Todas vamos a envejecer, pero envejecer sano es clave de una buena vejez. En este escenario, las dietas vegetarianas y veganas han tomado protagonismo desplazando a las tradicionales dietas carnívoras.
En las últimas décadas, se ha acumulado una cantidad significativa de evidencia científica que sugiere que el consumo excesivo de carne roja puede ser perjudicial para la salud. Estudio anteriores han demostrado que las personas que comen solo dos porciones de carne roja por semana pueden tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con las personas que comen menos porciones, y el riesgo aumenta con un mayor consumo.
Esta vez, un nuevo estudio revela que las mujeres que consumen mayores cantidades de proteínas de origen vegetal tienen menos enfermedades crónicas y mayores posibilidades de ser más saludables en la vejez.
Descubren que las mujeres que comen estas proteínas envejecen más saludable
El estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Tufts y publicado en The American Journal of Clinical Nutrition analizó datos autoinformados de 1984 a 2016 de más de 48.000 mujeres, inicialmente con buena salud, de entre 38 y 59 años.
Al observar los resultados, notaron considerablemente menos enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes, y deterioro de la salud cognitiva y mental, en las mujeres que incluían más proteína en sus dietas provenientes de fuentes como frutas, verduras, pan, frijoles, legumbres y pasta.
“El consumo de proteínas en la mediana edad estaba relacionado con la promoción de una buena salud en la edad adulta”, dijo Andrés Ardisson Korat, científico de la HNRCA y autor principal del estudio. La formula perfecta parece ser obtener la mayor parte de la proteína de fuentes vegetales en la mediana edad, y además una pequeña cantidad de proteína animal para favorecer una buena salud y una buena supervivencia en edades más avanzadas.
Las dietas vegetarianas y veganas, ricas en frutas, verduras, legumbres y granos enteros, ofrecen un festín de nutrientes esenciales que promueven la salud cardiovascular, fortalecen el sistema inmunológico y combaten la inflamación, factores cruciales en la lucha contra el envejecimiento prematuro. Además, estas dietas han sido vinculadas consistentemente a la reducción del riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer, comunes preocupaciones asociadas con el paso de los años.
En contraste, las dietas carnívoras, caracterizadas por el consumo predominante de carne y productos animales, han sido objeto de creciente escrutinio. Estudios sugieren que un exceso de proteínas animales puede contribuir a la inflamación crónica, dañar el sistema cardiovascular y aumentar el riesgo de enfermedades degenerativas propias del envejecimiento.
Ardisson Korat y sus colegas investigadores, incluido el autor principal Qi Sun de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, examinaron miles de encuestas recopiladas cada cuatro años entre 1984 y 2016 sobre la frecuencia con la que las personas comían ciertos alimentos para identificar las proteínas dietéticas y sus efectos sobre el envejecimiento saludable, señala un comunicado.
Definieron envejecimiento saludable como “estar libre de 11 enfermedades crónicas importantes, tener buena salud mental y no tener deterioros ni en la función cognitiva ni física”. Descubrieron que las mujeres que comían mayores cantidades de proteínas de origen vegetal en la mediana edad tenían “mayores probabilidades de un envejecimiento saludable”.
Las mujeres con una mayor ingesta de proteínas de origen vegetal, que en 1984 se definían como proteínas obtenidas del pan, verduras, frutas, pizza, cereales, productos horneados, puré de papas, nueces, frijoles, mantequilla de maní y pasta, tenían una probabilidad un 46% mayor de tener un envejecimiento saludable, en comparación con una disminución del 6% entre aquellas que consumían más proteínas animales como carne de res, pollo, leche, pescado/mariscos y queso.
“Aquellos que consumieron mayores cantidades de proteína animal tendieron a tener más enfermedades crónicas y no lograron obtener la función física mejorada que normalmente asociamos con el consumo de proteínas”, dijo Ardisson Korat.
La proteína vegetal estuvo estrechamente relacionada con una buena salud mental en el futuro, y para las enfermedades cardíacas en particular, estuvo acompañado de niveles más bajos de colesterol LDL (colesterol “malo”), presión arterial y sensibilidad a la insulina. La proteína láctea por sí sola, como leche, queso, pizza, yogur y helado no se asoció significativamente con un mejor estado de salud en la edad adulta.
En cuanto a las limitaciones del estudio, el equipo reconoció que los beneficios de las proteínas vegetales podrían derivar de los componentes de los alimentos de origen vegetal, en lugar de las proteínas; en comparación con los alimentos de origen animal, las plantas contienen una mayor proporción de fibra dietética, micronutrientes y compuestos beneficiosos llamados polifenoles que están presentes en las plantas, en lugar de exclusivamente proteínas, señala el comunicado.
Además, se necesitan otros grupos de estudio ya que el las encuestas revisadas eran de mujeres principalmente blancas que trabajan en el cuidado de la salud. “Los datos del estudio tendieron a ser muy homogéneos en términos de composición demográfica y socioeconómica, por lo que será valioso realizar un seguimiento con un estudio en cohortes que sean más diversas. Es un campo que todavía está evolucionando”, afirmó Ardisson Korat.
De todas formas, los hallazgos respaldan el consumo de proteína de origen vegetal, aunque también deben consumir algo de pescado y proteínas animales por su contenido de hierro y vitamina B12. “La ingesta de proteínas en la dieta, especialmente proteínas vegetales, en la mediana edad desempeña un papel importante en la promoción de un envejecimiento saludable y en el mantenimiento de un estado de salud positivo en edades más avanzadas”, dijo Ardisson Korat.