El 28 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Esterilización Animal, fecha que busca generar conciencia y trabajar por el bienestar de los animales en torno a esta práctica, la que tiene muchos beneficios al pensar en las mascotas del hogar.
A pesar de lo cotidiano de ver o tener un animal a cargo, hay muchas dudas en torno a este procedimiento y sus alcances. Para esto, Óscar López, director de la Carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad Santo Tomás, sede Santiago, despeja las dudas sobre la esterilización de mascotas.
¿En qué momento se puede esterilizar a un perro o gato?
Hay que tomar en cuenta que la esterilización, de acuerdo con el reglamento que norma la tenencia responsable (Decreto 1007/2018), debería practicarse en caninos y felinos entre los dos y los seis meses de edad, aunque añade que hay un montón de consideraciones desde el punto de vista físico y anatómico a considerar.
En este sentido, López asegura que en caninos “se recomienda la esterilización temprana de las hembras” la que debe ser antes del primer celo, cuya presentación varía según raza y tamaño de la mascota, pero generalmente se presenta entre los seis a nueve meses de vida.
“En el caso de los machos se hace una vez que ha alcanzado el desarrollo, sobre todo en razas grandes, para evitar algunas patologías como es, por ejemplo, la atrofia uretral o trastornos osteoarticulares.
¿Y en gatos? “Es similar, pero no hay evidencia científica o al menos es controversial que la castración temprana en machos sea perjudicial. Se ha descrito atrofia del pene, por ejemplo, pero faltan más estudios. En el caso de las gatas, sigue la misma regla de las perras: es recomendable la esterilización antes del primer celo”, enfatiza. En las gatas esto ocurre entre los seis y ocho meses.
¿Qué beneficios entrega la esterilización de mi mascota?
El médico veterinario comienza afirmando que, científicamente se ha demostrado que la esterilización temprana de las hembras caninas previene en un alto porcentaje la presentación de tumores del sistema reproductivo, especialmente la incidencia de tumores en las mamas se ve drásticamente disminuido al realizar este procedimiento antes del primer celo. Además, de manera indirecta, estamos contribuyendo a disminuir la población de perros vagabundos al prevenir preñez no deseada lo que se asocia a abandono de los cachorros.
“En el caso de los machos, la esterilización tiene específicamente beneficios conductuales como impulsos agresivos especialmente en acciones de territorialidad. Todo lo que es la conducta reproductiva en machos y hembras disminuye”, añade López. Esta área comprende desde la marcación de territorio hasta la protección de ese espacio con otros animales e incluso personas.
El celo en perras suele tener el efecto de congregar muchos machos, algo que también provoca peleas entre ellos e incluso el aumento de la posibilidad de contraer enfermedades. Con la esterilización disminuye el riesgo a prácticamente cero: “Eso ocurre cuando tenemos una esterilización de ovario (histerectomía), es decir, cuando se remueve tanto el útero como los ovarios”.
Si la esterilización no resuelve algunos asuntos, ¿qué más se puede hacer?
Si bien la esterilización puede resolver muchos inconvenientes, el hacerlo de forma tardía podría provocar que algunos de esos comportamientos se mantengan. En este sentido, “si la territorialidad u otras conductas no se resuelven con la esterilización, esto podría tener una explicación desde el punto de vista etológica, porque no todas las conductas tienen base hormonal”, según explica López.
“Aquellas que tienen que ver con las hormonas te lo resolverá la esterilización, pero hay algunas otras que tienen que ver con comportamiento y ahí la recomendación es asistir a un médico veterinario especialista en conducta, un etólogo veterinario, que permita el entrenamiento, la identificación, diagnóstico y razones de por qué la mascota se comporta de esa forma”, sentencia el especialista.