Un campo de manchas negras vidriosas, esparcidas por alrededor del 20 por ciento del hemisferio oriental de la Tierra, fue el resultado del impacto de un gran meteorito hace aproximadamente 790.000 años.

Durante décadas, los científicos han buscado la ubicación del cráter en el sudeste de Asia. Tras ocho años de trabajo, un equipo de la Universidad Tecnológica de Nanjing en Singapur ha presentado varias líneas de evidencia que avalan que el lugar exacto está al sur de Laos, pero enterrado bajo un enorme campo de lava volcánica posterior al impacto.

La presencia de tectitas, --objetos de vidrio natural, de algunos centímetros o milímetros en tamaño-- en Asia y Oceanía fue la primera pista que llevó a este equipo de científicos al sitio de impacto, que tiene aproximadamente 15 kilómetros de diámetro.

Composición

Como resultado han presentado en la revista PNAS evidencia estratigráfica, geoquímica, geofísica y geocronológica de que el meteorito impactó en ese lugar.

En primer lugar, han constatado que la geoquímica de la tectita implica la presencia de basaltos jóvenes y erosionados en el sitio en el momento del impacto. Asimismo, el mapeo geológico y las dataciones confirman que existen lavas basálticas antes y después del impacto en el sitio de impacto propuesto y que los basaltos posteriores al impacto lo cubren por completo. Por otro lado, una anomalía de la gravedad también puede reflejar la presencia de un cráter enterrado de unos 17 por 13 kilómetros.

Finalmente, la naturaleza de un afloramiento de brechas de arenisca y barro, en capas gruesas, a 10-20 kilómetros del centro del impacto y los granos de cuarzo fracturados dentro de sus clastos de roca apoyan que forme parte de una zona de acumulación de restos de eyección próxima.