Desde muy temprano, los santiaguinos comenzaron a movilizarse en torno al eclipse, ya sea buscando lentes adhoc al fenómeno astronómico o corriendo a encontrar un buen lugar, despejado y en altura. La idea era instalarse con comodidad para apreciar el evento, que finalmente fue recibido y despedido entre aplausos.
Al Cerro San Cristóbal, por ejemplo, donde llegaron cerca de 20 mil personas, en la mañana comenzaron a subir los visitantes en buses, bicicletas e incluso a pie, mientras que el teleférico también tuvo largas filas a partir de las 15 horas. Allí, centenares de ciclistas y caminantes se sentaron en las laderas, improvisando algún picnic o sencillamente con una simple bebida y sandwich.
Paula Gunsche (24) estuvo 50 minutos esperando subir hasta el anfiteatro Pablo Neruda. "Es el primer eclipse que voy a ver, estoy emocionada", dijo la joven, acompañada de sus padres, pololo y hermanos.
Quien también se declaró "fascinado" con el fenómeno astronómico fue el ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, quien llegó a la cima del Parque Metropolitano. "Esto no se ve todos los días", destacó.
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El Cerro San Cristóbal fue uno de los puntos más masivos de observación.[/caption]
Otro punto donde ascendieron los capitalinos fue el templo Bahá'í, ubicado en la comuna de Peñalolén, donde la entrada era gratuita. Aquí, según contó la alcaldesa Carolina Leitao, acudieron cerca de 10 mil personas. Para llegar a esa zona se generó un largo taco en Av. Diagonal Las Torres, que incluía peatones, vehículos, escolares, oficinistas, residentes y curiosos. Estaban todos. Nadie quería perderse la fiesta. En la entrada, se veían personas sentadas en frazadas y cartones. Todo era válido.
"Estoy feliz y entusiasmada, nunca es tarde para vivir una experiencia así", dijo Silvia Pérez, de 72 años, quien caminó hacia la cima para tener una buena posición.
En el lugar, donde llegaron también centenares de alumnos de distintos colegios, se apreció el eclipse en silencio. Fueron los breves segundos que duró la cobertura casi total del sol. Después, algarabía. Risas, gritos, hasta más de algún "ceacheí". Salvo por la bajada, ya que las personas demoraron entre 30 y 50 minutos en abandonar el lugar.
"Cita Vip" en observatorio
También se realizó una actividad en el Observatorio Nacional Cerro Calán por parte de la Municipalidad de Las Condes y la Universidad de Chile. A esta cita fueron invitados los ministros de Bienes Nacionales y Economía, Felipe Ward y Juan Andrés Fontaine, respectivamente, además de los alcaldes de Las Condes, La Pintana, San Miguel e Independencia.
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Los ministros Felipe Ward y Juan Andrés Fontaine acudieron al Cerro Calán.[/caption]
También llegaron escolares, vecinos y comerciantes del barrio. Todos pudieron hacer preguntas a los científicos presentes en el centro de investigación. El lugar se repletó y hubo bromas por la forma que comenzaba a tomar el sol y la luna. "Parece un pacman, una galleta", decían risueños los alumnos de todas las edades.
Debido a que cientos de personas se congregaron en el lugar, el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, incluso anunció que "el eclipse es el primer paso de abrir el Cerro Calán a la gente".
En la torre Costanera Center también un hubo un alto flujo de visitantes, todos con rumbo al mirador "Sky Costanera", donde familias completas o bien grupos de escolares acudieron a apreciar la penumbra capitalina.
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02 de Julio de 2019/SANTIAGO
Cientos de personas observan el Eclipse Solar desde las azoteas de edificios en el sector de Vitacura
FOTO: MARIO DAVILA/AGENCIAUNO[/caption]
La fiesta, en rigor, trascendió comunas y avenidas. Se vivió en todos lados. Pasadas las 16 horas, en cada calle de la capital había personas mirando el cielo, bajo sus oficinas, en las esquinas y terrazas de edificios, todos con lentes improvisados e incluso con máscaras de soldadores. Nadie se lo quería perder.
"Hoy la invitación fue a vivir este eclipse de una forma diferente, a entender que todos podemos disfrutarlo y que no solamente es un día de eclipse, sino que es todo un año de ciencia", dijo por su parte la intendenta, Karla Rubilar.
"Locura" por los lentes
El comercio también dijo presente. La jornada comenzó con cientos de personas que acudieron a comprar lentes especiales, los que formaron filas en algunos locales de calles como Mac Iver y Apoquindo para comprarlos. Estos elementos se convirtieron en el material imprescindible de la jornada. Partían desde $3.000. Y se acabaron temprano. La mayoría del comercio tenía agotados los lentes con armazón y vendía solo los vidrios con filtro. En paralelo, grupos de vendedores ambulantes ofrecían sus productos y convencían a los potenciales clientes de que eran los certificados.
En Maipú, los vecinos se quejaron de que la municipalidad los citó a mediodía a ver el fenómeno y debieron esperar horas para que les entregaran lentes.