”, añade.
Ante esta situación, dice el presidente de la Sochog, los ginecólogos y obstetras están por la vacunación de las mujeres embarazadas de acuerdo a la categoría de riesgo de cada una, es decir, embarazadas obesas, hipertensas, diabéticas o que tengan otra condición asociada que amerite un mayor riesgo frente al virus y que la vacunación pueda disminuir.
“Hemos enviado cartas a la autoridad sanitaria, hemos expuesto la situación al Cavei. Hoy existe evidencia y opinión de expertos internacionales que señalan que las vacunas son útiles en las mujeres embarazadas, aun cuando no se haya estudiado específicamente en ellas. Nunca se estudia a las mujeres embarazadas. Para todos los estudios clínico, el criterio siempre es excluir a niños y embarazadas. Cuando se demuestra que las vacunas son seguras en el resto de la población, se incorpora a las embarazadas”, explica Poblete.
Acelerar procesos
Mario Calvo, infectólogo de la Universidad Austral, reconoce que hoy, cuando ya hay más personas vacunadas y se conoce más acerca de las vacunas, existen también nuevos antecedentes respecto de cómo han funcionado en las embarazadas. “Es muy raro que se realizcen estudios de investigación en este grupo. Recién ahora, Pfizer incluyó a un grupo de embarazadas en un estudio que está realizando en Estados Unidos. La medicina de la embarazada, en cuanto a medicamentos y vacunas, está atrasada un par de décadas. Es tanta la protección que tenemos con ellas, que terminamos no protegiendo con lo más nuevo”, señala
Según Calvo, en el actual debate hay tres posturas: la conservadora, que dice que es un fármaco nuevo y que por lo tanto no se puede utilizar en gestantes; los que dicen que sí se deben inocular porque el riesgo de no hacerlo y exponerlas a Covid es mayor que el de la vacuna; y los que dicen que hay que ver caso a caso y hablar con la paciente para que se decida con todos los antecedentes sobre la mesa y asumiendo ese riesgo. “Hoy día, como no conocemos los riesgos en relación a la seguridad de las vacunas en este grupo, las tres posturas son válidas”, dice Calvo.
“La pregunta es, ¿nos arriesgamos y vacunamos a las embarazadas o esperamos a que haya más información mientras se intenta que ellas no se contagien? Yo, en lo personal soy de la idea intermedia y realizar un cosentimiento informado con cada paciente”, reconoce el infectólogo.
Lorena Tapia, pediatra infectóloga e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile (ICBM), dice que en el país ya se han vacunado mujeres que son trabajadoras de la salud, recientemente fueron madres y que están amamantando. “Ya existe consenso que en las madres que están amamando, habiendo explicado bien sobre las vacunas, las mujeres se pueden vacunar. Para las mujeres embarazadas no se ha liberado la indicación, porque no hay consenso absoluto y las autoridades están a la espera de más información”, indica.
Para estos casos, el Departamento de Inmunizaciones del Minsal, elaboró un documento en el que señala que aquellas mujeres que son madres y están en periodo de lactancia se pueden vacunar si están cursando la semana 18 a 20 de post natal y volverán al trabajo presencial y además, cumplen uno de los siguientes criterios: por su trabajo se expone a un riesgo aumentado de infección (personal de salud); su labor permite mantener el funcionamiento básico de la institución; tiene un riesgo de morbilidad grave. En esos casos, se requiere una conserjería con un profesional de la salud para evaluar riesgos y beneficios. “Al final de a consejería, el profesional de la salud debe entregar Formulario de solicitud de vacuna para la mujer que está lactando”.
En Chile, dice Tapia, hay experiencia de vacunas con virus inactivado como las vacunas contra influenza y coqueluche y que se utulizan en embarazadas. “Si bien , son un grupo de más cuidado, lo ideal es acelerar los procesos para vacunar a las embarazadas. Estamos viendo más casos de Covid-19 en mujeres que están embarazadas y son obesas, hipertensas o tienen diabetes. Ellas tienen más riesgo de ser hospitalizadas y de tener un parto prematuro”, señala. Al menos se debería iniciar con aquellas mujeres que tienen factores de riesgo y luego avanzar hacia una vacunación universal, plantea la infectóloga.
Reunion del Cavei y revisión del Minsal
Conscientes de los nuevos antecedentes y de la presión que están ejerciendo algunos especialistas, los miembros del Cavei no hay dejado de revisar la materia y entregar nuevas recomendaciones. La próxima reunión se realizará el miércoles 28 de abril y se espera que para entonces y tal como se ha venido repitiendo en reuniones anteriores, se vuelva a discutir la posibilidad de uso de la vacuna contra Covid-19 en embarazadas, pero ahora con un nuevo pronunciamiento.
Desde el Ministerio de Salud señalan que dentro de los próximos días, sostendrán una reunión con expertos para discutir sobre la vacunación contra Sars-CoV-2 en mujeres embarazadas.
¿Sinovac o Pfizer?
Desde la Sochog plantean que las vacunas inactivadas como la de Sinovac, son las mejores candidatas para vacunar a las embarazadas, junto a la de Pfizer.
En China y en Brasil se le administró Sinovac a algunas embarazadas sin inconvenientes, y en Estados Unidos, la farmacéutica Pfizer, ya las incorporó a un nuevo estudio.
La vacuna de Astrazeneca y Oxford, no es tan recomendable por el riesgo de coágulos que tendría, que aunque sea muy bajo, se sumaría al riesgo de hipercoagulabilidad que ya tiene el embarazo por sí mismo, explica Poblete.
“Generalmente las vacunas a las embarazadas se les administra a partir de la semana 16 o 20, cuando ya ha pasado el desarrollo embrionario. La de influenza se aplica en cualquier etapa del embarazo. Para estas mujeres, las vacunas atenuadas con más riesgosas, pero en Covid, estamos hablando de inyecciones con virus inactivo”, indica Poblete quien además insiste en que los beneficios de la vacuna son superiores al riesgo porque no se protege solo a la madre, sino que también al bebé.
¿Hay traspaso de inmunidad? “Durante la última etapa de gestación, en los últimos meses del embarazo, una de las cosas importantes que ocurre es el traspaso de inmunidad desde la madre, hay un traspaso de ciertos anticuerpos que hace que los niños nazcan con inmunidad. Los prematuros, precisamente tienen un mayor riesgo porque no tienen esta protección. Lo que no se sabe aún es cuánto duran esos anticuerpos en ellos, todavía tenemos mucho que aprender. Pero las vacunas protegen a la mujer embarazada y a sus hijos”, dice Tapia.