Descentralizar la actividad científica nacional -y potenciar la investigación a partir de cada región de nuestro país- es un objetivo que debemos promover en beneficio del progreso económico, político, cultural y social de Chile. Especialmente, si consideramos que la amplia biodiversidad del territorio permite el desarrollo de vegetación endémica, con características únicas, que les permiten transformarse en nuevos fármacos.
Pero, ¿existe alguna zona que pueda convertirse en un verdadero laboratorio natural, capaz de fomentar la ciencia, no solo a nivel país, sino de manera global? Sí, existe: la Patagonia.
En la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena habitan muchos organismos vivos que han estado expuestos a condiciones extremas y obviamente generan compuestos para defenderse. Así que ellos nos van a permitir combatir enfermedades que no tienen remedio hasta ahora. Por lo tanto, desde ese punto de vista, conceptualmente todos los laboratorios importantes del orbe deberían tener su lugar de investigación en la zona más austral del mundo. Los estudios químicos encontraron las nuevas moléculas para mejorar enfermedades neurodegenerativas y patologías asociadas al envejecimiento.
Es por esto, que hace unos años nos propusimos impulsar la creación de una institución de excelencia mundial, así nació Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (Cebima).
Las características ambientales únicas -y que facilitan la búsqueda de nuevos compuestos, como temperaturas extremas, mucho viento y presencia de poco sol- han sido un factor fundamental a la hora de tomar la decisión de instalarnos en este lugar. Aquí la vegetación está sometida a estrés que normalmente no existe en otras regiones del país. Esto permite pensar que todos estos organismos van a protegerse de buena manera y eso podría generar compuestos químicos que, eventualmente, sirvan para tratar algunas enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento como Alzheimer, Parkinson, patologías cardiovasculares, cáncer y diabetes.
Porque una planta puede crecer en La Serena y en Punta Arenas. Sin embargo, la segunda –al estar sometida a condiciones climáticas y ambientales extremas- puede expresar factores o moléculas bioactivas con mayor poder anti inflamatorias y anti oxidantes que la primera. Y precisamente las enfermedades como Alzheimer y Parkinson están asociadas con estas características
Magallanes es el lugar de mayor exposición que tiene Chile para los extranjeros, aproximadamente el 80% de los turistas internacionales que visitan nuestro país tienen como destino final la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Por lo tanto, con la implementación de Cebima, la zona se convertirá también en un atractivo centro de interés científico, que fortalecerá la formación de profesionales del ámbito de la ciencia.
Otro factor determinante en la instalación del centro de investigación dice relación con la longevidad de sus habitantes. Cifras entregadas por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), señala que en la Región de Magallanes y Antártica Chilena viven aproximadamente más de 25.000 personas que superan los 60 años de edad, lo que corresponde a un 16,7% del total de la población de la zona austral, un porcentaje superior al 15,6% nacional.
Algo hay en Magallanes que permite que la gente aquí viva mucho más que en otras regiones y creo que parte de la respuesta está en el material biológico existente en la región.
Es nuestro deber acercar la ciencia a los lugares más extremos del territorio y encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas, tanto a nivel local, nacional e internacional. Queremos que el Centro CEBIMA se convierta en un polo del conocimiento científico y que en mediano plazo Chile se ubique en la cima de la ciencia mundial.