El núcleo Milenio CYCLO, cuyo objetivo de estudio se enfoca en cuantificar procesos de deformación asociados al ciclo sísmico a lo largo del margen continental chileno, para explorar los mecanismos responsables de grandes terremotos, acaba de dar cuenta de una nueva falla geológica -no mapeada- en la localidad de El Yolki, (al sur de Constitución) en la Región del Maule, la cual está activa y tiene la particularidad de no ser visible en la superficie.
Cyclo es dirigido por el geólogo y doctor en Ciencias, Daniel Melnick, académico del Instituto de Ciencias de La Tierra de la U. Austral de Chile, quien señala que se trata de "una falla activa que evidencia una deformación en los últimos 4.000 años, pero no tiene una ruptura superficial clara por lo que está escondida, sin embargo, no significa que no sea capaz de provocar un terremoto".
El estudio, publicado en la revista Journal of Geophysical Research Solid Earth, destaca la variabilidad milenaria de las fallas de la corteza y el ciclo sísmico de los terremotos de gran magnitud en Chile, con implicaciones globales para evaluar los peligros planteados por fallas costeras ocultas pero potencialmente sismogénicas a lo largo de las zonas de subducción.
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La zona donde se descubrió la falla.[/caption]
"Esta falla no se conocía hasta que obtuvimos los datos lidar, que son vuelos con láser que en el fondo filtran la vegetación y así podemos ver la forma del terreno. Es una falla de orientación noroeste similar a la falla de Pichilemu (que se rompió en el terremoto de 2010)", señala Melnick.
Para este estudio se mapeó una planicie costera utilizando detección y rango de luz, es decir con láser. Se generó una excavación identificando las edades y las velocidades de desplazamiento y se analizó la relación de la falla El Yolki con el segmento de la ruptura de la Región del Maule y subsegmentos dentro de ésta.
Es una falla extensional, lo que significa que el continente se abre y estas fallas suelen moverse durante o inmediatamente después de grandes terremotos de subducción como el del Maule. La falla de Pichilemu se movió 11 días después y hay evidencia de fallas similares en que se movieron un mes después, como en el terremoto de Tohoku en Japón. La de Yolki sería una de estas fallas", añade el académico.
"Lo interesante de esto es que al ir al lugar vimos evidencia de desplazamiento en un marcador de cuatro mil años, de un nivel de la marisma del intermareal superior, que tiene cuatro mil años y tiene fósiles que muestran su posición con respecto al nivel del mar, la cual se encuentra desplazada como ocho metros por esta falla. Esto demuestra que la falla se movió después de los cuatro mil años; o sea, es una falla joven y activa", establece el director del Núcleo Milenio.