En julio, la denuncia de una agresión a un grupo de jóvenes que estaban en una zona de estacionamientos del campus Juan Gómez Millas (JGM), de la Universidad de Chile, entre los cuales se encontraba el hijo de la diputada Cristina Girardi (PPD), puso el tema de la violencia en las universidades en el debate público. Anteriormente, se había conocido de otro caso, el de Polette Vega, que denunció que fue agredida en el mismo campus, por quienes la identificaron, dijo, "como simpatizante de centroderecha".

Ante la agresión del hijo de Girardi, intervinó el rector Ennio Vivaldi, quien ordenó una investigación sumaria. Se habló de crisis, y se creó una comisión de seguridad para realizar medidas en JGM.

Ahora son los académicos los que se muestran preocupados. Recalcan que no se trata de hechos aislados. Tampoco es solución, aseguran, atribuir los hechos a "encapuchados", y no hacer algo. "Defendamos la Universidad de Chile", se titula la petición de los académicos por el fin de la violencia en universidades, declaración pública que más de 400 académicos han adherido.

La iniciativa, que nació por los actos de violencia ocurridos en esa casa de estudios, señalan que, "condenamos el recurso de toda forma de violencia al interior de la Universidad, sin importar si ésta surge de grupos minoritarios de nuestra propia comunidad universitaria o de personas externas a ella".

Destacan que las "profundas desigualdades de la sociedad chilena generan condiciones que promueven y reproducen la violencia". Por ello, para responder a ese desafío y contrarrestar la violencia, se comprometen a redoblar esfuerzos por producir y entregar conocimiento socialmente relevante y por formar ciudadanos comprometidos con la superación de estas desigualdades. "Pero, bajo ninguna circunstancia, comprender el origen de la violencia justifica recurrir a ella".

La senadora universitaria María Soledad Berríos, académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, señala que esa declaración refleja la preocupación que tienen por la violencia. "Se generaliza que la Universidad de Chile es indiferente a lo que ocurre. No estamos de acuerdo con esta afirmación, y por eso quisimos hacer algo activo, para dejar pública constancia de que un gran grupo de profesores y profesoras estamos en contra de que la violencia sea una estrategia válida", dice Berríos.

Sergio Lavandero, profesor titular de las Facultades de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y de Medicina y también integrante del senado universitario, resalta que la Universidad de Chile a lo largo de su historia ha enfrentado situaciones complejas, y que también podrán enfrentar ésta. "Estoy confiado que podremos buscar soluciones basada en el diálogo constructivo entre todos nuestros integrantes. La Universidad de Chile es el lugar donde 'todas las verdades se tocan', donde se practica el disenso y la tolerancia, donde se convence y no se imponen ideas ni visiones. Yo creo que es un problema generalizado en nuestra actual sociedad y que no sólo ocurre en nuestra casa de estudio. Necesitamos urgentemente comprender sus causas y repetir incansablemente que nada justifica la violencia".

"Estos temas son importantes discutirlos. Los hechos de violencia están naturalizados y nos aflige ver cómo hoy son parte de la universidad. Es tanto el revuelo, que tenemos que denunciar y manifestar nuestro total desacuerdo hacia la violencia y hacer un llamado a unirnos, para que sepan que no estamos de acuerdo", sostiene Lavandero.

Es necesario analizar este problema, agrega Consuelo Fresno académica de la Facultad de Odontología y senadora de esta casa de estudios, lo cual "no pasa por reaccionar a una situación de forma violenta, no pasa por golpear a los otros, la violencia nada resuelve y las autoridades deben ser proactivas".

"Estos temas son importantes discutirlos. Los hechos de violencia están naturalizados y nos aflige ver cómo hoy son parte de la universidad. Tenemos el deber de denunciar y manifestar nuestro total desacuerdo hacia la violencia y hacer un llamado a unirnos", sostiene Fresno.