¿Cuál es la situación del deporte en época estival? Primero, febrero es el mes tradicional de vacaciones en nuestra cultura y un gran número de personas cambian sus rutinas y actividades. No obstante, son muchos los jóvenes y niños y niñas que, desde mediados de diciembre hasta inicios de marzo cambian sus horarios y aprovechan el tiempo libre.

Por lo general, este tiempo libre se aprovecha efectivamente realizando actividades físicas, juegos, salidas a terreno, deportes tradicionales y no tradicionales, en un contexto de diversión, como también de entrenamiento o, simplemente, para mejorar la condición física y el bienestar.

Esta oportunidad tiene importante significado para el mejor desarrollo de la persona y las comunidades, pero que curiosamente no se relacionan con lo que se llama “hacer deporte” o “ser deportista”. Estas actividades son propias del deporte y quienes las realizan debieran considerarse deportistas. Cabe recordar que la definición de deporte, según la Ley del Deporte N°19.712, así declara esta mirada amplia y de objetivos diversos del deporte.

Segundo, nuestra estructura deportiva tradicional se ha distanciado de estas mismas actividades, con la consecuencia de que nuestro deporte y nuestros deportistas son solo aquellos que buscan el alto rendimiento y futuro profesionalismo. Es así como las actividades organizadas por los clubes, ligas y asociaciones deportivas prácticamente quedan suspendidas por “vacaciones”.

Así, el deporte va marcando una tendencia que es perjudicial para la definición y el valor del deporte, valor que va mucho más allá que los resultados de competencias y rankings. Esto igualmente va en perjuicio de los mismos resultados de estas competencias, pues el tiempo estival es ciertamente el mejor tiempo para hacer deporte, sea este en cualquiera de sus niveles y objetivos.

* Director Instituto del Deporte y Bienestar U. Andrés Bello